De todo menos fútbol
Luis Fernado Rojas lrojas@larepublica.net | Lunes 05 abril, 2010
De todo menos fútbol
Saprissa dejó el invicto en Alajuela, tras un cortado clásico de 105 minutos
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net
Un gol de Marco Ureña, al minuto 67’ marcó ayer la diferencia entre un relajado Saprissa, lleno de cálculo y falto de pasión, y un Alajuelense, que canjeó ideas y velocidad, por control y seguridad.
Aparte de esto el partido tuvo un segundo tiempo cortado, por incendios, bombetas, broncas, expulsiones; cadena de incidentes que empezó cuando el juego empezaba a mejorar, tras el gol alajuelense.
La Liga no fue el mismo que llegó al Saprissa, hace quince días, porque su técnico, Roberto Sibaja, sentó a los correcaminos, Argenis y Ureña y puso un equipo que con Cristian Oviedo en la media y Mario Camacho en la ofensiva nunca encontró ritmo ofensivo; Giancarlo Solórzano, se quedó sin un compañero que le pusiera piernas a sus arremetidas, como para llegar juntos al área morada; Camacho tampoco pudo pivotear para los arranques de Solórzano; por los laterales tampoco hubo mucho provecho, pese a que Andrés Núñez estuvo flojo por la derecha en la primera parte.
En Saprissa Walter Centeno se retrasó un poco para alejarse de la marca de Valle y empezar desde atrás, con Michael Barrantes haciendo la función de enlace y llegada; pero los morados, acostumbrados a sacar servicios venenosos desde los tres cuartos de cancha, cambiaron el estilo y se dedicaron al tiro al blanco, al remate de media distancia, siete en esta primera parte, pero sin trascendencia.
Saprissa con el balón conducía mejor, a la Liga le faltaba un conductor; algo que intentaba Gabas sin mucho éxito.
Los cambios de Ureña por Camacho al 56’ y la lesión de Solórzano que dio paso a Argenis al 61, le pusieron piernas al partido.
Y fue así como, en un juego en el que parecía todo controlado, Gabas se llevó a Cordero y sacó un centro remate; Jervis venía muy atrás y Sequeira llegó tarde madrugándolos Ureña quien tocó al fondo de la red morada, anotando el gol que a la postre liquidó el invicto del Saprissa en el torneo.
Dos minutos después Gabas sorprende a Navas adelantado, remata pero el ágil arquero morado vuela y salva de un manotazo la segunda anotación.
Esas acciones encendieron el juego, encendieron las gradas, encendieron los ánimos y los pachucos de siempre encendieron un montón de serpentinas que yacían en un caño provocando que estas se prendieran y la suspensión temporal del encuentro, enfriando lo que apenas empezaba a calentar.
Luego vendría una bombeta, la Cruz Roja que se quería ir, una bronca en la que resultaron expulsados Allan Alemán y Giancarlo Solórzano; los cambios inútiles y hasta cuestionables (sacar a Barrantes) de Roy Myers y tras una hora de juego, el final del partido. Un clásico de nombre, de fama, pero que por lo futbolístico no será recordado, tal vez por lo otro sí.
Saprissa dejó el invicto en Alajuela, tras un cortado clásico de 105 minutos
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net
Un gol de Marco Ureña, al minuto 67’ marcó ayer la diferencia entre un relajado Saprissa, lleno de cálculo y falto de pasión, y un Alajuelense, que canjeó ideas y velocidad, por control y seguridad.
Aparte de esto el partido tuvo un segundo tiempo cortado, por incendios, bombetas, broncas, expulsiones; cadena de incidentes que empezó cuando el juego empezaba a mejorar, tras el gol alajuelense.
La Liga no fue el mismo que llegó al Saprissa, hace quince días, porque su técnico, Roberto Sibaja, sentó a los correcaminos, Argenis y Ureña y puso un equipo que con Cristian Oviedo en la media y Mario Camacho en la ofensiva nunca encontró ritmo ofensivo; Giancarlo Solórzano, se quedó sin un compañero que le pusiera piernas a sus arremetidas, como para llegar juntos al área morada; Camacho tampoco pudo pivotear para los arranques de Solórzano; por los laterales tampoco hubo mucho provecho, pese a que Andrés Núñez estuvo flojo por la derecha en la primera parte.
En Saprissa Walter Centeno se retrasó un poco para alejarse de la marca de Valle y empezar desde atrás, con Michael Barrantes haciendo la función de enlace y llegada; pero los morados, acostumbrados a sacar servicios venenosos desde los tres cuartos de cancha, cambiaron el estilo y se dedicaron al tiro al blanco, al remate de media distancia, siete en esta primera parte, pero sin trascendencia.
Saprissa con el balón conducía mejor, a la Liga le faltaba un conductor; algo que intentaba Gabas sin mucho éxito.
Los cambios de Ureña por Camacho al 56’ y la lesión de Solórzano que dio paso a Argenis al 61, le pusieron piernas al partido.
Y fue así como, en un juego en el que parecía todo controlado, Gabas se llevó a Cordero y sacó un centro remate; Jervis venía muy atrás y Sequeira llegó tarde madrugándolos Ureña quien tocó al fondo de la red morada, anotando el gol que a la postre liquidó el invicto del Saprissa en el torneo.
Dos minutos después Gabas sorprende a Navas adelantado, remata pero el ágil arquero morado vuela y salva de un manotazo la segunda anotación.
Esas acciones encendieron el juego, encendieron las gradas, encendieron los ánimos y los pachucos de siempre encendieron un montón de serpentinas que yacían en un caño provocando que estas se prendieran y la suspensión temporal del encuentro, enfriando lo que apenas empezaba a calentar.
Luego vendría una bombeta, la Cruz Roja que se quería ir, una bronca en la que resultaron expulsados Allan Alemán y Giancarlo Solórzano; los cambios inútiles y hasta cuestionables (sacar a Barrantes) de Roy Myers y tras una hora de juego, el final del partido. Un clásico de nombre, de fama, pero que por lo futbolístico no será recordado, tal vez por lo otro sí.