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COLUMNISTAS


Aún tenemos esperanza para recibir el año 2020

Siany Villalobos sianyv@yahoo.com | Martes 24 diciembre, 2019


Nos encontramos al filo de concluir el año, fechas en que hacemos un recuento de lo bueno, lo lindo y lo malo, tanto de nuestra vida, como de los acontecimientos en el país.

No fue un año fácil para la población costarricense, nos encontramos rodeados de nuevos impuestos, nuevas formas de manejar las finanzas personales, asumir nuevas responsabilidades como realizar las nuevas declaraciones de personas jurídicas rodeadas de complicaciones, declaraciones de impuestos del nuevo impuesto al valor agregado y renta de, enfrentamiento a cierres de negocios, despidos masivos de empresas privadas y no faltaron las del Estado, con el cierre de Bancrédito, además de la reducción de casi un 80% del personal de JAPDEVA y el anuncio por parte de la Ministerio de Planificación que se proyecta cierre de instituciones.

Vivimos un año con temor ante los cambios, un año que en buena medida bajó el nivel de vida de la clase media y profesional, clase que debió cambiar sus hábitos de consumo y asumir más costos y responsabilidades, entendiendo que la desigualdad y las brechas en costa Rica cada vez son más fuertes entre quienes ganan más y entre quienes viven con menos dinero, donde un 20% de las familias concentran el 50 % de los ingresos, según información de Manuel Avendaño Arce publicada en un diario nacional.

Si bien, las cosas cambiaron, lo importante debe ser mantener la ilusión para el año 2020 que se avecina, donde se contemplen nuevas metas, la readecuación de las condiciones de consumo para evitar los endeudamientos innecesarios, pues no está de más planear nuestra vida, para vivirla con seguridad y bienestar.

Es comprensible que muchas personas atraviesan un mal momento por el desempleo, y no deja más opción a reinventarse, abandonar la idea de ser empleado o dependiente, como decía alguien que conocí y amé “la plata está en calle”, se debe aprender a pescar, a buscar opciones con mente positiva, debemos salir del ciclo de la pobreza, buscando las alternativas para proveer a nuestras familias y no esperar a que nos regalen las cosas.

La lamentación no servirá para resolver nuestros problemas, aun cuando nos cuestionamos como se desperdician los recursos públicos, que al fin de cuentas son los que pagamos usted y yo mes a mes mediante el pago de impuestos. Por ejemplo es incomprensible la cantidad de viajes al exterior de funcionarios públicos, sin respuestas o resultados que justifiquen tales gastos, o del café con oro del que hizo alarde un funcionario de la cancillería y ni que decir cómo se persiguen algunos por algún tipo de nombramiento de personal y se dejan de lado los grandes casos de corrupción como el “cementazo” que duerme el sueño de los justos. Pues sí, es una realidad, pero no puede perturbar nuestros anhelos e ilusiones para este nuevo año 2020.

En estas fechas navideñas vivimos igualmente la recta final de las elecciones municipales que se llevarán a cabo el primer domingo de febrero del 2020, tenemos la oportunidad de decidir quiénes serán nuestros gobernantes a nivel local, donde estamos obligados a conocer a las personas que tomarán el reto y de igual forma sus programas de gobierno, porque de no ser de esta manera, estaremos condenando a nuestros cantones, al lugar donde habitamos y del que recibimos los servicios y el bienestar, al subdesarrollo.

En medio de las malas noticias, las buenas nuevas, las elecciones municipales y las fiestas de fin y principio de año, con la esperanza y la fe en Dios de que cada día estaremos mejor, Feliz Navidad.




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