Crecimiento en materia de costura
| Jueves 14 enero, 2010
Crecimiento en materia de costura
La inversión en la producción de ropa en América Central podría volverse cada vez más atractiva durante los próximos años. Mientras que los distribuidores y minoristas de Estados Unidos continúan buscando productores de bajo costo, lo que a menudo equivale a China, el continuo y rápido crecimiento económico en ese país asiático es probable que haga elevarse el valor del yuan. Mientras tanto, la mayoría de países de Centroamérica poseen divisas estrechamente vinculadas al dólar de Estados Unidos o —en el caso de El Salvador y Panamá— utilizan el dólar como la moneda nacional. Los costos laborales en la región siguen siendo competitivos, y no es probable que aumenten pronto, dada la reciente y aguda reducción de las remesas provenientes de Estados Unidos.
Otro factor que favorece la inversión en textiles centroamericanos tiene que ver con el hecho de que haya una mayor presión sobre los compradores para diversificar sus fuentes de suministro, con el fin de reducir el problema causado por las alzas de la energía, que hacen que los precios de las importaciones procedentes de fuentes lejanas sean más volátiles. Mientras tanto, América Central ofrece bajos costos de envío a Estados Unidos.
Además, cuando se utilizan operaciones relativamente cercanas, a los compradores no solo se les facilita el hacer cambios rápidos en los diseños, sino también toda la supervisión de la producción en general.
La demanda de puestos de trabajo offshore probablemente se fortalecerá en este sector en particular, al suponer que operaciones textileras de Estados Unidos eliminen unos 100.000 puestos durante la próxima década, según un análisis publicado este mes por el Departamento de Estadísticas Laborales de ese país.
La inversión en la producción de ropa en América Central podría volverse cada vez más atractiva durante los próximos años. Mientras que los distribuidores y minoristas de Estados Unidos continúan buscando productores de bajo costo, lo que a menudo equivale a China, el continuo y rápido crecimiento económico en ese país asiático es probable que haga elevarse el valor del yuan. Mientras tanto, la mayoría de países de Centroamérica poseen divisas estrechamente vinculadas al dólar de Estados Unidos o —en el caso de El Salvador y Panamá— utilizan el dólar como la moneda nacional. Los costos laborales en la región siguen siendo competitivos, y no es probable que aumenten pronto, dada la reciente y aguda reducción de las remesas provenientes de Estados Unidos.
Otro factor que favorece la inversión en textiles centroamericanos tiene que ver con el hecho de que haya una mayor presión sobre los compradores para diversificar sus fuentes de suministro, con el fin de reducir el problema causado por las alzas de la energía, que hacen que los precios de las importaciones procedentes de fuentes lejanas sean más volátiles. Mientras tanto, América Central ofrece bajos costos de envío a Estados Unidos.
Además, cuando se utilizan operaciones relativamente cercanas, a los compradores no solo se les facilita el hacer cambios rápidos en los diseños, sino también toda la supervisión de la producción en general.
La demanda de puestos de trabajo offshore probablemente se fortalecerá en este sector en particular, al suponer que operaciones textileras de Estados Unidos eliminen unos 100.000 puestos durante la próxima década, según un análisis publicado este mes por el Departamento de Estadísticas Laborales de ese país.