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Derechos gais dividen a ticos

Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Jueves 13 diciembre, 2012




Polarizados lectores de LA REPUBLICA en tema de uniones

Derechos gais dividen a ticos

Cuestionamientos morales y religiosos pesan en decisión

La aprobación de nuevos derechos para las parejas homosexuales, entre los que se encuentra su reconocimiento legal, divide a la familia costarricense.
Poco más de la mitad de los lectores de LA REPUBLICA ve con buenos ojos un proyecto que los diputados estudian para validar las “Sociedades de Convivencia” entre personas del mismo sexo, según un sondeo, realizado esta semana.
Sin embargo, casi la misma cantidad de personas votó en contra.
En buena medida la opinión de los lectores refleja la situación actual del Congreso, pues en estos momentos todas las fracciones están divididas por este tema, y la mayoría de ellas dejará la decisión a discreción de cada diputado.
Entre las agrupaciones más alineadas con una u otra posición está el PAC, cuyos integrantes tienden a apoyar la medida, al igual que el Movimiento Libertario y el PASE.
Por su parte, Liberación parece quedar en el lado contrario, así como es el caso de los cristianos.
Aunque no es del todo seguro, existen posibilidades de que hoy se tome una decisión sobre el tema, cuando los diputados entren a conocer los informes sobre este proyecto de ley.
La iniciativa de Sociedades de Convivencia pretende asegurar a una pareja conformada por dos personas del mismo sexo derechos legales muy similares a los que disfruta una pareja hombre-mujer.
Además de la inscripción ante el Registro Civil de las uniones, el proyecto permitiría que los homosexuales en pareja accedan a préstamos conjuntos, hereden propiedades y dividan sus posesiones materiales equitativamente cuando finalizan una relación, entre otros derechos civiles.
En cuanto al ambiente social, la comunidad gay costarricense es mucho más visible que hace 20 años, al punto que es difícil encontrar una persona hoy que no tenga un familiar, amigo o conocido que pertenezca a este grupo.
Esto ha hecho que la discriminación merme hasta cierto punto, lo que ha traído como consecuencia que los temas que atañen a esta comunidad se pongan sobre la mesa de discusión.
De esta forma, una buena parte de los ticos no ve con malos ojos que los gais vivan juntos y gocen de muchos de los derechos que tienen las parejas heterosexuales.
La agenda del Congreso lleva siete años ignorando el deber de legislar en esta materia, porque desde 2006 los magistrados de la Sala IV alertaron sobre la discriminación de no permitir las uniones desde una perspectiva diferente al matrimonio.
En aquella ocasión, los magistrados destacaron la importancia de mantener a la familia como núcleo de la sociedad costarricense, pero también la necesidad de abrir un debate para evaluar los derechos de las parejas del mismo sexo.
Por su parte, la Iglesia Católica, así como otros grupos religiosos, ven en este tipo de iniciativas una amenaza a la familia y a los valores que rodean a la sociedad.
Entre otras cosas, temen que al reconocer legalmente las uniones homosexuales, se allane el camino para que en el futuro, los gais puedan acceder a las adopciones, algo que por el momento es rechazado por los propios activistas homosexuales, así como el matrimonio en sí.
Sobre este tema se trató de consultar directamente a los representantes de la Iglesia Católica, que se limitaron a manifestar que la posición de la Iglesia se resume en un documento firmado por la Conferencia Episcopal.
“Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad”, indica el documento.
En el mundo, unos 30 países, la mayoría de ellos europeos, avalan los matrimonios o las uniones civiles entre parejas del mismo sexo.
En América Latina, solo Argentina y en Ciudad de México está permitido el matrimonio; mientras que en Brasil, Colombia, Ecuador y Uruguay existe legislación para la unión civil.

Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net







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