Comerciantes luchan contra comisiones de tarjetas
Carolina Acuña cacuna@larepublica.net | Martes 21 septiembre, 2010
Algunos empresarios cuestionan que se les aplique un cobro más alto en relación con otras actividades
Comerciantes luchan contra comisiones de tarjetas
Al no haber sustituto del efectivo, las empresas tienen que aceptar las reglas del emisor
Muchos comerciantes están molestos por las comisiones que les cobran los emisores de tarjetas, pues consideran que se les aplican cobros muy altos en relación con otros negocios.
Para algunas actividades las entidades financieras cobran hasta un 6% del monto de la compra por el uso del dinero plástico, en tanto que para otros comercios el cobro apenas alcanza el 1%.
Ante esta diferencia, algunos empresarios cuestionan las razones por las cuales se les obliga a “subvencionar” otros sectores.
Los que se consideran más afectados son los dueños de restaurantes, quienes justifican que aparte de que se les cobra una alta comisión, el porcentaje se carga sobre el monto total, al cual hay que incluirle el 13% de impuesto de ventas y el 10% del impuesto por servicio.
Así por ejemplo, si usted gasta ¢30 mil en un restaurante, la comisión del emisor puede llegar hasta el 6% (¢1.800) y el dueño de ese local recibe solo ¢28.200, a lo que tiene que restarle los dos impuestos antes mencionados.
En cambio, si usted compra ese mismo monto en gasolina y paga con tarjeta, se le aplica una comisión del 1% (¢300) y el dueño de la gasolinera recoge un monto de ¢29.700 por la venta.
“Es un atropello. Si todos los comercios usamos el mismo sistema de cobros con tarjeta y unas transacciones devengan un 1% y otras un 6%, es claro que algunos sectores estamos subvencionando a otros”, cuestionó Edgar Martín, presidente de la Cámara Costarricense de Restaurantes (Cacore).
Ante esto, los bancos aducen la libertad que tienen ellos de fijar sus propias tarifas y el comercio de elegir su proveedor de servicios.
La agrupación gremial que reúne a más de 400 restaurantes está, junto con otras cámaras, buscando una salida en la que tanto los bancos como los comercios puedan consensuar una solución, pero hasta el momento no se ha concretado nada.
La realidad es que muchos restaurantes facturan hasta el 75% de sus ventas con dinero plástico y al no haber otra opción para el efectivo, deben apegarse a las reglas dictadas por los emisores.
Entre los posibles “arreglos” que proponen los restaurantes está una comisión diferenciada entre las tarjetas de débito y las de crédito.
“Dado que el débito no genera ningún riesgo a los banqueros, ya que corresponde a fondos existentes, deberían cobrar menos”, propuso Martín.
Pero el sector financiero ya ha dicho en varias ocasiones que estas diferencias no son posibles dado que la transacción es prácticamente la misma y los costos para los emisores iguales.
Los agremiados de Cacore no se explican los montos de las comisiones nacionales, dado que fuera del país no sobrepasan el 1%.
Carolina Acuña
cacuna@larepublica.net
Comerciantes luchan contra comisiones de tarjetas
Al no haber sustituto del efectivo, las empresas tienen que aceptar las reglas del emisor
Muchos comerciantes están molestos por las comisiones que les cobran los emisores de tarjetas, pues consideran que se les aplican cobros muy altos en relación con otros negocios.
Para algunas actividades las entidades financieras cobran hasta un 6% del monto de la compra por el uso del dinero plástico, en tanto que para otros comercios el cobro apenas alcanza el 1%.
Ante esta diferencia, algunos empresarios cuestionan las razones por las cuales se les obliga a “subvencionar” otros sectores.
Los que se consideran más afectados son los dueños de restaurantes, quienes justifican que aparte de que se les cobra una alta comisión, el porcentaje se carga sobre el monto total, al cual hay que incluirle el 13% de impuesto de ventas y el 10% del impuesto por servicio.
Así por ejemplo, si usted gasta ¢30 mil en un restaurante, la comisión del emisor puede llegar hasta el 6% (¢1.800) y el dueño de ese local recibe solo ¢28.200, a lo que tiene que restarle los dos impuestos antes mencionados.
En cambio, si usted compra ese mismo monto en gasolina y paga con tarjeta, se le aplica una comisión del 1% (¢300) y el dueño de la gasolinera recoge un monto de ¢29.700 por la venta.
“Es un atropello. Si todos los comercios usamos el mismo sistema de cobros con tarjeta y unas transacciones devengan un 1% y otras un 6%, es claro que algunos sectores estamos subvencionando a otros”, cuestionó Edgar Martín, presidente de la Cámara Costarricense de Restaurantes (Cacore).
Ante esto, los bancos aducen la libertad que tienen ellos de fijar sus propias tarifas y el comercio de elegir su proveedor de servicios.
La agrupación gremial que reúne a más de 400 restaurantes está, junto con otras cámaras, buscando una salida en la que tanto los bancos como los comercios puedan consensuar una solución, pero hasta el momento no se ha concretado nada.
La realidad es que muchos restaurantes facturan hasta el 75% de sus ventas con dinero plástico y al no haber otra opción para el efectivo, deben apegarse a las reglas dictadas por los emisores.
Entre los posibles “arreglos” que proponen los restaurantes está una comisión diferenciada entre las tarjetas de débito y las de crédito.
“Dado que el débito no genera ningún riesgo a los banqueros, ya que corresponde a fondos existentes, deberían cobrar menos”, propuso Martín.
Pero el sector financiero ya ha dicho en varias ocasiones que estas diferencias no son posibles dado que la transacción es prácticamente la misma y los costos para los emisores iguales.
Los agremiados de Cacore no se explican los montos de las comisiones nacionales, dado que fuera del país no sobrepasan el 1%.
Carolina Acuña
cacuna@larepublica.net