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Arquitecto de una nueva historia

Rodrigo Díaz rdiaz@larepublica.net | Sábado 12 julio, 2014


El sueño de Eduardo Li es desarrollar cinco centros de alto rendimiento deportivo, similares al Proyecto Gol en diferentes zonas del país. “Cuando lo logremos, el fútbol de Costa Rica se disparará”. Gerson Vargas/La República


Arquitecto de una nueva historia

Eduardo Li, presidente de la Fedefútbol, señala el norte hacia el cual debe dirigirse el fútbol costarricense para lograr éxitos similares al de Brasil 2014

Después de hacer historia, es tiempo de mirar hacia el futuro. Eduardo Li, presidente de la Federación Costarricense de Fútbol y uno de los mayores artífices del éxito de la Selección Nacional en el Mundial de Brasil 2014, ya trabaja para que el país siga alcanzando más triunfos.

“Aspiramos a ser como Uruguay, que con una población y un tamaño similares al nuestro, tiene grandes triunfos futbolísticos. Para ello, debemos trabajar en las ligas menores”, dijo Eduardo Li, presidente de la Fedefútbol. Gerson Vargas/La República

El apoyo al trabajo de la Tricolor, el proveerla de partidos de clase A y el contar con una administración ordenada y eficiente fueron las bases para asentar el gran logro mundialista. El fútbol tico está un peldaño más alto y ya no puede darse el lujo de bajar de nuevo.
Pero para mantenerse en la elite, será necesario un trabajo planificado con los clubes para elevar el nivel del campeonato nacional y desarrollar fuertemente las ligas menores, que son la materia prima para el trabajo de la Selección.
Centros de alto rendimiento por todo el país, similares al Proyecto Gol, son el sueño que ahora forja este empresario, quien supo levantarse de un fracaso y llevar al fútbol de Costa Rica a lo más alto.

¿Cómo resume las claves del éxito?
Fue un grupo de muchachos que dejó el egoísmo a un lado, que cambió el yo por el nosotros, y eso fue fundamental para lograr que el equipo brillara. Los intensos entrenamientos, la parte médica y nutrición fueron fundamentales. Y por supuesto, la parte táctica del profesor para que el sistema de juego se adaptara a nuestros jugadores.
De nuestra parte, les dimos todas las condiciones; hasta las que no podíamos, se las dimos. En un año trajimos tres grandes selecciones y eso empezó a cambiar la mentalidad del jugador, pues vio que podíamos competir con aquellos que salían en televisión. Hubo gente que dudó del trabajo, pero nosotros estábamos seguros de que lo que se estaba haciendo era para el Mundial.

Jorge Luis Pinto dijo “esto no ha terminado”. ¿Esto es señal de un sí?
Definitivamente no. Creo que la señal vendrá cuando nos sentemos a negociar. La Fedefútbol tiene un proyecto desde hace tres años y esperamos que siga con Jorge Luis. Pero si por circunstancias no se puede, el proyecto seguirá adelante con la persona que lo continúe. 

¿Puede la Fedefútbol utilizar parte del premio para contratarlo? 
Quiero aclarar que la Federación se dejará si acaso el 15% de ese ingreso. El resto se distribuye entre premios y lo que le corresponde a cada una de las ligas que la conforman. Debemos ser responsables en mantener el equilibrio financiero de la Federación; nada hacemos con ofrecer cosas que no son factibles.
Nuestra aspiración es llegar a ser como Uruguay, país que tiene una población y un tamaño similar; ellos tienen obviamente más historia futbolística, y nosotros queremos alcanzarla trabajando responsablemente. Debemos mejorar la intensidad de los entrenamientos y trabajar fuerte las ligas menores.

¿Sale a flote de deudas para pensar en el mañana?
Presupuestariamente estamos en números azules. Aquí el tema es el flujo de caja, lo cual a veces se nos complica porque debemos enfrentar los gastos de las selecciones menores. Esa es una inversión muy importante pero no nos genera ingresos, y debemos cubrirla con la Selección Mayor.
Por ejemplo, invertimos $500 mil para preparar a la Selección que fue semifinalista en el Mundial Sub-20 de Egipto en 2009, y la mitad de ese monto en el equipo que acudió al mundial de Colombia.
De estos dos equipos salieron muchos de los jugadores que integraron la selección que compitió en  Brasil.

Luego de Italia 90 no clasificamos al Mundial siguiente. ¿Qué debemos hacer para que no ocurra lo mismo?
Viene la parte más difícil, que es mantener y superar esto. No quiero que se diga que lo que ocurrió ahora fue solo por inspiración. Tenemos una muy buena camada de jugadores para la próxima eliminatoria y futbolistas que vienen despuntando. Todo es que trabajemos seriamente y no echarnos para atrás en la mecedora y pensar que ya todo está hecho.


Habrá dinero también para los clubes. ¿Cómo involucrarlos para que mejoren el nivel de nuestro fútbol?
Hemos conversado con algunos presidentes de primera y están pensando en invertir en mejoras y compras de terreno para desarrollar canchas de entrenamiento. Es fundamental que trabajen mucho en infraestructura y en liga menor, y nosotros los vamos a apoyar en eso.

¿Qué lo sostuvo para mantenerse luego de lo sucedido para el Mundial de Sudáfrica?
Los asambleístas vieron el trabajo administrativo y financiero que hicimos para el Proyecto Gol, y lo que hicimos para ordenar la Federación. Tampoco me di por vencido. Me sentí con la deuda de llevar a Costa Rica a un Mundial.

Usted tiene el objetivo de desarrollar centros de alto rendimiento por todo el país. ¿En qué consisten?
Es un sueño que tengo y que quiero dejar listo antes de irme. Se trata de miniproyectos Gol en cinco regiones del país, que tengan como mínimo tres canchas de entrenamiento, una pensión para los jugadores de alto rendimiento de ligas menores, un comedor, una cocina, un consultorio médico y un gimnasio. Nada de lujo, pero sí bien hecho. Calculo que todo costaría alrededor de $20 millones.
Esto lo podríamos financiar con un monto de $5 anuales a los dueños de cuentas corrientes durante cuatro años.
Y eso nos permitiría trabajar tantos jugadores que hay en esas zonas pero que no tienen posibilidad por sus condiciones sociales, y ahí sí le digo que Costa Rica se dispara.

Rodrigo Díaz
rdiaz@larepublica.net
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