Bush emprende gira por Oriente Medio
| Miércoles 09 enero, 2008
Bush emprende gira por Oriente Medio
La red terrorista Al Qaeda ha instado a sus seguidores a atentar contra el presidente estadounidense durante su viaje por la región
Washington
EFE
George W. Bush, presidente de Estados Unidos, emprendió ayer su gira más amplia por Oriente Medio desde que está en la Casa Blanca con el incremento de la tensión con Irán como trasfondo.
El propio Bush, que llegará el miércoles a Jerusalén, afirmó que uno de los asuntos fundamentales de sus reuniones será contener lo que considera “ambiciones agresivas” de la República Islámica.
La tensión ha subido un grado más tras el incidente el domingo en el estrecho de Ormuz, donde tres buques de guerra estadounidenses estuvieron a punto de disparar contra embarcaciones iraníes que les hostigaban, según el Pentágono.
La Casa Blanca quiere crear un frente común en la región para aislar a Irán por sus actividades nucleares, su presunto apoyo a milicias chiíes en Irak y los “exabruptos” de su presidente, Mahmud Ahmadineyad, que ha pedido borrar a Israel de la faz de la Tierra.
“Le gustaría crear una alianza de países amigos para enfrentarse a las agresiones iraníes”, dijo Graeme Bannerman, un experto del Instituto de Oriente Medio, un centro independiente.
No obstante, Bush encontrará, según los comentaristas, bastante confusión sobre la política estadounidense con respecto a Irán en Kuwait, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Egipto, los países que visitará, además de Israel y el territorio palestino de Cisjordania.
La razón es un informe de inteligencia conocido por sus siglas “NIE”, elaborado por las agencias de espionaje de Estados Unidos y divulgado a principios de diciembre que afirmó que Irán probablemente tenía un programa secreto para fabricar un arma nuclear pero que lo detuvo en 2003 bajo presión internacional.
El informe ha generado una multitud de teorías de la conspiración en Oriente Medio, donde se ha dicho que es parte de un complot de un pequeño grupo de analistas para tergiversar la verdad o un golpe de mano de las agencias secretas de Estados Unidos para impedir un ataque militar contra Irán.
El consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Stephen Hadley, ha reconocido que el informe ha sido “malinterpretado”, y Bush previsiblemente pasará gran parte de su tiempo durante la gira tratando de deshacer ese desaguisado.
Bush lo explicó en una entrevista con el periódico israelí Yediot Ahronot antes de partir al declarar que “parte de la razón por la que voy a Oriente Medio es para dejar muy claro a las naciones en esa parte del mundo que consideramos a Irán como una amenaza y que el NIE no cambia de ninguna forma esa amenaza, sino que la clarifica”.
El “NIE” ha socavado los argumentos de Washington en favor de endurecer las sanciones contra Irán, según Kenneth Pollack, un experto de la Institución Brookings, un centro de estudios independiente.
“Una de las cosas que el presidente (Bush) tendrá que hacer es sentarse delante de esos gobernantes y reiterarles que (...) es posible aún preparar un plan de sanciones que ponga suficiente presión sobre los iraníes para forzarles a cambiar”, dijo Pollack.
No es que los países de la zona tengan afinidad por el Gobierno de Teherán.
Al contrario, durante los últimos años ha existido una gran animadversión entre Irán, un país persa de mayoría chií, y sus vecinos árabes de mayoría suní.
“Los países del Golfo ejercen presión sobre Irán entre bambalinas, no en público. No les gusta la diplomacia pública de Estados Unidos”, declaró el iraní Farid Abolfathi, un experto de la consultora Global Insight.
Para llevarlos a su lado, la Casa Blanca se prepara para vender a algunos gobiernos de la zona armas por valor de $20 mil millones (13.600 millones de euros), un plan que deberá superar las objeciones de los legisladores estadounidenses que lo consideran un peligro para Israel.
Por si existiera poca tensión tras el incidente en el golfo Pérsico del fin de semana, la red terrorista Al Qaeda ha instado a sus seguidores a atentar contra Bush durante su gira.
Bush llegará hoy a Jerusalén y después viajará a Ramala, mientras se hacen conjeturas sobre una posible visita sorpresa al Líbano.
Son paradas en el vecindario de los grupos integristas Hamás y Hizbolá, que, según el departamento de Estado de Estados Unidos, están respaldados por Irán.
La red terrorista Al Qaeda ha instado a sus seguidores a atentar contra el presidente estadounidense durante su viaje por la región
Washington
EFE
George W. Bush, presidente de Estados Unidos, emprendió ayer su gira más amplia por Oriente Medio desde que está en la Casa Blanca con el incremento de la tensión con Irán como trasfondo.
El propio Bush, que llegará el miércoles a Jerusalén, afirmó que uno de los asuntos fundamentales de sus reuniones será contener lo que considera “ambiciones agresivas” de la República Islámica.
La tensión ha subido un grado más tras el incidente el domingo en el estrecho de Ormuz, donde tres buques de guerra estadounidenses estuvieron a punto de disparar contra embarcaciones iraníes que les hostigaban, según el Pentágono.
La Casa Blanca quiere crear un frente común en la región para aislar a Irán por sus actividades nucleares, su presunto apoyo a milicias chiíes en Irak y los “exabruptos” de su presidente, Mahmud Ahmadineyad, que ha pedido borrar a Israel de la faz de la Tierra.
“Le gustaría crear una alianza de países amigos para enfrentarse a las agresiones iraníes”, dijo Graeme Bannerman, un experto del Instituto de Oriente Medio, un centro independiente.
No obstante, Bush encontrará, según los comentaristas, bastante confusión sobre la política estadounidense con respecto a Irán en Kuwait, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Egipto, los países que visitará, además de Israel y el territorio palestino de Cisjordania.
La razón es un informe de inteligencia conocido por sus siglas “NIE”, elaborado por las agencias de espionaje de Estados Unidos y divulgado a principios de diciembre que afirmó que Irán probablemente tenía un programa secreto para fabricar un arma nuclear pero que lo detuvo en 2003 bajo presión internacional.
El informe ha generado una multitud de teorías de la conspiración en Oriente Medio, donde se ha dicho que es parte de un complot de un pequeño grupo de analistas para tergiversar la verdad o un golpe de mano de las agencias secretas de Estados Unidos para impedir un ataque militar contra Irán.
El consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Stephen Hadley, ha reconocido que el informe ha sido “malinterpretado”, y Bush previsiblemente pasará gran parte de su tiempo durante la gira tratando de deshacer ese desaguisado.
Bush lo explicó en una entrevista con el periódico israelí Yediot Ahronot antes de partir al declarar que “parte de la razón por la que voy a Oriente Medio es para dejar muy claro a las naciones en esa parte del mundo que consideramos a Irán como una amenaza y que el NIE no cambia de ninguna forma esa amenaza, sino que la clarifica”.
El “NIE” ha socavado los argumentos de Washington en favor de endurecer las sanciones contra Irán, según Kenneth Pollack, un experto de la Institución Brookings, un centro de estudios independiente.
“Una de las cosas que el presidente (Bush) tendrá que hacer es sentarse delante de esos gobernantes y reiterarles que (...) es posible aún preparar un plan de sanciones que ponga suficiente presión sobre los iraníes para forzarles a cambiar”, dijo Pollack.
No es que los países de la zona tengan afinidad por el Gobierno de Teherán.
Al contrario, durante los últimos años ha existido una gran animadversión entre Irán, un país persa de mayoría chií, y sus vecinos árabes de mayoría suní.
“Los países del Golfo ejercen presión sobre Irán entre bambalinas, no en público. No les gusta la diplomacia pública de Estados Unidos”, declaró el iraní Farid Abolfathi, un experto de la consultora Global Insight.
Para llevarlos a su lado, la Casa Blanca se prepara para vender a algunos gobiernos de la zona armas por valor de $20 mil millones (13.600 millones de euros), un plan que deberá superar las objeciones de los legisladores estadounidenses que lo consideran un peligro para Israel.
Por si existiera poca tensión tras el incidente en el golfo Pérsico del fin de semana, la red terrorista Al Qaeda ha instado a sus seguidores a atentar contra Bush durante su gira.
Bush llegará hoy a Jerusalén y después viajará a Ramala, mientras se hacen conjeturas sobre una posible visita sorpresa al Líbano.
Son paradas en el vecindario de los grupos integristas Hamás y Hizbolá, que, según el departamento de Estado de Estados Unidos, están respaldados por Irán.