Barça sigue, adiós Madrid
Luis Fernado Rojas lrojas@larepublica.net | Miércoles 04 mayo, 2011
Barça sigue, adiós Madrid
En el mejor de los cuatro clásicos, empatan catalanes y merengues
Un Real Madrid, jugando como Real Madrid, le dio mucho más que hacer ayer al Barcelona que durante el partido de ida, en el Bernabéu, aunque al final los catalanes con el empate a un gol (3-1 en el global) son los que irán a Wembley, a disputar la final de la Liga de Campeones.
Ayer el partido estuvo para los dos; para Barcelona, con una primera parte en la que Iker Casillas ratificó por qué es uno de los mejores arqueros del mundo, impidiendo la apertura del Barça; fue un cabezazo de Busquets, un remate de Messi, y un paradón a Villa, algunas de las intervenciones de película, del arquero madridista.
Para el Real, el partido estuvo al inicio de la complementaria por intermedio de Gonzalo Higuaín, cuando concretó un gol peligrosamente tempranero, que prometía poner el partido al rojo vivo, pero el árbitro lo anuló sancionándole a Ronaldo una falta que no cometió.
Real Madrid intentó jugar ayer como ellos saben, demostrando que Mourinho se equivocó en su esquema como local, en el Bernabéu, algo en que imagino tuvo que pensar el técnico portugués ayer, viendo el partido por televisión, desde su habitación en el hotel.
Real sumó el valor ofensivo de Ronaldo, Kaká, Higuaín y Di María, lo cual en la apertura del partido parecía le traería más de un problema al Barcelona, que a su vez tendría más espacios para el cerebral Messi. No obstante, el ramillete ofensivo de Mourinho solo sirvió, en la primera parte, para tener en alerta al Barcelona, porque los blancos encontraron el marco de Valdés, que se fue al descanso sin remates y con solo un apuro, en un contragolpe que llevó Ronaldo por la derecha.
Pese a tener los nombres, fallaron algunos hombres y uno de ellos fue Kaká, decepcionante y quien nunca aportó la chispa que se esperaba de él, cuando su equipo intentó desequilibrar la defensa del Barça.
Al principio los catalanes se la tomaron tranquila. Toque que toque encontraron los caminos a gol que Casillas bloqueó, hasta la complementaria cuando en uno de esos alumbramientos mágicos que salen de los pies de Iniesta, la pelota fue a Pedro y esta vez Casillas no pudo hacer de héroe.
Parecía que todo había terminado en el Camp Nou; el Madrid golpeaba en demasía, tanto, que hasta las que no eran falta el árbitro se las creía y el fantasma de una roja respiraba en la nuca de los blancos. Pero entonces Xabi Alonso cortó una salida del Barça, y se la dio a Di María, que primero la estrelló en el vertical derecho y en la segunda bola, la cedió para que Marcelo concretara el empate. Faltaban 26 minutos, todavía había partido.
Cuando cayó el gol del Madrid, ya Özil y Adebayor habían ingresado a cambiarle un poco la cara al Madrid, lo que obligó a Pep Guardiola a buscar cerrojos para el juego. La tensión creció un poco en ambos bandos; un gol del Real hubiese encendido la mecha, pero los catalanes no permitieron más, manejaron el reloj y concretaron su obra que ahora les permitirá ir a Wembley, muy posiblemente contra el local Manchester United. El final fue emotivo, con el ingreso de Abidal, más para el aplauso y la celebración.
Consulta: transmisión de FoxSports y EFE
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net
En el mejor de los cuatro clásicos, empatan catalanes y merengues
Un Real Madrid, jugando como Real Madrid, le dio mucho más que hacer ayer al Barcelona que durante el partido de ida, en el Bernabéu, aunque al final los catalanes con el empate a un gol (3-1 en el global) son los que irán a Wembley, a disputar la final de la Liga de Campeones.
Ayer el partido estuvo para los dos; para Barcelona, con una primera parte en la que Iker Casillas ratificó por qué es uno de los mejores arqueros del mundo, impidiendo la apertura del Barça; fue un cabezazo de Busquets, un remate de Messi, y un paradón a Villa, algunas de las intervenciones de película, del arquero madridista.
Para el Real, el partido estuvo al inicio de la complementaria por intermedio de Gonzalo Higuaín, cuando concretó un gol peligrosamente tempranero, que prometía poner el partido al rojo vivo, pero el árbitro lo anuló sancionándole a Ronaldo una falta que no cometió.
Real Madrid intentó jugar ayer como ellos saben, demostrando que Mourinho se equivocó en su esquema como local, en el Bernabéu, algo en que imagino tuvo que pensar el técnico portugués ayer, viendo el partido por televisión, desde su habitación en el hotel.
Real sumó el valor ofensivo de Ronaldo, Kaká, Higuaín y Di María, lo cual en la apertura del partido parecía le traería más de un problema al Barcelona, que a su vez tendría más espacios para el cerebral Messi. No obstante, el ramillete ofensivo de Mourinho solo sirvió, en la primera parte, para tener en alerta al Barcelona, porque los blancos encontraron el marco de Valdés, que se fue al descanso sin remates y con solo un apuro, en un contragolpe que llevó Ronaldo por la derecha.
Pese a tener los nombres, fallaron algunos hombres y uno de ellos fue Kaká, decepcionante y quien nunca aportó la chispa que se esperaba de él, cuando su equipo intentó desequilibrar la defensa del Barça.
Al principio los catalanes se la tomaron tranquila. Toque que toque encontraron los caminos a gol que Casillas bloqueó, hasta la complementaria cuando en uno de esos alumbramientos mágicos que salen de los pies de Iniesta, la pelota fue a Pedro y esta vez Casillas no pudo hacer de héroe.
Parecía que todo había terminado en el Camp Nou; el Madrid golpeaba en demasía, tanto, que hasta las que no eran falta el árbitro se las creía y el fantasma de una roja respiraba en la nuca de los blancos. Pero entonces Xabi Alonso cortó una salida del Barça, y se la dio a Di María, que primero la estrelló en el vertical derecho y en la segunda bola, la cedió para que Marcelo concretara el empate. Faltaban 26 minutos, todavía había partido.
Cuando cayó el gol del Madrid, ya Özil y Adebayor habían ingresado a cambiarle un poco la cara al Madrid, lo que obligó a Pep Guardiola a buscar cerrojos para el juego. La tensión creció un poco en ambos bandos; un gol del Real hubiese encendido la mecha, pero los catalanes no permitieron más, manejaron el reloj y concretaron su obra que ahora les permitirá ir a Wembley, muy posiblemente contra el local Manchester United. El final fue emotivo, con el ingreso de Abidal, más para el aplauso y la celebración.
Consulta: transmisión de FoxSports y EFE
Luis Rojas
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