Desoído el clamor por empleo
A pesar del clamor de los desocupados no se desplegó un programa para brindar vivienda a quienes no la tienen y a la vez generar empleo
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 27 noviembre, 2009
Si bien el sector de la construcción ha sido uno de los más golpeados durante este año en que el país enfrentó consecuencias de la crisis económica mundial, los precios de las materias primas se mantuvieron en relativa estabilidad, según informa una nota de este medio ayer. En efecto, la coyuntura bajó los niveles de la inversión extranjera en Costa Rica y esto se sintió en varios sectores como por ejemplo el turismo y la construcción. Otros factores se fueron sumando para que llegara además el temido desempleo. Situaciones todas que no aparecieron de forma inesperada sino que, por el contrario, pudimos ver sus estragos en otros países y calcular cuándo y en qué medida nos afectarían también. No obstante faltaron medidas para enfrentar estos embates. Aunque se hicieron cosas para paliar la situación de los más desamparados y carentes de recursos, se desaprovecharon hechos como que los materiales para la construcción se mantuvieran bastante estables, sin desplegar un programa destinado a brindar una posibilidad de tener casa a quienes no la tienen y a la vez generar empleo. Hubiera sido un impulso oportuno tanto para el sector de la construcción como para la población sin vivienda. En su etapa final el gobierno podría impulsar un programa de vivienda. Esto haría que además de las acciones de política exterior la administración desarrollara las destinadas a generar fuentes de trabajo. Ahora el sector construcción comienza a notar una desaceleración de la caída y se prevé que la situación mejore el año entrante pero levemente. Sin embargo, un programa bien manejado de crédito para vivienda acorde con los ingresos de la población que carece de ella podría darle un impulso adicional y contribuir a mermar el desempleo. Puentes, escuelas y caminos, entre otras carencias del país, esperan las iniciativas para que puedan ser construidos. La innovación y la acción conjunta de municipalidades, organizaciones comunales y Gobierno central debieran confluir para estos fines rompiendo rígidos moldes que no han dado resultados y creando con imaginación otras formas de trabajo eficientes y transparentes.