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CHISPORROTEOS

Alberto Cañas afcanas@intnet.co.cr | Sábado 26 enero, 2013


Pedirle a la Asamblea Legislativa, que fundamentalmente es legislativa, dedicar su tiempo a debatir ideas que no constan en proyectos de ley, es un disparate que difícilmente cabe en el cerebro de una persona medianamente inteligente


CHISPORROTEOS

El nuestro es probablemente el país del mundo donde mayor cantidad de disparates y tonterías se someten a conocimiento público, y donde mayor cantidad de tonterías y disparates son discutidos donde no procede, si con hacerlo se consigue perder el tiempo.
Una decisión inteligente de la Presidenta Chinchilla fue el pedir a un grupo de personalidades que le sometieran ideas sobre lo que a juicio de ellas es necesario hacer o promulgar para que Costa Rica recupere su orden, su prestigio, su progreso y su manera inteligente de conducirse, cosas que lamentablemente se han perdido en medio del desorden que padecemos.
Esas ideas es lo que le han sometido. Ideas todas interesantes, novedosas muchas de ellas, dignas de ser estudiadas, tomadas en cuenta, discutidas, y promulgadas como leyes las que proceda aceptar. En todo caso, un magnífico abanico de temas de discusión para todos los ciudadanos interesados en el porvenir de la Patria.
Pero como todo en este país corre el riesgo de convertirse en un disparate, se informa que ciertos diputados tienen la intención de proponer que esas ideas y proposiciones se discutan en la Asamblea Legislativa. No se sabe para qué, pero así es.
Sería la primera ocasión en que la Asamblea Legislativa de Costa Rica (o el Poder Legislativo de cualquier otro país), decide abrir un debate sobre ideas que no consisten en proyectos de ley ni han sido traducidas a proyectos de ley. Ideas abstractas nada más. Y aunque no sería la primera, sería una ocasión memorable en que la Asamblea Legislativa de Costa Rica abra debate sobe un tema que no está formalmente sometido a su jurisdicción.
Si alguno o algunos diputados creen que hay en el informe de los notables, ideas que deben promulgarse como leyes, que se quite el saco si es varón, se ponga los anteojos y se siente ante un teclado a redactar el proyecto de ley respectivo, y lo someta a la consideración de sus colegas o, en el peor de los casos de sus sucesores.
Pero pedirle a la Asamblea Legislativa, que fundamentalmente es legislativa, dedicar su tiempo a debatir ideas que no constan en proyectos de ley, es un disparate que difícilmente cabe en el cerebro de una persona medianamente inteligente, instruida o culta, que sepa por lo menos qué es un Poder Legislativo, y para qué sirve. Y que para lo que no sirve es para armar en su seno debates sobre ideas abstractas.
Claro, que si la Asamblea no tiene otra cosa que hacer, que se dedique a hacer eso, o a jugar Monopoly, que es muy entretenido
Lo que sí cabe esperar, es que el Poder Ejecutivo (en una pasadita que la Presidente se dé por el Aeropuerto entre aviones), tome una decisión sobre las ideas que le han sometido, y encargue la preparación de los proyectos de ley respectivos, para que, esos sí, sean de conocimiento de la Asamblea. Tan sencillo como decir que dos más dos son cuatro.

Alberto F. Cañas

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