Colombia presenta denuncia a Nicaragua ante OEA
| Jueves 24 julio, 2008
Colombia presenta denuncia a Nicaragua ante OEA
Políticos nicaragüenses critican a Ortega por inmiscuirse en asuntos colombianos
Bogotá
EFE
La supuesta presencia de una misión de la guerrilla de las FARC en Managua sirve a Colombia como prueba en la denuncia contra Nicaragua que presentará hoy en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“En la medida en la que nos sirve como material probatorio, por supuesto que lo incluiremos en el debate”, afirmó el embajador colombiano ante la OEA, el ex ministro de Defensa Camilo Ospina, a la cadena Caracol Radio, de Bogotá.
En declaraciones desde su despacho en Washington, Ospina consideró “sumamente grave” la versión del diario nicaragüense La Prensa sobre el supuesto desplazamiento a Managua de rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El periódico dice que seis guerrilleros viajaron el pasado 17 de julio de Venezuela a Nicaragua, en un avión de PDVSA, la petrolera venezolana, para asistir dos días mas tarde a la conmemoración del 29 aniversario de la Revolución Popular Sandinista.
Los seis también se reunieron en privado con el presidente nicaraguense, Daniel Ortega, quien por los mismos días aceptó la solicitud del mando central de las FARC para servir de interlocutor en un diálogo.
Esta información llevó a la central colombiana de inteligencia, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), a pedir, en un “mensaje urgente” a la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) informes que permitan establecer la veracidad de este viaje.
El DAS reveló que ya el pasado día 17 había remitido a la Interpol en el mundo, con copia a sus oficinas en Buenos Aires, para Sudamérica, y en San Salvador, para Centroamérica y el Caribe, una nota sobre versiones que hablaban de un desplazamiento de “integrantes de la organización terrorista” FARC a Nicaragua.
Son rebeldes, recordó la DAS, “buscados a nivel internacional por las autoridades judiciales de Colombia a través de notificación roja (orden de detención) de Interpol”.
La publicación “confirma una vez más que el Gobierno de Nicaragua asume una posición de protección y de colaboración con las FARC que es sumamente grave para Colombia”, sostuvo el diplomático Ospina.
Sin embargo, el ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, eludió en Washington, adonde viajó en visita oficial, hacer comentarios sobre la supuesta delegación de las FARC en Managua, aunque sí se afirmó en la postura del Gobierno del presidente Álvaro Uribe ante el Ejecutivo de Ortega.
Santos declaró que “nosotros no consideramos al presidente Ortega ni mediador ni una persona adecuada para poder intervenir en ningún tipo de proceso colombiano”.
Es una alusión a la nota de protesta del 17 de julio último en la que el Gobierno colombiano notificó a Managua que “no autoriza ni avala gestión alguna” de Ortega ante una “organización terrorista” como las FARC, a lo que el nicaragüense respondió que no necesitaba permiso para este tipo de gestiones.
Esta nota ha sido la segunda de protesta que Colombia envía a Nicaragua desde el 14 de mayo pasado, cuando la Cancillería en Bogotá criticó a Managua por haber cometido un “acto inamistoso” e incurrido en un “flagrante abuso del principio de la buena fe” al pedir permiso para el sobrevuelo del avión militar que poco antes transportó desde Quito a dos presuntas rebeldes de las FARC.
Las mujeres salieron heridas del bombardeo colombiano del 1 de marzo al campamento ecuatoriano en el que murieron el segundo al mando y portavoz internacional de las FARC, “Raúl Reyes”, y otros 25 insurgentes y civiles, entre éstos cuatro mexicanos.
El embajador Ospina observó que allí empieza la “cadena de hechos” en favor de los rebeldes por parte de Ortega que obligan a Colombia a denunciar ante la OEA “las persistentes violaciones del Gobierno nicaragüense a las normas y principios del Derecho Internacional y a los compromisos internacionales en la lucha contra el terrorismo”.
El acercamiento entre Ortega, y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) deteriora la imagen del país y es un asunto que no compete a los nicaragüenses, señalaron ayer diferentes fuentes políticas consultadas por Efe.
Víctor Hugo Tinoco, vicecanciller durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990), dijo que el mandatario nicaragüense se está buscando un “problema gratuito” con el Gobierno de Álvaro Uribe, presidente de Colombia, “en un afán de protagonismo y narcisismo político internacional”.
Según Tinoco, disidente del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacioanl (FSLN), y actual legislador del opositor Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Ortega se ha involucrado en el conflicto interno de Colombia para “distraer la atención de los problemas principales” del país.
El diputado opositor José Pallais, vicecanciller durante el Gobierno de Arnoldo Alemán (1997-2002), declaró que el acercamiento de Ortega a las FARC “involucra a Nicaragua en asuntos que no le competen”.
Pallais, también presidente de la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional, consideró que el acercamiento entre Ortega y la guerrilla “deteriora la imagen y el respeto internacional” de Nicaragua.
Las FARC, añadió el político, es una organización considerada “terrorista” por Estados Unidos y la Unión Europea, que viola los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.
Al respaldar a la guerrilla colombiana, Daniel Ortega incumple con los compromisos que tiene Nicaragua con la comunidad internacional “de enfrentar el delito de terrorismo y el delito de toma de rehenes, fundamentalmente”, añadió Pallais, diputado por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC).
Políticos nicaragüenses critican a Ortega por inmiscuirse en asuntos colombianos
Bogotá
EFE
La supuesta presencia de una misión de la guerrilla de las FARC en Managua sirve a Colombia como prueba en la denuncia contra Nicaragua que presentará hoy en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“En la medida en la que nos sirve como material probatorio, por supuesto que lo incluiremos en el debate”, afirmó el embajador colombiano ante la OEA, el ex ministro de Defensa Camilo Ospina, a la cadena Caracol Radio, de Bogotá.
En declaraciones desde su despacho en Washington, Ospina consideró “sumamente grave” la versión del diario nicaragüense La Prensa sobre el supuesto desplazamiento a Managua de rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El periódico dice que seis guerrilleros viajaron el pasado 17 de julio de Venezuela a Nicaragua, en un avión de PDVSA, la petrolera venezolana, para asistir dos días mas tarde a la conmemoración del 29 aniversario de la Revolución Popular Sandinista.
Los seis también se reunieron en privado con el presidente nicaraguense, Daniel Ortega, quien por los mismos días aceptó la solicitud del mando central de las FARC para servir de interlocutor en un diálogo.
Esta información llevó a la central colombiana de inteligencia, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), a pedir, en un “mensaje urgente” a la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) informes que permitan establecer la veracidad de este viaje.
El DAS reveló que ya el pasado día 17 había remitido a la Interpol en el mundo, con copia a sus oficinas en Buenos Aires, para Sudamérica, y en San Salvador, para Centroamérica y el Caribe, una nota sobre versiones que hablaban de un desplazamiento de “integrantes de la organización terrorista” FARC a Nicaragua.
Son rebeldes, recordó la DAS, “buscados a nivel internacional por las autoridades judiciales de Colombia a través de notificación roja (orden de detención) de Interpol”.
La publicación “confirma una vez más que el Gobierno de Nicaragua asume una posición de protección y de colaboración con las FARC que es sumamente grave para Colombia”, sostuvo el diplomático Ospina.
Sin embargo, el ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, eludió en Washington, adonde viajó en visita oficial, hacer comentarios sobre la supuesta delegación de las FARC en Managua, aunque sí se afirmó en la postura del Gobierno del presidente Álvaro Uribe ante el Ejecutivo de Ortega.
Santos declaró que “nosotros no consideramos al presidente Ortega ni mediador ni una persona adecuada para poder intervenir en ningún tipo de proceso colombiano”.
Es una alusión a la nota de protesta del 17 de julio último en la que el Gobierno colombiano notificó a Managua que “no autoriza ni avala gestión alguna” de Ortega ante una “organización terrorista” como las FARC, a lo que el nicaragüense respondió que no necesitaba permiso para este tipo de gestiones.
Esta nota ha sido la segunda de protesta que Colombia envía a Nicaragua desde el 14 de mayo pasado, cuando la Cancillería en Bogotá criticó a Managua por haber cometido un “acto inamistoso” e incurrido en un “flagrante abuso del principio de la buena fe” al pedir permiso para el sobrevuelo del avión militar que poco antes transportó desde Quito a dos presuntas rebeldes de las FARC.
Las mujeres salieron heridas del bombardeo colombiano del 1 de marzo al campamento ecuatoriano en el que murieron el segundo al mando y portavoz internacional de las FARC, “Raúl Reyes”, y otros 25 insurgentes y civiles, entre éstos cuatro mexicanos.
El embajador Ospina observó que allí empieza la “cadena de hechos” en favor de los rebeldes por parte de Ortega que obligan a Colombia a denunciar ante la OEA “las persistentes violaciones del Gobierno nicaragüense a las normas y principios del Derecho Internacional y a los compromisos internacionales en la lucha contra el terrorismo”.
El acercamiento entre Ortega, y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) deteriora la imagen del país y es un asunto que no compete a los nicaragüenses, señalaron ayer diferentes fuentes políticas consultadas por Efe.
Víctor Hugo Tinoco, vicecanciller durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990), dijo que el mandatario nicaragüense se está buscando un “problema gratuito” con el Gobierno de Álvaro Uribe, presidente de Colombia, “en un afán de protagonismo y narcisismo político internacional”.
Según Tinoco, disidente del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacioanl (FSLN), y actual legislador del opositor Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Ortega se ha involucrado en el conflicto interno de Colombia para “distraer la atención de los problemas principales” del país.
El diputado opositor José Pallais, vicecanciller durante el Gobierno de Arnoldo Alemán (1997-2002), declaró que el acercamiento de Ortega a las FARC “involucra a Nicaragua en asuntos que no le competen”.
Pallais, también presidente de la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional, consideró que el acercamiento entre Ortega y la guerrilla “deteriora la imagen y el respeto internacional” de Nicaragua.
Las FARC, añadió el político, es una organización considerada “terrorista” por Estados Unidos y la Unión Europea, que viola los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.
Al respaldar a la guerrilla colombiana, Daniel Ortega incumple con los compromisos que tiene Nicaragua con la comunidad internacional “de enfrentar el delito de terrorismo y el delito de toma de rehenes, fundamentalmente”, añadió Pallais, diputado por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC).