Alimentos sin exceso de químicos
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 03 abril, 2008
En reiteradas ocasiones LA REPUBLICA ha abordado el tema de las malas prácticas y la falta de control sobre el uso de plaguicidas en nuestro agro.
Esto, como se sabe, es algo que reviste enorme importancia por tratarse de una situación que afecta negativamente la salud de las personas.
Ayer una nueva publicación de este medio alertó sobre el hecho de que un 10% de los alimentos de origen agrícola que consumen los costarricenses y quienes nos visitan contiene un exceso de plaguicidas, ya sea porque se le aplicó una cantidad mayor a la permitida o porque se utilizó un químico no autorizado para ese producto.
Detectar este problema les costó a los costarricenses ¢100 millones en una investigación que se repite cada año, analizando muestras de artículos en diferentes etapas de la cadena de producción, desde los siembros hasta los puntos de venta.
Aunque este problema de contaminación parece haber disminuido desde 2006, cuando era el 40% de los productos el que cargaba residuos de plaguicidas superiores al límite permitido para garantizar que no afectaran la salud humana, está claro que, o hay falta de conocimiento por parte de los agricultores, o estos aún sabiéndolo burlan la normativa vigente al respecto.
De lo anterior se desprende que de lo que se carece es de adecuada y exhaustiva capacitación y suficientes controles y sanciones para verificar su cumplimiento y castigar a quienes incumplan las regulaciones.
Es necesario llegar a cero en ese porcentaje que hoy está en el 10% para asegurar a los costarricenses y visitantes que pueden conservar la salud contando con alimentos que no la deterioren. Si el recurso humano en condiciones saludables es el principal activo con que cuenta el país, también es un derecho humano indiscutible el que las personas puedan alimentarse sin tener que sufrir por ello consecuencias negativas sobre su salud.
Este medio ha insistido también en artículos y editoriales sobre la importancia de hacer cada vez más efectivo el apoyo a la agricultura orgánica que, como se sabe, no adolece del problema en cuestión.
Siendo este país un protector del ambiente es coherente con esta vocación el que cuide la salud humana como parte de esa rica naturaleza que procura custodiar.