Cambio climático, un tema que nos convoca a todos
| Sábado 19 septiembre, 2009
Cambio climático, un tema que nos convoca a todos
Las últimas noticias dan cuenta de los serios daños en la agricultura y la producción hidroeléctrica, entre otros, que está causando la larga canícula este año en Costa Rica. Este fenómeno aquí, mientras que en otras latitudes lluvias torrenciales ponen en peligro poblaciones enteras, son ejemplos del cambio climático que estamos viviendo. Todos los habitantes del planeta estamos obligados a reaccionar ante él, porque aunque los países desarrollados son, en mayor medida, responsables del cambio climático debido al gran consumo de energías contaminantes, los países pobres son los más vulnerables a sus consecuencias.
Luego del Protocolo de Kioto, cuya vigencia llega hasta 2012, la ONU promueve un nuevo acuerdo, el cual constituye el objetivo principal de la próxima reunión de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP15), que tendrá lugar en Copenhague, entre el 7 y el 18 de diciembre de 2009.
En este contexto, la diplomacia europea está profundamente comprometida con el desafío climático y, consciente de la complejidad del tema y del poco tiempo disponible para las negociaciones, se moviliza para que en Copenhague se logre un acuerdo equilibrado y viable que tome en cuenta los desafíos de seguridad colectiva, los del desarrollo y los de la gobernanza mundial. Como lo señaló el Ministro francés de Asuntos exteriores, Bernard Kouchner, “la lucha contra el cambio climático es antes que nada un asunto político entre países industrializados, países en desarrollo y países emergentes”.
Para ayudar en la toma de decisiones hacia la cita crucial de fin de año, las embajadas de Alemania, Francia y Gran Bretaña, y el Programa de Naciones Unidas para el desarrollo, aquí en San José, decidimos colaborar con el Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones , para la organización de la Reunión de Negociadores de Cambio Climático América Latina, el Caribe y la Unión Europea. En este encuentro, que tuvo lugar los días 10 y 11 de setiembre, participaron expertos y negociadores de la mayoría de países latinoamericanos y dos países caribeños, así como el embajador francés para negociaciones de cambio climático, Brice Lalonde; el experto francés Cyril Loisel, y representantes de organismos internacionales y de ONG que trabajan en este tema. Está claro que el acuerdo de Copenhague requiere el aporte de todos los países, según sus capacidades, y bajo el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas.
Costa Rica, pionero en la lucha contra el cambio climático y miembro del G77, tiene un importante papel que jugar en estas negociaciones. Esperamos que la participación del presidente Arias en la cumbre de Nueva York a finales de setiembre, logre, con la autoridad moral que brindan ejemplos exitosos como el pago por servicios ambientales o la explotación de energías renovables, federar posiciones en el seno del G77 y acercarlas a las posiciones europeas, lo que sin duda allanará el camino hacia un acuerdo global. Porque no hay plan B después de Copenhague.
Fabrice Delloye
Embajador de Francia
Las últimas noticias dan cuenta de los serios daños en la agricultura y la producción hidroeléctrica, entre otros, que está causando la larga canícula este año en Costa Rica. Este fenómeno aquí, mientras que en otras latitudes lluvias torrenciales ponen en peligro poblaciones enteras, son ejemplos del cambio climático que estamos viviendo. Todos los habitantes del planeta estamos obligados a reaccionar ante él, porque aunque los países desarrollados son, en mayor medida, responsables del cambio climático debido al gran consumo de energías contaminantes, los países pobres son los más vulnerables a sus consecuencias.
Luego del Protocolo de Kioto, cuya vigencia llega hasta 2012, la ONU promueve un nuevo acuerdo, el cual constituye el objetivo principal de la próxima reunión de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP15), que tendrá lugar en Copenhague, entre el 7 y el 18 de diciembre de 2009.
En este contexto, la diplomacia europea está profundamente comprometida con el desafío climático y, consciente de la complejidad del tema y del poco tiempo disponible para las negociaciones, se moviliza para que en Copenhague se logre un acuerdo equilibrado y viable que tome en cuenta los desafíos de seguridad colectiva, los del desarrollo y los de la gobernanza mundial. Como lo señaló el Ministro francés de Asuntos exteriores, Bernard Kouchner, “la lucha contra el cambio climático es antes que nada un asunto político entre países industrializados, países en desarrollo y países emergentes”.
Para ayudar en la toma de decisiones hacia la cita crucial de fin de año, las embajadas de Alemania, Francia y Gran Bretaña, y el Programa de Naciones Unidas para el desarrollo, aquí en San José, decidimos colaborar con el Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones , para la organización de la Reunión de Negociadores de Cambio Climático América Latina, el Caribe y la Unión Europea. En este encuentro, que tuvo lugar los días 10 y 11 de setiembre, participaron expertos y negociadores de la mayoría de países latinoamericanos y dos países caribeños, así como el embajador francés para negociaciones de cambio climático, Brice Lalonde; el experto francés Cyril Loisel, y representantes de organismos internacionales y de ONG que trabajan en este tema. Está claro que el acuerdo de Copenhague requiere el aporte de todos los países, según sus capacidades, y bajo el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas.
Costa Rica, pionero en la lucha contra el cambio climático y miembro del G77, tiene un importante papel que jugar en estas negociaciones. Esperamos que la participación del presidente Arias en la cumbre de Nueva York a finales de setiembre, logre, con la autoridad moral que brindan ejemplos exitosos como el pago por servicios ambientales o la explotación de energías renovables, federar posiciones en el seno del G77 y acercarlas a las posiciones europeas, lo que sin duda allanará el camino hacia un acuerdo global. Porque no hay plan B después de Copenhague.
Fabrice Delloye
Embajador de Francia