Cooperar en tiempos de crisis
| Jueves 30 abril, 2009
Cooperar en tiempos de crisis
Ante una crisis económica que acarrea serias consecuencias para nuestra sociedad, como el desempleo y el empobrecimiento de los sectores más vulnerables, es preciso buscar soluciones que favorezcan el crecimiento económico con justicia social. Esto es lo que el cooperativismo le ofrece a Costa Rica hoy, como lo ha hecho durante más de un siglo de historia en el país.
La celebración de la Semana Nacional del Cooperativismo, del 20 al 25 de abril, fue un momento oportuno para reconocer los aportes de este movimiento que comenzó allá por 1800 en Inglaterra, se extendió al mundo entero, llegó a Costa Rica a inicios del siglo XX y sigue vigente, contribuyendo al desarrollo y a la justa distribución de la riqueza.
En el país operan 530 cooperativas y alrededor de 800.000 personas integran estas empresas, un sector que además genera cerca de 60.000 puestos de trabajo. Asimismo, las cooperativas de ahorro y crédito apoyan a más de medio millón de familias con soluciones de vivienda, educación, salud y progreso empresarial. Tales cifras muestran la eficacia de un movimiento que promueve la unión solidaria para resolver necesidades comunes, inspirado en los valores de ayuda mutua, democracia, equidad, transparencia, responsabilidad social y preocupación por los demás.
Un país con una importante tradición democrática, como lo es Costa Rica, debe sentirse orgulloso de contar con un fuerte movimiento cooperativista y apostarle a este modelo de economía social como un motor para el progreso de las comunidades.
Es una apuesta que trasciende la coyuntura actual y procura soluciones de largo plazo, para lo cual es indispensable involucrar a la juventud en este movimiento. Afortunadamente, en la actualidad existen 183 cooperativas escolares en las que participan más de 27.000 niños y jóvenes, con el apoyo del Consejo Nacional de Cooperativas, el Instituto Nacional de Fomento Cooperativo, el Centro de Estudios y Capacitación Cooperativa y la Federación de Cooperativas Juveniles.
Estas entidades también apoyan el Programa de Jóvenes Empresarios, impulsado por el Gobierno de la República con el fin de capacitar a grupos juveniles en temas de administración, contabilidad, cooperativismo y desarrollo empresarial.
Todos estos jóvenes, así como miles de familias, trabajadores, jefas de hogar, pequeños, medianos y grandes empresarios que participan en el cooperativismo, son testigos de que la unión hace la fuerza en época de crisis y permite cosechar buenos frutos en tiempos de abundancia. Así lo demuestran las cooperativas agrícolas, industriales, de ahorro, de autogestión y de diversa índole que operan en todas las regiones de Costa Rica.
Por ello, todo lo que hagamos por fortalecer el movimiento cooperativista redundará en beneficios para el país entero.
Edwin Barboza Guzmán
Presidente CONACOOP
Ante una crisis económica que acarrea serias consecuencias para nuestra sociedad, como el desempleo y el empobrecimiento de los sectores más vulnerables, es preciso buscar soluciones que favorezcan el crecimiento económico con justicia social. Esto es lo que el cooperativismo le ofrece a Costa Rica hoy, como lo ha hecho durante más de un siglo de historia en el país.
La celebración de la Semana Nacional del Cooperativismo, del 20 al 25 de abril, fue un momento oportuno para reconocer los aportes de este movimiento que comenzó allá por 1800 en Inglaterra, se extendió al mundo entero, llegó a Costa Rica a inicios del siglo XX y sigue vigente, contribuyendo al desarrollo y a la justa distribución de la riqueza.
En el país operan 530 cooperativas y alrededor de 800.000 personas integran estas empresas, un sector que además genera cerca de 60.000 puestos de trabajo. Asimismo, las cooperativas de ahorro y crédito apoyan a más de medio millón de familias con soluciones de vivienda, educación, salud y progreso empresarial. Tales cifras muestran la eficacia de un movimiento que promueve la unión solidaria para resolver necesidades comunes, inspirado en los valores de ayuda mutua, democracia, equidad, transparencia, responsabilidad social y preocupación por los demás.
Un país con una importante tradición democrática, como lo es Costa Rica, debe sentirse orgulloso de contar con un fuerte movimiento cooperativista y apostarle a este modelo de economía social como un motor para el progreso de las comunidades.
Es una apuesta que trasciende la coyuntura actual y procura soluciones de largo plazo, para lo cual es indispensable involucrar a la juventud en este movimiento. Afortunadamente, en la actualidad existen 183 cooperativas escolares en las que participan más de 27.000 niños y jóvenes, con el apoyo del Consejo Nacional de Cooperativas, el Instituto Nacional de Fomento Cooperativo, el Centro de Estudios y Capacitación Cooperativa y la Federación de Cooperativas Juveniles.
Estas entidades también apoyan el Programa de Jóvenes Empresarios, impulsado por el Gobierno de la República con el fin de capacitar a grupos juveniles en temas de administración, contabilidad, cooperativismo y desarrollo empresarial.
Todos estos jóvenes, así como miles de familias, trabajadores, jefas de hogar, pequeños, medianos y grandes empresarios que participan en el cooperativismo, son testigos de que la unión hace la fuerza en época de crisis y permite cosechar buenos frutos en tiempos de abundancia. Así lo demuestran las cooperativas agrícolas, industriales, de ahorro, de autogestión y de diversa índole que operan en todas las regiones de Costa Rica.
Por ello, todo lo que hagamos por fortalecer el movimiento cooperativista redundará en beneficios para el país entero.
Edwin Barboza Guzmán
Presidente CONACOOP