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Calidad de vida

Leopoldo Barrionuevo leopoldo@amnet.co.cr | Sábado 29 octubre, 2011



ELOGIOS
Calidad de vida


Hoy la calidad de vida equivale a bienestar social, es decir la suma de factores que brinden al individuo una existencia rodeada de satisfacción y tranquilidad humanas, dentro de la que pueda cumplir sus sueños y sus aspiraciones a corto plazo. Habitualmente se miden y se comparan sociedades, a la vez que se analizan estadísticamente, pero ello no permite establecer lo que experimentan los ciudadanos en especial porque no nos llegan a tiempo: cuando son publicadas han cambiado.
De un modo u otro, la calidad de vida mide la felicidad y extraña sobremanera que los políticos, cuando llegan al gobierno, no mantengan una permanente vigilia sobre los deseos de sus gobernados.
El socialismo fue hasta la fecha incapaz de mostrar las ventajas de la propiedad de los medios de producción y la capacidad del sistema para crear riqueza a repartir y el capitalismo tampoco se ha destacado por distribuir equitativamente la riqueza que creaba, por el contrario, cada vez se acumula más en manos de menos.
En la práctica, la cúpula del poder se queda con la mejor parte, no importa cuál sea el color de su ideología, lo malo es que la corrupción se extiende hacia la base y la base se hace más y más extensa como para cobijar una clase improductiva e inútil para la sociedad, para la cual hay que reinventar impuestos en lugar de recortes o despidos.
La calidad de vida se mide por la capacidad de administrar los deseos más fervientes del pueblo: tranquilidad social, equilibrio en los ingresos, paz interior sin atracos, robos, asesinatos, drogas, violaciones, inseguridad, a lo que hay que agregar la muerte en carreteras por exceso de velocidad, amén de una justicia injusta e inacabable en su trámite para penalizar.
Calidad de vida es brindar una educación que justifique que el Estado equivale también a un pueblo cada vez mejor preparado y con mejor capacidad de ingresos que crece, a través de una existencia asegurada por una pensión producto del trabajo de muchos años, incluyendo el cuidado de su salud hasta el final de sus días.
Las encuestas logran determinar todos los errores que se comenten en perjuicio del pueblo, lo que solemos denominar desgobierno o incapacidad para manejar la cosa pública pero en realidad lo que miden es la mediocridad de las propuestas electorales o las mentiras en que se navega.
Es curioso que un país que se ahorra más de la tercera parte del presupuesto nacional que el resto de Latinoamérica dedica a los militares, necesite tanto impuesto ¿para mantener qué?
Hay caminos para gobernar y elegir no es difícil: paternalismo que no es otra cosa que suponer que se gobiernan tontos que aparentemente requieren que otros determinen el futuro de sus vidas; democracia implica tener en cuenta el clamor popular; plutocracia es el gobierno al servicio de los intereses de los más ricos; aristocracia algo que ya no existe; oclocracia es el gobierno al servicio de la chusma e ineficracia, suele ser más común de lo que pensamos.

Leopoldo Barrionuevo
leopoldo@amnet.co.cr

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