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¡Cuidado con la adicción al trabajo!

| Martes 07 abril, 2015


“Como toda enfermedad, el paciente debe recibir un tratamiento”, aseguró la doctora Priscilla Spano. Gerson Vargas/LA REPÚBLICA


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¡Cuidado con la adicción al trabajo!

“Trabajólicos” tienen cambios bruscos de ánimo y nunca están satisfechos

Convertir la vida profesional y laboral en el único centro de su vida, podría cobrarle la factura con el pasar de los años.
Los “trabajólicos” son personas perfeccionistas que buscan destacarse, son jefes o colaboradores que nunca están satisfechos, según los especialistas.
Estos profesionales desarrollan una necesidad y empiezan a vivir en aislamiento. “Se sumergen mucho en actividades que pueden manejar por sí solas”, asegura la doctora Priscilla Spano.
Su compromiso de nunca fallar en alguna tarea provoca que su vida social y personal se concentre en el mismo lugar: el trabajo.
Los “trabajólicos” tienen, en su mayoría, un denominador en común, ya que presentan patologías de una infancia o familia disfuncional, según explicó Spano.
“Las razones son multifactoriales, pero se presenta en personas que vivieron peleas, golpes o indiferencia en su propia casa”, agregó.
De forma inconsciente, se encuentran llenando un vacío personal con la excelencia laboral.
No obstante, en un mundo globalizado donde las compañías requieren colaboradores que den la “milla extra”, ¿cuáles son las consecuencias de estos síntomas?
Un jerarca obsesivo demandará a su equipo un ritmo laboral más acelerado, además de menos tiempo para realizar las tareas y extensas jornadas laborales, todo esto aunque el pago no sea el mejor.
Es una persona con muchas frustraciones, lo que conlleva eventualmente a cambios bruscos en los estados de ánimo.
En estas personas el trabajo constituye el centro de su vida y su refugio, quedando todo lo demás, incluida la familia, el ocio y la vida social, en un segundo plano.
Empero, es una de las adicciones de comportamiento más aceptadas y justificadas socialmente y es común que el laboradicto tienda a negar su problema, de acuerdo con el Centro de Investigaciones Médicas en Ansiedad.
Este tipo de obsesión debe reconocerse como una enfermedad y por ende, en casos extremos, recibir un tratamiento.

 

Fabiola Vargas
fvargas@larepublica.net
@FabiVSola







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