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De dragas y palabras desafortunadas

Bruno Stagno bstagno@gmail.com | Lunes 17 diciembre, 2012


La noticia que realmente importa es que Managua está intensificado el dragado, a vista y paciencia del actual gobierno, no cómo bautiza una draga

De dragas y palabras desafortunadas

El pasado 8 de diciembre algunos medios informaron acerca del arribo de una nueva draga, simpáticamente llamada “Doña Laura” (posteriormente rebautizada con otro nombre), al Río San Juan. Si bien es preocupante ver que el dragado de dicho cauce de la discordia continúa, también es triste constatar que la administración Chinchilla Miranda aún no parece entender que las palabras en ocasiones tienen consecuencias.
En anteriores columnas ya he disectado las lamentables declaraciones del entonces Ministro de Relaciones Exteriores, René Castro Salazar, al comparecer ante nuestra Asamblea Legislativa el 8 de setiembre 2010, las cuales Nicaragua ha usado una y otra vez en contra de Costa Rica. Me refiero a ellas porque al responder a una reciente consulta periodística acerca de la draga “Doña Laura”, la Presidente Chinchilla Miranda no encontró nada más desafortunado que decir que “ellos tienen el derecho a usar sus dragas como quieran”.
Estas palabras comprometen nueva y seriamente nuestros derechos de conformidad con el Tratado Cañas-Jerez de 1858, y en particular el Laudo Cleveland de 1888, y las sentencias derivadas. La Presidente Chinchilla Miranda no solo empleó las palabras “tienen el derecho” ligeramente, sino que también lo hizo de manera peligrosamente expansiva al decir que pueden ejercerlo “como quieran”. Enunciadas en una sola y misma frase contradicen lo que ha sido una postura básica de Costa Rica: el derecho que asiste a Costa Rica de ser consultado de previo acerca de cualquier emprendimiento en el Río San Juan que pueda potencialmente afectar la ribera derecha o cauces costarricenses, en este caso en particular el Río Colorado. Supongo que la respuesta fue concedida espontáneamente, pero esto no excusa a la Presidente Chinchilla Miranda, quien a estas alturas ya debería saber que cualquier comentario irreflexivo sobre el Río San Juan puede comprometer adicionalmente la defensa de nuestros derechos ante la Corte Internacional de Justicia (ICJ).
También resulta preocupante que algunos medios nacionales no se hayan abstenido de reproducir una frase que contraviene intereses nacionales y contradice derechos consagrados en tratados y laudos vigentes. La noticia que realmente importa es que Managua está intensificado el dragado, a vista y paciencia del actual gobierno, no cómo bautiza una draga. Lo segundo no es más que una afrenta sicológica que no tiene ningún impacto material sobre nuestros derechos.
En el pasado, a pesar de las irresponsables concesiones verbales del Ministro Castro Salazar, la Presidente Chinchilla optó por guardar un silencio cómplice al no desautorizar categóricamente esas desafortunadas palabras. Ahora, espero que entienda que de una u otra manera debe rectificar sus propias palabras y posteriormente guardar un estricto silencio. De no hacerlo, al igual que la draga “Doña Laura”, seguirá contribuyendo a sedimentar nuestros derechos.

Bruno Stagno Ugarte

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