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EDITORIAL


Celebremos sin pólvora

Ante las consecuencias tan lamentables de los juegos pirotécnicos, lo más sano sería prescindir de ellos

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 04 diciembre, 2010


Editorial 4 de diciembre 2010


Cada diciembre, para las fiestas patronales, Navidad y Año Nuevo, surgen en Costa Rica los fuegos de artificio. Ha calado esta costumbre a tal punto, que se ha establecido oficialmente el majestuoso Festival de la Luz.

La pólvora fue inventada en China en el siglo IX y los árabes la introdujeron a Europa cerca del año 1200.

La tradición cuenta que un peregrino proporcionó la receta de la pólvora a un monje. A la mañana siguiente, el religioso despidió a su huésped, y comprobó horrorizado que el visitante escondía bajo su ropaje un rabo peludo, porque era el propio diablo.

El mito ilustra bien el daño que este invento ha causado a través del tiempo, pues si bien produce un espectáculo maravilloso y es motivo de felicidad en las fiestas, también es causa de dolor en muchas personas, sobre todo niños, que para esta época resultan mutilados. Ni que decir en su uso bélico.

La pólvora puede provocar incendios, explotar en la mano de quien la manipula, estallar en el rostro de los niños o enredarse en la vestimenta. Además, su estallido causa fuerte impacto en el sistema nervioso y el oído de personas y mascotas.

Tal vez sea momento de plantearnos la posibilidad de vedar la importación y el uso de la pólvora para estos fines. Ante las consecuencias tan lamentables de los juegos pirotécnicos, lo más sano sería prescindir de ellos.

Pero mientras esto se resuelve o se va creando la cultura de sustituir los fuegos artificiales por otros atractivos que la tecnología ofrece, el Estado y los gobiernos locales deberían regular con mayor severidad su uso mediante disposiciones que la ciudadanía y el comercio deban cumplir rigurosamente.

La manipulación de la pólvora debería ser exclusiva para personas debidamente autorizadas y adiestradas en el oficio. Los comerciantes deben ser prudentes con su almacenamiento y transporte. No se debe fumar cerca de ella y evitar chispas a su alrededor. Es necesario utilizar lentes y protectores de manos cuando se manejan explosivos. Hay que evitar llevarse la mano a los ojos después de haberla tocado, así como tener al alcance extintores de fuego. La mecha de los fuegos de artificio debe ser larga, y no se pueden guardar en los bolsillos de la ropa.

En este mes de dicha y paz, tener precaución con la pólvora es un buen regalo de amor.







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