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ACCIÓN


Agónico, sufrido e insípido

Cristian Williams cwilliams@larepublica.net | Viernes 10 junio, 2011




Agónico, sufrido e insípido
La Tricolor se valió de milagroso gol para empatar ante El Salvador


Cuando se había acabado todo, o casi todo, porque quedaba la fe y esperanza. Cuando el partido agonizaba. Cuando la derrota era inminente, surgió lo deseado e inesperado… llegó el gol del empate.
Costa Rica, la misma selección que venía de golear a Cuba 5 -0, necesitó de un milagroso gol para apenas igualar a uno ante El Salvador, que por el contrario en el último juego fue aplastado por México 5 -0.
Pero esos resultados fueron el domingo, porque ahora la historia fue diferente. Costa Rica, sin que haya jugado remal, anduvo muy lejos de lo que mostró ante los cubanos, en tanto que los cuscatlecos, sin ser dechados de virtudes, porque pasaron pidiendo tiempo, sí se vieron mejor que ante los aztecas.
El encuentro pintaba bien para la Tricolor, sobre todo porque apenas en el segundo minuto, crearon una muy buena combinación por la derecha, que Heiner Mora sirvió en bandeja a Alvaro Saborío quien de manera increíble y con todo el marco a su disposición, lo que hizo fue pegarse al arquero Miguel Montes.
La nacional lucía bien, seguía poniéndole velocidad, abriendo la cancha y generando llegadas al área salvadoreña, pero eso se fue disipando poco a poco y ya al minuto 15 las acciones estaban más parejas.
La cohesión de la media cancha se perdió, Celso Borges flotaba, Allen Guevara corría y corría sin sentido, Cristian Bolaños muy intermitente, lo que dejaba aislados al desconocido Marco Ureña y al impreciso Saborío.
Aunque Costa Rica intentaba, solo eso, dominar el partido, controlaba la pelota, pero sin mayor trascendencia, incapaz de superar a la ordenada zaga rival y mucho menos inquietar a Miguel Montes.
En el cierre, El Salvador adelantó las líneas, comenzó a tocar con más sentido el esférico y a acercarse a la meta de Keylor Navas, sobre todo con balones largos en busca de su referente ofensivo, Rudis Corrales, quien era secundado por Rodolfo Zelaya.
En la agonía, cuando se jugaba el minuto 44, Johnny Acosta cometió una falta innecesaria frente al área. Se encargó de ejecutar Zelaya, quien soltó un obús justo al ángulo. Navas voló pero no había nada que hacer, golazo, para cerrar con el 1 -0 la primera parte.
En la complementaria el partido tuvo un desenlace muy claro. La pelota era de Costa Rica desde el primer minuto, pero desde ese mismo instante los salvadoreños tenían claro que iban a perder tiempo.
Ingresó Bryan Ruiz por Ureña y se echó el equipo al hombro, todas las pelotas iban a él, pero abusó del juego individual y no pesó para poder llevar al empate, más bien, al 65', Zelaya casi pone el 2 -0.
Los minutos se consumían y el gol no llegaba y cuando apareció le fue anulado a Saborío, en una apretada determinación del silbatero, por supuesta posición prohibida.
Pero la más clara fue la opción que desaprovechó Saborío. Ya no cabe decir que es increíble, porque “Sabo” falla lo que parece imposible de fallar. Ruiz se fue al fondo de la línea, centró y la pelota le llegó al delantero del Real Salt Lake, quien totalmente solo, sin portero, sin nada, remató desviado. El empate se iba.
Ingresó Joel Campbell, no pasó nada. Ingresó Randall Brenes y no pasó nada… ahh, sí pasó algo.
Se jugaba el minuto 94, todo Costa Rica atacaba, Navas recoge en la media cancha y la manda a la “olla”, Guevara la desvía apenas y aparece el “Chiqui”, para, con remate cruzado en el último suspiro, mandar la pelota a dormir en la red rival.
Gol de Costa Rica, 1 -1, apenas para el honor, La Volpe celebra, pero debe trabajar más, mucho más, para que estos partidos no sean tan insulsos.

Cristian Williams
cwilliams@larepublica.net






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