¿Cómo sobrevivir la crisis logística internacional?
Ivannia Méndez ivannia.morales@cr.gt.com | Jueves 30 septiembre, 2021
Alrededor del 80% de los bienes que consumimos en el mundo se transportan por vía marítima, según estimaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, atribuyéndose a la pandemia -en su mayor medida- una serie de desajustes que afronta actualmente la cadena logística ligada a dicho medio de transporte.
Variedad de situaciones podemos identificar como desencadenantes de la crisis logística internacional en general, a saber: escasez de equipos, materias primas o mano de obra, falta de espacio en los buques de carga y en las terminales marítimas, paralización parcial y/o cierre de puertos marítimos, accidentes de buques portacontenedores, bloqueo en importantes vías -el canal de Suez por ejemplo-, producción intermitente de importantes mercados, entre otras; no obstante, pese al claro conocimiento y entendimiento que de tales elementos se tiene al día de hoy, sugieren algunos expertos que lamentablemente los problemas continuarán hasta buena parte del 2022.
Todos hemos visto y percibido el encarecimiento de muchos bienes, lo que en parte obedece a que los costos de logística han alcanzado récords y, más temprano que tarde, son los consumidores finales quienes pagan por ello; aunque ante la volatilidad actual de los mercados, donde las tarifas varían incluso de una semana a otra y la constante son los cambios, el gran desafío lo tienen las empresas, ya que en caso de no poder trasladar los costos quedarán expuestas a una situación crítica en sus finanzas, teniendo algunas, incluso, que cerrar sus puertas.
Por ende, uno de los mayores retos que esta crisis plantea es la toma de decisiones comerciales, desconociendo qué va a pasar y cómo eso afectará los mercados. Ante este panorama y los pronósticos realizados, expertos aseguran que existen cinco focos en los que toda empresa debe centrarse para reforzar sus cadenas de suministro y toma de decisiones:
- Es clave mantener una comunicación fluida y constante con fabricantes y clientes, ya que esto facilitará la toma de decisiones de corto plazo, producto de retrasos en la producción o modificaciones en la demanda.
- Siempre que sea posible deben reservarse los envíos con suficiente anticipación, pues el flujo irregular de mercancías es parte de lo que ha creado congestión de puertos y decisiones -por parte de navieras- de no ingresar a éstos, debido a los largos tiempos de espera.
- La reserva de contenedores debe realizarse, si cabe, mucho antes, para asegurar el traslado de cargas en general, y más aún de aquellas especiales o con características concretas, dado que los precios cambian sustancialmente cuando se trata de una empresa pequeña con poco poder de negociación o un gigante que consigue tarifas por volumen.
- Procurar amortiguar los efectos de las temporadas altas es posible siempre y cuando las mercancías permitan técnicas como el estocaje y almacenamiento de seguridad.
- Considerar rutas o servicios de envío alternativos resulta hoy en día una previsión obligatoria, asegurándose así un adecuado abastecimiento y rotación de mercaderías.
Es importante tener en cuenta que en la logística internacional las decisiones del día de hoy repercuten durante los siguientes 3 y 4 meses, pues la distancia en días entre Asia y Latinoamérica por ejemplo es de 50 - 60 días aproximadamente, más la demora logística en cada puerto y país local, más la logística propia de cada importador; en consecuencia, toda esta situación ha reabierto el debate sobre si es prudente depender tanto de mercados puntuales -como es el caso de China- como el centro de fabricación del mundo, o es momento de dar paso a un proceso de regionalización a partir de la pandemia, con la finalidad de que los bienes se produzcan "más cerca de casa" y eso a su vez permita reactivar las economías locales.