Cambio energético, tema candente
Chernóbil y Fukushima, como una demostración de lo imprevisible, replantean el debate sobre la energía nuclear, un asunto por resolver
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 25 abril, 2011
La catástrofe de Fukushima, en Japón, desencadenada el pasado 11 de marzo por un terremoto de nueve grados en la escala de Richter y un posterior tsunami, sumió a ese país en una tragedia con muchos miles de muertos y heridos, además de gigantescas pérdidas económicas.
El mundo, conmocionado, actúa ahora en dos sentidos: la ayuda a Japón y el repensar sobre la generación de energía nuclear.
La catástrofe de Fukushima originada en fenómenos incontrolables y la de Chernóbil sucedida hace 25 años por fallas humanas tienen efectos mundiales.
Por un lado, una buena parte de la energía eléctrica que utilizan algunos países proviene de generación nuclear, y por otro; esta ha demostrado que fenómenos imprevisibles producen catástrofes en sus plantas, de consecuencias trágicas por las pérdidas humanas y económicas y por su extensión al resto del mundo.
Muchos países no renunciarán a utilizar energía nuclear a pesar de lo ocurrido. Lo ha dicho el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Yukiya Amano.
Desde otro punto de vista, se debe hacer una revisión total de las normas de construcción de las plantas nucleares y un análisis de los costos y beneficios de la energía nuclear, opina el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
“Los desastres nucleares no respetan fronteras, representan amenazas directas para la humanidad y para el medio ambiente, causan pérdidas económicas y afectan todo”, dijo Ki-moon en la cumbre sobre seguridad y uso innovador de la energía nuclear, en Kiev.
El debate está ahí. El mundo deberá decidir si continúa utilizando esta forma de generar energía.
¿Cómo afecta a Costa Rica todo esto? En forma directa, no utilizamos energía nuclear. En cambio, eventualmente sí podemos sufrir las consecuencias de catástrofes nucleares.
Lo ocurrido es una razón más para invitar al conjunto de naciones del planeta, como hace mucho tiempo lo venimos haciendo, a inclinarse hacia las diversas formas de generación de energía limpia y renovable.
Tanto el petróleo como el gas natural se agotarán y aunque su desaparición no es aún tan inminente, la merma irá disparando sus precios. La sustitución debe hacerse ahora.
Ya hay países con gigantescos parques eólicos y de paneles solares y se avanzó en materiales de mayor captación de la energía a menor costo.
Se busca aprovechar también la fuerza de las mareas, como lo hace Irlanda desde 2008, con la mayor turbina marina del mundo.
Costa Rica tiene buenas posibilidades de dejar de depender de combustibles que ya se agotan. Pero eso exige inmediatas políticas integrales dirigidas a tal fin.