Caminando Saprissa conquistó el bicampeonato

Vladimir Quesada y su nómina, estaban completamente seguros de la remontada. No lo dudaron un segundo, un minuto después de caer en La Catedral 1-0 en el juego de ida de la final por el título.

Lo comentamos en su momento: los morados perdieron el partido y salieron felices del Morera Soto.

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Este comportamiento, esta seguridad, esta confianza de qué en La Cueva, la tortilla daría vuelta, fue un menosprecio a la calidad del contrincante y los jugadores del Alajuelense, profesionales y millonarios, debieron sentir pena, para no utilizar otro calificativo más grueso, de que el rival, a pesar de salir derrotado del primer partido, mostrara tanta seguridad que le darían vuelta al 1-0 en contra, en una señal que incluso se pudo calificar como irrespetuosa hacia el enemigo.

Al final de cuentas, Vladimir y sus pupilos tuvieron la razón y prácticamente caminando, sin el menor apuro, liquidaron a su adversario futbolística y mentalmente en solo cinco minutos.

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Los entusiastas seguidores del Alajuelense, se llevaron un nuevo golpe emocional, doloroso, casi que incomprensible, repetitivo, frustrante, responsabilidad de un grupo de jugadores que lo dan todo, pero que se acostumbraron a perder y a pedir disculpas. La nómina del León es experta en pedirle disculpas a su noble afición, pero no es capaz de sostener un resultado positivo en el juego más determinante del campeonato.

Imperdonable, por lo que estaba en juego, la ocasión de gol que desaprovechó Johan Venegas en el minuto 16. En un partido de esta trascendencia, no se puede regalarle la corona al rival, botando una oportunidad de gol con el marco descubierto y sin portero.

Con una ventaja de 2-0, si Johan anota, el libreto de la final hubiese tenido otro guion, porque el Monstruo quedaba obligado a meter tres goles para que el partido fuera a los tiempos extras.

A pesar de que Venegas botó el partido, su técnico Andrés Carevic lo premió dejándolo todo el juego y, necesitando goles; bajó a su goleador Carlos Mora como defensa derecho, cuando sacó a Carlos Martínez.

Desde luego que ese par de goles en cinco minutos, descontroló al técnico manudo, al rato Suhander Zúñiga fue madrugado por Warren Madrigal quien gestó el 3-0 y hasta ahí llegó el León.

Saprissa jugó con la cómoda ventaja, mostró su famoso ADN de campeón, impuso su jerarquía y conquistó el bicampeonato. Les resultó demasiado fácil.

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