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CHISPORROTEOS

Alberto Cañas afcanas@intnet.co.cr | Sábado 25 febrero, 2012



CHISPORROTEOS

En este lío de las alianzas y las no alianzas, algunos diputados del PAC se han alzado contra Ottón Solís porque se puso de acuerdo con la Presidenta Chinchilla sobre la aprobación de ciertos impuestos que el Poder Ejecutivo no había incluido en sus proyectos.
Pero esos diputados que se niegan ahora a aprobar el nuevo plan de impuestos, se olvidan (o quizás nunca la han sabido) de una cosa: que ese proyecto ha figurado en el programa de gobierno del PAC. Y por lo tanto ellos, al ser elegidos, estaban obligados a trabajar por la aprobación de ese programa de gobierno del partido que los eligió. Lo que negoció Ottón Solís con la Presidenta pudo negociarlo el Jefe de Fracción del PAC, pero a ninguno de los diputados de ese partido se le ocurrió.
Como bachiller del Liceo de Costa Rica en 1937, me tiene indignado la decisión del alcalde Johnny Araya, de cambiarle su nombre al Paseo de los Estudiantes, bautizado así formalmente en ese año cincuentenario del Liceo. Ahora sé y entonces no lo supe, que el bautizo tuvo como propósito no solo celebrar esos cincuenta años, sino conmemorar la marcha de liceístas y colegialas por esa calle en 1919 para acuerpar a las maestras en su lucha contra las tercerillas y la tiranía de Tinoco, marcha que culminó en el incendio ahora se sabe que por obra de dos liceístas del periódico propagandista de la dictadura, que terminó estrepitosamente dos meses después de ese acontecimiento.
Paseo de los Estudiantes. Una de las pocas calles de San José cuyo nombre conoce y emplea la población. Conmemoración de un acto estudiantil heroico que contribuyó a sacar a la Patria de una dictadura maloliente y asesina. Y una calle que todavía sigue transitada por los estudiantes, donde el encuentro es cotidiano entre las muchachas del Colegio de Señoritas y los muchachos del Liceo de Costa Rica.
Todo para armar artificialmente un Barrio Chino. Esos barrios, donde existen, se han formado espontáneamente porque los chinos se fueron a vivir a él. No sé que por ese lado vivan chinos, y me temo que el alcalde Johnny Araya los tendrá que traer. Pero no de Puntarenas, de Siquirres o de Cañas, ciudades donde tradicionalmente han abundado los descendientes de inmigrantes chinos, porque no van a querer venirse a San José. De suerte que habrá que traerlos especialmente de China, donde sobra la gente, para obsequiarles un barrio propio en el corazón de la capital, donde no tendrán conocidos ni hablarán el idioma.
¿Y los costarricenses sin ascendencia china que viven allí actualmente? ¿Y los comercios no chinos (absolutamente todos) que existen en ese sector? Un barrio puede construirse donde antes no hubo nada. Pero no sobre otro barrio existente y de paso antiguo, prestigioso, con historia y buen nombre. Ojalá que los liceístas y las colegialas se opongan a este atentado. Ojalá que el Ministro de Educación se pronuncie contra tamaño disparate, tan torpe que puede acabar con las aspiraciones políticas de mi muy estimado don Johnny. Si insiste en hacer barrio chino en ese sector, que bautice la calle 11 que no tiene nombre, y deje el Paseo de los Estudiantes en paz, como propiedad y conmemoración de los estudiantes de San José.

Alberto F. Cañas

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