Con sabor a Depeche
Melissa González mgonzalezt@larepublica.net | Sábado 10 octubre, 2009
Con sabor a Depeche
La banda británica Depeche Mode complació a sus admiradores con sus grandes éxitos y temas de su más reciente disco
Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net
Presas, ventas de comida en las cercanías del Autódromo La Guácima, revendedores de entradas y parqueos improvisados eran la antesala al concierto de la banda británica Depeche Mode, que forma parte de su gira “Tour of the Universe”.
Los fanáticos fueron llegando poco a poco, recibidos por un buen clima y a eso de las 5, de forma puntual, por el talento de varias bandas nacionales.
Los primeros en tocar fueron los chicos de “El Parque”, que se ganaron al público con temas como “Laura” y “Cuántas Noches”.
Luego les tocó el turno a Anemonah y Sociedad Secreta.
Al filo de las 9.10 p.m. La Guácima se llenó de brincos, gritos y emoción de miles de fanáticos que llegaron a escuchar a la banda británica Depeche Mode.
Poco a poco las figuras de David Graham (vocalista) vestido con saco negro, Martin Gore (guitarrista) con un brillante traje de lentejuelas y Andrew Fletcher (tecladista) aparecieron frente al frenético público.
Mientras una inmensa pantalla iluminó el fondo del escenario con imágenes de un niño y un adulto mayor, que durante la primera canción “In Chains” fueron cambiando poco a poco hasta quedar las imágenes invertidas.
Durante la segunda canción Graham se despojó de su saco para quedar solo con un chaleco durante toda la noche.
La potente voz continuó con temas de su disco “Sounds of the Universe”, sin embargo no decepcionaron a sus fanáticos y tocaron piezas conocidas como “Walking in My Shoes”, “Enjoy the Silence”, “I feel you” así como “It’s No Good”.
Otros temas interpretados por la banda fueron “Wrong”, “Hole to Feed” y “Precious”.
Graham tuvo su descanso en tres ocasiones cuando Martin Gore se apoderó del micrófono para interpretar “Jezebel”, “Comatose” y “Home”, temas que calmaron los ánimos del público.
Sin duda Graham fue el dueño del escenario, en el que no solo su voz fue protagonista sino además sus característicos movimientos.
En una noche en la que el clima favoreció el espectáculo, se considera que asistieron entre 16 mil personas, según estimaciones de la organización.
Uno de los pocos fallos se dio alrededor de las 10.15 p.m. cuando de pronto el sonido se esfumó, los tres integrantes de Depeche desaparecieron de escena y regresaron diez minutos después y todo transcurrió con normalidad.
“La planta eléctrica del audio falló y los sistemas de protección de los equipos cortó la corriente.
En dos minutos se conectó la planta de respaldo, en diez minutos todos los sistemas estuvieron habilitados, se probó todo de nuevo y el artista regresó al escenario”, comentó Gustavo Pacheco, gerente de Think Tank, empresa organizadora del evento.
Para cerrar con broche de oro la banda se despidió al filo de las 11 p.m. con el tema “Personal Jesus” y aunque los asistentes quedaron con ganas de más, los británicos no acudieron al llamado de “otra, otra…”
Sin embargo el sabor de boca fue dulce para muchos, por lo que valió la pena esperar 15 años para disfrutar de nuevo de un buen espectáculo.
La banda británica Depeche Mode complació a sus admiradores con sus grandes éxitos y temas de su más reciente disco
Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net
Presas, ventas de comida en las cercanías del Autódromo La Guácima, revendedores de entradas y parqueos improvisados eran la antesala al concierto de la banda británica Depeche Mode, que forma parte de su gira “Tour of the Universe”.
Los fanáticos fueron llegando poco a poco, recibidos por un buen clima y a eso de las 5, de forma puntual, por el talento de varias bandas nacionales.
Los primeros en tocar fueron los chicos de “El Parque”, que se ganaron al público con temas como “Laura” y “Cuántas Noches”.
Luego les tocó el turno a Anemonah y Sociedad Secreta.
Al filo de las 9.10 p.m. La Guácima se llenó de brincos, gritos y emoción de miles de fanáticos que llegaron a escuchar a la banda británica Depeche Mode.
Poco a poco las figuras de David Graham (vocalista) vestido con saco negro, Martin Gore (guitarrista) con un brillante traje de lentejuelas y Andrew Fletcher (tecladista) aparecieron frente al frenético público.
Mientras una inmensa pantalla iluminó el fondo del escenario con imágenes de un niño y un adulto mayor, que durante la primera canción “In Chains” fueron cambiando poco a poco hasta quedar las imágenes invertidas.
Durante la segunda canción Graham se despojó de su saco para quedar solo con un chaleco durante toda la noche.
La potente voz continuó con temas de su disco “Sounds of the Universe”, sin embargo no decepcionaron a sus fanáticos y tocaron piezas conocidas como “Walking in My Shoes”, “Enjoy the Silence”, “I feel you” así como “It’s No Good”.
Otros temas interpretados por la banda fueron “Wrong”, “Hole to Feed” y “Precious”.
Graham tuvo su descanso en tres ocasiones cuando Martin Gore se apoderó del micrófono para interpretar “Jezebel”, “Comatose” y “Home”, temas que calmaron los ánimos del público.
Sin duda Graham fue el dueño del escenario, en el que no solo su voz fue protagonista sino además sus característicos movimientos.
En una noche en la que el clima favoreció el espectáculo, se considera que asistieron entre 16 mil personas, según estimaciones de la organización.
Uno de los pocos fallos se dio alrededor de las 10.15 p.m. cuando de pronto el sonido se esfumó, los tres integrantes de Depeche desaparecieron de escena y regresaron diez minutos después y todo transcurrió con normalidad.
“La planta eléctrica del audio falló y los sistemas de protección de los equipos cortó la corriente.
En dos minutos se conectó la planta de respaldo, en diez minutos todos los sistemas estuvieron habilitados, se probó todo de nuevo y el artista regresó al escenario”, comentó Gustavo Pacheco, gerente de Think Tank, empresa organizadora del evento.
Para cerrar con broche de oro la banda se despidió al filo de las 11 p.m. con el tema “Personal Jesus” y aunque los asistentes quedaron con ganas de más, los británicos no acudieron al llamado de “otra, otra…”
Sin embargo el sabor de boca fue dulce para muchos, por lo que valió la pena esperar 15 años para disfrutar de nuevo de un buen espectáculo.