Continúan operaciones de rescate en Brasil
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 24 junio, 2010
Continúan operaciones de rescate en Brasil
Gobierno despliega procedimiento como el de Haití para atender víctimas de lluvias
El Gobierno brasileño puso en marcha una gran operación de rescate en la zona del nordeste del país donde 44 personas han muerto y 116.875 han resultado damnificadas por fuertes lluvias, similar a la que ejecutó en Haití en enero pasado para socorrer a las víctimas del terremoto.
El ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim, tras sobrevolar ayer las áreas más afectadas, comparó las dos tragedias y dijo que solo vio una escena de devastación de esas dimensiones en Haití luego del terremoto que dejó cerca de 300 mil muertos y 1,2 millones de desplazados.
Cerca de 1.300 militares, dos hospitales de campaña, brigadas de bomberos de todo el país, perros especialistas en rescates y toneladas de alimentos y medicinas han sido enviadas a los estados de Alagoas y Pernambuco en los dos últimos días, en un intenso movimiento de aviones Hércules y de otras aeronaves de la Fuerza Aérea Brasileña.
Algunos de los socorristas participaron en las tareas de rescate en Haití, en donde Brasil lidera las fuerzas de la ONU, y tomaron parte en las tareas de socorro a las víctimas del terremoto.
Una de las prioridades de los equipos de rescate es buscar a los 607 desaparecidos, número que las autoridades no han alterado desde el lunes y que los bomberos consideran “flexible”, debido a que puede incluir a personas declaradas dos o tres veces como perdidas por familiares que los buscan en diferentes lugares.
Un fotógrafo de Efe constató ayer sobre el terreno el rastro de la devastación ocurrida en municipios como União dos Palmares, Río Largo y Branquinha, los tres en Alagoas, donde el lodo cambió la fisonomía de estas ciudades, que padecen habitualmente sequías prolongadas.
En las calles, los escombros se acumulan por todas partes, en un maremágnum de cables y postes de luz, árboles arrancados y cascotes de las viviendas que se vinieron abajo.
En las casas que quedaban en pie en União dos Palmares, las marcas del agua llegaban hasta cerca de los tejados, donde se vieron obligados a refugiarse los habitantes para salvarse de la crecida del río Mundaú.
Jobim aseguró que toda la infraestructura montada por el Estado en las áreas afectadas por las inundaciones podrá permanecer por un buen tiempo ante la necesidad de mejorar la distribución de ayudas y evitar el atraso en las obras de reconstrucción.
“Hubo una precipitación de agua increíble y una tragedia de gran dimensión en términos de derribada de puentes y casas, principalmente las ubicadas cerca de ríos. Tenemos que intensificar las acciones y supervisarlas”, dijo el ministro de Defensa.
Pese a que en su último boletín, la Defensa Civil de Alagoas informó de que al menos 17 mil viviendas habían sido destruidas, el ministro de Planificación, Paulo Bernardo Souza, dijo que ese número puede llegar a 50 mil.
Jobim afirmó que el Gobierno ya definió un plan de metas para atender a los damnificados.
“Primero vamos a rastrear los lugares indicados para localizar a los desaparecidos y después vamos a rescatar a las personas que están aisladas, para lo cual tenemos que preparar habitaciones provisionales, como espacios colectivos y carpas, con distribución de alimentos de inmediato”, explicó el ministro.
Además de los hospitales de campaña de las Fuerzas Armadas, cada uno con capacidad para atender a 400 personas por día, el Ejército también instaló dos puentes militares desmontables, uno de ellos de 60 metros, para sustituir provisionalmente los arrastrados por los ríos.
El Gobierno federal, que el martes desembolsó $ 56,5 millones para atender a las víctimas, liberó ayer otros unos $41 millones del Ministerio de Transportes para obras de emergencia en carreteras y puentes destruidos por las lluvias.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva tiene previsto viajar hoy jueves al nordeste y sobrevolar los municipios más afectados.
Rio de Janeiro
EFE
Gobierno despliega procedimiento como el de Haití para atender víctimas de lluvias
El Gobierno brasileño puso en marcha una gran operación de rescate en la zona del nordeste del país donde 44 personas han muerto y 116.875 han resultado damnificadas por fuertes lluvias, similar a la que ejecutó en Haití en enero pasado para socorrer a las víctimas del terremoto.
El ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim, tras sobrevolar ayer las áreas más afectadas, comparó las dos tragedias y dijo que solo vio una escena de devastación de esas dimensiones en Haití luego del terremoto que dejó cerca de 300 mil muertos y 1,2 millones de desplazados.
Cerca de 1.300 militares, dos hospitales de campaña, brigadas de bomberos de todo el país, perros especialistas en rescates y toneladas de alimentos y medicinas han sido enviadas a los estados de Alagoas y Pernambuco en los dos últimos días, en un intenso movimiento de aviones Hércules y de otras aeronaves de la Fuerza Aérea Brasileña.
Algunos de los socorristas participaron en las tareas de rescate en Haití, en donde Brasil lidera las fuerzas de la ONU, y tomaron parte en las tareas de socorro a las víctimas del terremoto.
Una de las prioridades de los equipos de rescate es buscar a los 607 desaparecidos, número que las autoridades no han alterado desde el lunes y que los bomberos consideran “flexible”, debido a que puede incluir a personas declaradas dos o tres veces como perdidas por familiares que los buscan en diferentes lugares.
Un fotógrafo de Efe constató ayer sobre el terreno el rastro de la devastación ocurrida en municipios como União dos Palmares, Río Largo y Branquinha, los tres en Alagoas, donde el lodo cambió la fisonomía de estas ciudades, que padecen habitualmente sequías prolongadas.
En las calles, los escombros se acumulan por todas partes, en un maremágnum de cables y postes de luz, árboles arrancados y cascotes de las viviendas que se vinieron abajo.
En las casas que quedaban en pie en União dos Palmares, las marcas del agua llegaban hasta cerca de los tejados, donde se vieron obligados a refugiarse los habitantes para salvarse de la crecida del río Mundaú.
Jobim aseguró que toda la infraestructura montada por el Estado en las áreas afectadas por las inundaciones podrá permanecer por un buen tiempo ante la necesidad de mejorar la distribución de ayudas y evitar el atraso en las obras de reconstrucción.
“Hubo una precipitación de agua increíble y una tragedia de gran dimensión en términos de derribada de puentes y casas, principalmente las ubicadas cerca de ríos. Tenemos que intensificar las acciones y supervisarlas”, dijo el ministro de Defensa.
Pese a que en su último boletín, la Defensa Civil de Alagoas informó de que al menos 17 mil viviendas habían sido destruidas, el ministro de Planificación, Paulo Bernardo Souza, dijo que ese número puede llegar a 50 mil.
Jobim afirmó que el Gobierno ya definió un plan de metas para atender a los damnificados.
“Primero vamos a rastrear los lugares indicados para localizar a los desaparecidos y después vamos a rescatar a las personas que están aisladas, para lo cual tenemos que preparar habitaciones provisionales, como espacios colectivos y carpas, con distribución de alimentos de inmediato”, explicó el ministro.
Además de los hospitales de campaña de las Fuerzas Armadas, cada uno con capacidad para atender a 400 personas por día, el Ejército también instaló dos puentes militares desmontables, uno de ellos de 60 metros, para sustituir provisionalmente los arrastrados por los ríos.
El Gobierno federal, que el martes desembolsó $ 56,5 millones para atender a las víctimas, liberó ayer otros unos $41 millones del Ministerio de Transportes para obras de emergencia en carreteras y puentes destruidos por las lluvias.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva tiene previsto viajar hoy jueves al nordeste y sobrevolar los municipios más afectados.
Rio de Janeiro
EFE