Agentes decisorios
| Miércoles 01 diciembre, 2010
Agentes decisorios
El tema de la fluctuación en los diferentes mercados es inherente a la mecánica del sistema económico, así tenemos la variación en los precios del petróleo, los precios del oro, y por supuesto las fluctuaciones en los tipos de cambio en los patrones de las monedas.
Sin embargo es importante desgranar lo que implican las fluctuaciones en los distintos mercados; así por ejemplo todos podemos recordar las variaciones que experimentó el valor del barril de petróleo años atrás y que, sin entrar en un análisis que no corresponde a este comentario, quedó claro que respondía a un manejo artificial motivado por intereses directos sobre el valor del bien propiamente dicho.
Entonces, respecto al tipo de cambio del colón con relación al dólar estadounidense queda claro que, igualmente, está sujeto a una serie de intervenciones de los distintos actores que convergen en el nuevo sistema de bandas y no únicamente de las medidas que haya tomado o pueda tomar el Banco Central de Costa Rica.
En ese sentido, es importante sentar las diferencias al analizar la economía costarricense en su proceso de apreciación del colón con relación al resto de economías que han experimentado procesos similares; donde se incluyen economías con una alta dinámica y una estructura sólida como la chilena, coreana, brasileña entre otras y ninguna necesariamente comparable con la costarricense.
De tal suerte cabe analizar las razones por las cuales se ha dado una sólida revaluación en el caso de las monedas de los países cuyas economías se muestran en ascenso contra una economía cuyo crecimiento se ha tornado conservador.
Por otro lado, el argumentar que a través del tipo de cambio se controla la inflación es en principio un argumento difícil de debatir; sin embargo, cuando consideramos que no ha habido un efecto directo sobre el precio de los bienes importados, y que por el contrario la capacidad de consumo se reduce en vista de los recortes que pueda experimentar el sector productivo que percibe sus ingresos en dólares con una conversión cada vez más baja, las cosas no apuntan a buenos augurios.
Entonces, ¿qué hacer? Según lo anterior, queda claro que no deberían darse intervenciones que artificialmente modifiquen o fuercen la apreciación de una moneda en particular, donde economías altamente permeables se vean expuestas al ingreso de actores económicamente fuertes que puedan ejercer medidas tendientes a modificar la relación de cambio.
En ese sentido, la fijación del valor real de la moneda es lo que debería analizarse de manera que refleje la realidad económica del país, y que aunado a esfuerzos tendientes a mejorar la competitividad país nos permitan balancear los diferentes aspectos de la dinámica económica.
Julio A. Flores
Miembro junta directiva de CADEXCO
El tema de la fluctuación en los diferentes mercados es inherente a la mecánica del sistema económico, así tenemos la variación en los precios del petróleo, los precios del oro, y por supuesto las fluctuaciones en los tipos de cambio en los patrones de las monedas.
Sin embargo es importante desgranar lo que implican las fluctuaciones en los distintos mercados; así por ejemplo todos podemos recordar las variaciones que experimentó el valor del barril de petróleo años atrás y que, sin entrar en un análisis que no corresponde a este comentario, quedó claro que respondía a un manejo artificial motivado por intereses directos sobre el valor del bien propiamente dicho.
Entonces, respecto al tipo de cambio del colón con relación al dólar estadounidense queda claro que, igualmente, está sujeto a una serie de intervenciones de los distintos actores que convergen en el nuevo sistema de bandas y no únicamente de las medidas que haya tomado o pueda tomar el Banco Central de Costa Rica.
En ese sentido, es importante sentar las diferencias al analizar la economía costarricense en su proceso de apreciación del colón con relación al resto de economías que han experimentado procesos similares; donde se incluyen economías con una alta dinámica y una estructura sólida como la chilena, coreana, brasileña entre otras y ninguna necesariamente comparable con la costarricense.
De tal suerte cabe analizar las razones por las cuales se ha dado una sólida revaluación en el caso de las monedas de los países cuyas economías se muestran en ascenso contra una economía cuyo crecimiento se ha tornado conservador.
Por otro lado, el argumentar que a través del tipo de cambio se controla la inflación es en principio un argumento difícil de debatir; sin embargo, cuando consideramos que no ha habido un efecto directo sobre el precio de los bienes importados, y que por el contrario la capacidad de consumo se reduce en vista de los recortes que pueda experimentar el sector productivo que percibe sus ingresos en dólares con una conversión cada vez más baja, las cosas no apuntan a buenos augurios.
Entonces, ¿qué hacer? Según lo anterior, queda claro que no deberían darse intervenciones que artificialmente modifiquen o fuercen la apreciación de una moneda en particular, donde economías altamente permeables se vean expuestas al ingreso de actores económicamente fuertes que puedan ejercer medidas tendientes a modificar la relación de cambio.
En ese sentido, la fijación del valor real de la moneda es lo que debería analizarse de manera que refleje la realidad económica del país, y que aunado a esfuerzos tendientes a mejorar la competitividad país nos permitan balancear los diferentes aspectos de la dinámica económica.
Julio A. Flores
Miembro junta directiva de CADEXCO