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Cien días, veintiún meses

Luis Alejandro Álvarez redaccion@larepublica.net | Jueves 15 noviembre, 2018


La Sala Constitucional hace un poco más de tres meses finalmente dio un paso adelante, asumió las responsabilidades que le corresponden, y finalmente emitió los respectivos fallos relacionados con el tema del matrimonio igualitario y el que resolvió sobre el tema de las uniones de hecho de las personas del mismo sexo.

Estos fallos tuvieron atrasos injustificables.

Se esgrimieron excusas que nunca fueron de recibo, que incluso fueron contradictorias algunas con otras presentadas por los mismos magistrados al país.

En el segundo de estos fallos, emitidos ambos en la misma fecha, en el que se resolvió sobre las uniones de hecho se dejó en el limbo jurídico a una gran mayoría de personas.

En este segundo fallo, no se estableció un plazo para que el Poder Legislativo emitiera regulación alguna, lo que hace que sin un plazo específico, sus Señorías obtuvieron un laxo momentum para decidir emitir la regulación pertinente.

Con la composición actual del Congreso hace casi ilusorio pensar que esto vendrá pronto.

La realidad de estos tiempos es que un gran segmento de la sociedad se decanta, no por la figura del matrimonio, sino por unirse bajo un mismo techo.

Las personas que conviven teniendo relaciones afectivas, que no son de un mismo sexo, ya tienen sus relaciones tuteladas, y lo seguirán teniendo.

Este fallo deja fuera a un segmento de la población que fue el que precisamente acudió a la Sala para buscar que se les protegieran sus derechos, y al día de hoy siguen desprotegidos.

Consecuencia de lo anterior son los procesos ya en sede judicial paralizados, expectativas de muchas personas congeladas en el tiempo, y los que inician, entran en una incertidumbre que violenta sus derechos.

En el caso del fallo relacionado al matrimonio igualitario, la excelsa la sapiencia de los magistrados, se decantó por otorgar al Congreso un plazo de 18 meses desde la publicación de la sentencia completa para regular el tema.

El fallo en su totalidad no ha sido publicado, ni comunicado a los recurrentes.

El agravante de esto, es que ya se cumplen los cien días desde que se dio la histórica votación.

Los magistrados, la Sala Constitucional, la que se supone que debe velar por el acatamiento de la legislación nacional, así como de los tratados internacionales, parece moverse con una modorra que podría interpretarse como un deseo de atrasar.

Hay matrimonios que se han celebrado y no se pueden inscribir, con las implicaciones que esto conlleva para las parejas interesadas.

La Constitución Política de 1948, la que nos garantiza una “justicia pronta y cumplida”, para una parte de la población, ese precepto se queda en letra muerta, pues el atraso ya va llegando a los cien días, en caso de que el 15 de noviembre fueran publicados los esperados fallos, por la inercia de los protectores del derecho se va prolongando la espera.

Cerrando esta entrega, podemos decir que la matemática y el calendario no fallan, estos 100 días, representan a futuro 21 meses, y a mucha gente le urge. 




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