Costa Rica: El país verde que urge de un monitoreo de plaguicidas altamente peligrosos

Por su imagen ecologista Costa Rica destaca a nivel mundial y ha sido reconocida con diversos galardones ambientales, sin embargo, desde hace más de dos décadas también sobresale como uno de los países que más utiliza plaguicidas en todo el planeta.

Este contraste se agrava cuando el país es señalado por agrupaciones ecologistas e investigadores por aplicar plaguicidas altamente peligrosos para la salud y el ambiente, y por un débil monitoreo de la contaminación que estos productos causan a nivel ambiental.

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“Somos sobresalientes a nivel mundial por el alto uso de plaguicidas”, con estas palabras Elídier Vargas, agrónomo e investigador, describe la realidad de Costa Rica como país líder de consumo de agroquímicos por hectárea de cultivos.

“Se necesita hacer un monitoreo constante y sistemático del tema de contaminación ambiental en el país, y no responder solo cuando hay denuncias y afectaciones. El país no tiene un sistema de monitoreo a nivel nacional sobre eso, esa es una mejora que necesitamos hacer, especialmente en zonas con cultivos altamente intensos de usos de plaguicidas”, dijo Vargas.

Costa Rica usa en promedio 34 kilogramos de ingrediente activo por hectárea por año, de acuerdo con el estudio sobre el uso aparente de plaguicidas en la agricultura nacional, elaborado por Vargas mediante una recopilación de publicaciones y datos a nivel nacional e internacional; esto es casi tres veces más que lo estimado por el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE), que lo promedia entre los diez y 11 kilogramos.

La diferencia se debe a que la metodología empleada por el SFE incluye el uso de plaguicidas en hectáreas de pastos, que es menor a un kilogramo por hectárea, mientras que el estudio solo emplea total de agroquímicos en cultivos, donde se registra mayor uso de productos.

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Este alto consumo deja a Costa Rica como el país que aplica mayor cantidad de agroquímicos entre las naciones del continente americano que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), donde el promedio de uso es de apenas dos kilogramos.

El debilitamiento de los servicios de extensión agrícola e investigaciones en el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) a partir de 1990 y la dependencia de los agricultores a la asistencia técnica que brindan las compañías comercializadoras de plaguicidas, serían la principal razón de este aumento de consumo, afirma el estudio.

Y es que el 93% de los plaguicidas utilizados en el país son altamente peligrosos, tanto a nivel de la salud como ambiental, según Vargas.

Estos datos preocupan debido a que entre 2020 y 2021 el porcentaje de incumplimientos de Límites Máximos de Residuos de agroquímicos en muestras de vegetales nacionales, pasó de 20% a 23,4%.

Por este motivo, se vuelve urgente que Costa Rica implemente un sistema de monitoreo constante de plaguicidas a nivel nacional, para evitar las afectaciones en la salud de pobladores y trabajadores agrícolas, así como contaminación a nivel ambiental por el uso inadecuado de los productos.

En este sentido, la exposición a plaguicidas de la población rural entre 2012 y 2019 fue en promedio de 13,6 kilogramos por persona, mientras que para los trabajadores agrícolas llegó hasta los 74 kilogramos, según la investigación.

El estudio sobre el uso aparente de plaguicidas en Costa Rica forma parte de un paquete de investigaciones impulsadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Costa Rica, con el objetivo de proveer evidencia que permita la toma de decisiones sobre la problemática de la contaminación por agroquímicos.

Costos económicos por afectaciones a la salud, pérdidas por exoneraciones a los agroquímicos y el impacto en el equilibrio ecológico, son parte de los temas analizados dentro de los estudios sobre el costo del alto consumo de plaguicidas en Costa Rica.

LA REPÚBLICA consultó al SFE sobre su posición respecto a los resultados de estos estudios, sin embargo, hasta la publicación de la nota no se había recibido respuesta de la institución.