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De dientes apretados

Dinia Vargas dvargas@larepublica.net | Miércoles 09 abril, 2014


Demba Ba fue el héroe. El delantero se adelantó a la marca de Maxwell para marcar el gol que le dio al Chelsea el pase a semifinales. Adrian Dennis-AFP/La República


De dientes apretados

Real Madrid estuvo al borde de la tragedia ante el Borussia; Chelsea celebró en el cierre y amargó al PSG

Borussia Dortmund 2 - Real Madrid 0 (2-3)

El Real Madrid rozó la tragedia en Alemania, pero salió vivo y estará por cuarto año consecutivo en semifinales de la Liga de Campeones.
Sufrió más de la cuenta el conjunto blanco, que llegó con tres goles de ventaja al Signal Iduma Park, aunque se empezaron a desvanecer muy pronto.
Marco Reus fue el principal culpable de poner contra las cuerdas al equipo de Carlo Ancelotti. El hábil jugador fue todo un dolor de cabeza y con sus tantos a los min. 26 y 37 dejaba al Dortmund a un gol de empatar la serie.
El Madrid salió ordenado y concentrado, pero revivió los fantasmas al min. 16, cuando Ángel Di María falló un penal, o mejor dicho, se lo detuvo Roman Weidenfeller. El Dortmund revivió como Lázaro.
El Madrid se cargó de miedo, esperando, sufriendo y Mhlitaryan pudo cambiar la historia en el min. 67, pero después de quitar a Iker Casillas estrelló un balón contra el poste. El mismo Casillas se encargó de hacer un par de grandes paradas ante la mirada de un Cristiano Ronaldo, que desde el banquillo, representó de mejor manera el sufrimiento que vivió su equipo hasta el último minuto.
“Demasiado sufrimiento merecido, pero es necesario tener este toque de atención de vez en cuando. La Champions no es fácil, mejor haber sufrido en este partido y no en los más decisivos que vienen”, afirmó Casillas al final del juego.

Chelsea 2 – PSG 0 (3-3)

El Chelsea lo intentaba, el gol de André Schürrle en el primer tiempo lo tenía a un gol de celebrar o lamentarse. El París Saint Germain se resguardaba, desperdiciaba contragolpes, jugaba con fuego.
El tiempo jugaba en contra de los londinenses. Stamford Bridge ardía.
Ya habían estado cerca de anotar ese ansiado gol que le daba el pase, pero el grito de gol se les ahogó cuando el balón dio en el poste. Shürrle y Óscar fueron los actores de las acciones.
José Mourinho apostaba a todo o nada, enviaba delanteros, eso que tanto había criticado. Lampard por Demba Ba, luego Óscar por Torres.
Edinson Cavani pudo aprovechar los riesgos que corría el Chelsea, lanzado al ataque, en el min. 72, pero disparó alto cuando logró plantarse en el área de Petr Cech en un contragolpe, y volvió a hacerlo en otra llegada cinco minutos después.
Y cuando parecía que el Chelsea se quedaba corto, Demba Ba se adelantó a su marca para enviar a la red un balón que venía suelto, sin dueño alguno.
Estalló el estadio, estalló Mourinho corriendo como desesperado donde se encontraban sus jugadores en el punto de esquina, donde además de celebrar repartió instrucción sin disimulo.
“Si en el bombo nos toca el Madrid vamos a disfrutar”, dijo insaciable de retos y de enemigos.

 

Dinia Vargas
dvargas@larepublica.net
@dvargasLR

 







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