Ceremonia íntima despide a Facundo Cabral
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 14 julio, 2011
Ceremonia íntima despide a Facundo Cabral
Los restos del cantautor argentino Facundo Cabral, asesinado el sábado en Guatemala a los 74 años, recibieron ayer el último adiós en una ceremonia familiar celebrada en un cementerio de las afueras de Buenos Aires.
La ceremonia fue encabezada por la viuda de Cabral, la venezolana Silvia Pousa, en la parroquia del cementerio Jardín de Paz.
Los restos del cantante y poeta, que murió en un atentado perpetrado por sicarios contra un empresario nicaragüense con el que viajaba en un automóvil, fueron trasladados hasta el cementerio desde el teatro ND Ateneo, donde fueron velados por miles de personas.
Emocionados seguidores presenciaron el momento en el que el féretro era introducido en el coche fúnebre, al que despidieron entonando, entre sollozos, la canción más popular de Cabral: “No soy de aquí, ni soy de allá”.
El féretro, que llenaron de flores, estaba cubierto por una bandera de Naciones Unidas, ya que Cabral, propuesto en 2008 para el Nobel de la Paz, había sido designado “Mensajero mundial de la paz” por parte de la Unesco.
En su recorrido hacia el cementerio, el cortejo hizo una breve parada frente a la cafetería La Biela, tradicional punto de reunión de intelectuales y que Cabral frecuentaba siempre que se encontraba en la ciudad.
“Creo que tuvo una muerte cercana a la que hubiera deseado. No lo imagino pasando sus últimos días en el hospital, sin poder moverse. El no le tenía miedo a la muerte, pero sí a la decrepitud”, comentó el productor Jorge Mazzini.
Los familiares agradecieron en un comunicado a “la inmensa cantidad de medios de comunicación de todo el mundo, por la respetuosa cobertura”, e invitaron, más que a llorar su muerte, a “celebrar su vida”, como el propio Cabral había pedido.
Buenos Aires / EFE
Los restos del cantautor argentino Facundo Cabral, asesinado el sábado en Guatemala a los 74 años, recibieron ayer el último adiós en una ceremonia familiar celebrada en un cementerio de las afueras de Buenos Aires.La ceremonia fue encabezada por la viuda de Cabral, la venezolana Silvia Pousa, en la parroquia del cementerio Jardín de Paz.
Los restos del cantante y poeta, que murió en un atentado perpetrado por sicarios contra un empresario nicaragüense con el que viajaba en un automóvil, fueron trasladados hasta el cementerio desde el teatro ND Ateneo, donde fueron velados por miles de personas.
Emocionados seguidores presenciaron el momento en el que el féretro era introducido en el coche fúnebre, al que despidieron entonando, entre sollozos, la canción más popular de Cabral: “No soy de aquí, ni soy de allá”.
El féretro, que llenaron de flores, estaba cubierto por una bandera de Naciones Unidas, ya que Cabral, propuesto en 2008 para el Nobel de la Paz, había sido designado “Mensajero mundial de la paz” por parte de la Unesco.
En su recorrido hacia el cementerio, el cortejo hizo una breve parada frente a la cafetería La Biela, tradicional punto de reunión de intelectuales y que Cabral frecuentaba siempre que se encontraba en la ciudad.
“Creo que tuvo una muerte cercana a la que hubiera deseado. No lo imagino pasando sus últimos días en el hospital, sin poder moverse. El no le tenía miedo a la muerte, pero sí a la decrepitud”, comentó el productor Jorge Mazzini.
Los familiares agradecieron en un comunicado a “la inmensa cantidad de medios de comunicación de todo el mundo, por la respetuosa cobertura”, e invitaron, más que a llorar su muerte, a “celebrar su vida”, como el propio Cabral había pedido.
Buenos Aires / EFE