CHISPORROTEOS

CHISPORROTEOS

Es indudable que el Ministro de Educación, mi apreciado Leonardo Garnier metió la de andar cuando firmó una carta de recomendación para la empresa de la señora de Herrero. Pero igualmente es indudable que la labor que viene desempeñando ese Ministro es meritoria, y bien podríamos decir que don Leonardo y el Canciller Castillo son los mejores Ministros que tiene este gobierno, y que sería una pérdida y un retroceso nacional que el programa en que está empeñado se detenga o se suspenda.
Yo fui uno de los primeros en decir que debía renunciar, y el Vicepresidente Liberman hacerse a un lado. Pero muchas veces las consecuencias de cumplir al pie de la letra con una ley, puede tener peores consecuencias que el olvidarse de que existe. Un país con tantas leyes como el nuestro, mientras no se produzca una derogatoria a toda máquina de unas cuantas de esas leyes inútiles, va a encontrarse continuamente ante el dilema de que lo que más conviene es hacerse el tonto. A veces es peor cumplir estrictamente la ley que ignorarla. En esto lo válido es el viejo dicho: por sus frutos los conoceréis. Y que mis colegas abogados no hagan moción para que me expulsen del colegio. Ojalá los diputados que plantearon la renuncia de Garnier analicen las consecuencias, recapaciten, y retiren la exigencia. Habiendo sido uno de los primeros que la apoyaron, quiero retirar públicamente ese apoyo.
Tiene razón mi colega Miguel Angel Agüero cuando en su columna La Machaca se dedica a machacar y machacar sobre aquel famoso caso en que pagaron por metro cúbico lo que había que pagar por metro cuadrado, investigación que nadie sabe a cargo de quien estuvo, ni que resultados tuvo, tiene o va a tener. Bravo, Machaca, cuente con el apoyo de Chisporroteos.
¿No les parece a ustedes que esos anuncios que lo tratan a uno de vos son una falta de respeto? Alguien ha decidido por sí y ante sí que el vos es el trato general de los costarricenses y no es así. El trato general de los costarricenses es usted. Haga un recuento cada uno de mis lectores (y háganselo también los encargados de las agencias de publicidad), de a cuantas personas tratan de vos, y concluya que al resto las trata de usted. El usted es respetuoso y el vos es confianzudo. Pero en los últimos años, no se sabe por qué, están redactando de vos los anuncios comerciales. Eso viene de hace unos diez años. Yo no recuerdo, en mi larga vida, haber visto antes un anuncio que tratara de vos al lector.
Hace unos días me invitaron a la inauguración de una plaza en Peñas Blancas, que llevará el nombre, me dijeron de Plaza José María Cañas Escamilla. Les pedí a los responsables que le quitaran el Escamilla para que no le pase lo que a la Plaza González Víquez de San José que para todos los efectos prácticos es la Plaza Víquez. Nadie quiere una plaza Escamilla ni en Peñas Blancas ni en ninguna parte. Los nombres de los sitios deben ser lo más cortos que sea posible, para que peguen: Recuerden ustedes el disparate del gobierno de Rodríguez, que de puro miedo a que la Avenida segunda la fueran a llamar Figueres, la bautizó como Avenida Juan Rafael Mora Porras. Y por supuesto, semejante bautizo se fue a la porra, porque la gente la sigue llamando Avenida Segunda y ese es su nombre y no su número. Otro gallo le podría haber cantado si la hubiesen bautizado simplemente como avenida Mora. Imagínense ustedes a los ticos bautizando la capital de los Estados Unidos como George Washington, y al presidente Roosevelt como Benjamin Franklin Delano Roosevelt, y rebautizando la república de Simón Bolivia. El disparate mayor que cometieron los diputados fue cambiarle su nombre al cantón de Coronado por Vázquez de Coronado. Por supuesto su cabecera sigue llamándose por todos los habitantes y no habitantes, como siempre: San Isidro de Coronado. A nadie se le ocurre llamarla San Isidro de Vázquez.

Alberto F. Cañas