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Alcohol y drogas: Enemigos de la planilla

| Jueves 07 febrero, 2013


Dos Pinos tiene un programa para ayudar a los empleados fumadores y a quienes además de fumar toman licor. Asimismo, brinda orientación cuando aparece un caso aislado de adicción a alguna droga ilícita, dijo Ariana Quesada, coordinadora del programa. Esteban Monge/La República


Empleados adictos se incapacitan tres veces más que el resto

Alcohol y drogas: Enemigos de la planilla

Cómo combatir el problema de la adicción en su empresa

El ausentismo provocado por el consumo de licor y drogas ilícitas, es un dolor de cabeza para todos los patronos.
El problema se agravará conforme los jóvenes, quienes están iniciando su consumo muy tempranamente, lleguen a ser parte de la fuerza laboral.
Ante este panorama y como la mejor solución, las empresas e instituciones están poniendo en práctica programas para ayudar a sus trabajadores a liberarse de la adicción.

En lo que a las dimensiones del tema se refiere, no menos de 143 mil trabajadores costarricenses tienen problemas por el consumo abusivo de alcohol, mientras el uso desmedido de drogas ilícitas afecta el desempeño de 40 mil colaboradores más, según un informe recién publicado por el IAFA.
Se trata en ambos casos de gente que no domina su adicción, ni puede controlar la cantidad que consume.
Gran parte de la factura de la adicción la paga el patrono, debido a que estas personas se ausentan con mayor frecuencia, se incapacitan más tiempo y están expuestas a más accidentes.
Todo parece indicar que el problema irá creciendo, pues se percibe una tendencia al consumo de drogas y alcohol de parte de los jóvenes, que son los nuevos y futuros trabajadores.
Dos de cada cinco colegiales tomaron licor en el último año, según una encuesta del IAFA entre estudiantes de secundaria a nivel nacional.

El estudio reveló que uno de cada diez adolescentes estuvo en contacto con una droga ilícita, principalmente marihuana.
Cuando la persona consume antes de los 20 años, su sistema neurológico está aún inmaduro, por eso es más vulnerable y tiene más posibilidades de hacerse adicto al alcohol y las drogas.
Lo que se recomienda al patrono es que brinde al alcohólico una oportunidad para que intente rehabilitarse, antes de despedirlo.
Mantener el trabajo es para el adicto una de las más firmes posibilidades de rehabilitación, según expertos en la materia.
Eso no quiere decir que el empleador no tenga la potestad para sancionar a los empleados, que incurran en faltas derivadas del consumo de alcohol y drogas, luego de que se les haya dado la posibilidad de asesoramiento, tratamiento y rehabilitación y no hayan colaborado para resolver el problema.
El empleador no puede obligar al trabajador a someterse a tratamiento alguno, pero sí puede informarlo, brindarle asesoría o remitirlo para que la reciba y si se niega a colaborar, procede su despido.
Existen varios pronunciamientos de la Sala Constitucional, favorables a empleados que fueron despedidos por su adicción, sin antes haberles dado la oportunidad de rehabilitarse.
La solución a este problema la han encontrado en muchas instituciones y empresas, donde lejos de marginar al trabajador con problemas de adicción, le han tendido la mano para ayudarle en su recuperación.
Recope, el Hospital Blanco Cervantes y muchas otras instituciones realizan programas en acatamiento a una disposición legal que rige para todo el sector público.
También las empresas privadas se han sumado a la causa para beneficio de todos, Dos Pinos es un ejemplo de ello.
Recope cuenta desde 2009 con un Reglamento para la Prevención Integral del Consumo de Alcohol y otras drogas.

El programa inició con 27 trabajadores interesados en dejar de tomar, fumar o drogarse. Un año después ellos se graduaron y se convirtieron en agentes multiplicadores.
En el Hospital Blanco Cervantes un equipo multidisciplinario ayuda desde hace diez años a los empleados que tienen una conducta adictiva que influye en su desempeño laboral.
La intervención se hace necesaria, debido a que los funcionarios tienen contacto con los pacientes, así como con medicamentos y artículos peligrosos como cuchillos o jeringas.
Actualmente, en el programa hay tres empleados alcohólicos, pero se da seguimiento a todos los que han pasado por él, porque pueden sufrir recaídas.

 

Ana Cecilia Cruz
acruz@larepublica.net


 

 







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