A la FIFA no se llega por merecimientos, el camino es otro

Gianni Infantino fue electo presidente de la FIFA, en una segunda votación, gracias a los 35 votos que le dio en bloque la Concacaf.

Desde luego que el suizo de sangre italiana, quedó más que comprometido con los dirigentes de esta zona, incluyendo a nuestro paisano, a devolver y sellar favores, no con premios de consolación, sino con el “Gordo”.

Y nuestro vecino se sacó el “Gordo”, no de Navidad, sino el de marzo. Dirigente fiel y leal con el jerarca de la FIFA, finalmente obtuvo el premio anhelado, salario millonario, que desde luego provoca en muchos la “cochina envidia”.

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A la FIFA no se llega por merecimientos, por eso nombran en posiciones relevantes a dirigentes de países - como uno de esta zona centroamericana-, que en su larga gestión como máxima autoridad del fútbol local, sobrevivió a 13 eliminaciones de selecciones nacionales en todas las categorías de copas mundiales y olimpiadas.

¿Cómo un presidente de una Federación de Fútbol, cuyas selecciones nacionales hicieron el ridículo en todo el planeta fútbol, es electo en altísimo cargo en FIFA?

Una corta frase resume la respuesta: “favor con favor se paga”, pero el futbolista Marco Ureña, quien habló sin tapujos con el colega Cristian Brenes el martes pasado en La Nación, también tiene su propia respuesta a la interrogante.

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Dice Marco: “en la Federación nunca nos van a buscar (a los jugadores), porque sabemos de fútbol, queremos ayudar, pero caemos mal.

Quienes tienen el poder NO SABEN NADA DE FUTBOL (las mayúsculas son nuestras) y no nos van a buscar nunca…

Lo que pasa es que hay mucho dinero de por medio y donde hay dinero, hay política”.

Y agrega Ureña: “en mi caso tuve que pasar por dos mundiales menores para ganarme un espacio en la Mayor.

Sin embargo a Qatar fueron jugadores que metieron un gol en seis meses, nunca habían sido llamados a la Selección y aún así fueron al Mundial. Ellos no tuvieron la culpa pero no vivieron los procesos y así todos perdemos”, expresó el mundialista de Brasil 14.

¡Claro que estos jóvenes no tuvieron la culpa!

Los responsables son otros, específicamente el grupo de amigos que se formó en la comisión técnica que asesoró al técnico de la Selección, con la venia del jefe supremo, el mismo que acaba de pegar el Gordo en la lotería de Guatemala.

Infantino es político de cepa; sus súbditos aprenden del negocio y se conectan en los caminos solidarios que llevan al dólar.

gpandolfo@larepublica.net