Logo La República

Viernes, 29 de marzo de 2024



COLUMNISTAS


Una toalla, una crisis y mil desafíos

Alvaro Madrigal cuyameltica@yahoo.com | Jueves 13 marzo, 2014


El país necesita un PLN preñado de aquellos ideales que inspiraron su nacimiento y que coadyuvaron tanto en la forja de la democracia social y política


De cal y de arena

Una toalla, una crisis y mil desafíos

Esta vez el Partido Liberación Nacional cayó por causa de sus propios errores, no pocos graves y reiterados impunemente a lo largo del tiempo.
No generó los indispensables procesos de asepsia que también son exigibles a los partidos políticos en la tarea de prolongar su existencia.
Como no hay cuerpo que resista un mal por cien años, finalmente cayó exhausto, impotente ante las exigencias de cambio y renovación que impone una nueva realidad que no supo entender y contaminado por los vicios de la mala gestión de gobierno.
El veredicto popular fue un lacerante repudio al Partido y a su candidato: le negó la confianza el 2 de febrero con la peor votación (29,7%) de su historia, abatió su presencia parlamentaria a otra cifra pobrísima (18 curules) y le mandó someterse a una segunda consulta electoral cuyos resultados le serían catastróficos, según adelantaron las encuestas. De ahí que su candidato presidencial optara por tirar la toalla y evitarle al Partido una humillación histórica.
“Nos derrotó el temor al continuismo”, dicen Araya y sus seguidores. Claro, continuismo es la prolongación de una forma de gestión política propia del PRI mexicano con todos los vicios de una maquinaria electoral insensible a controles, frenos y contrapesos.
Es alargar la inercia ante la explosiva irrupción de la corrupción; es mantener la ineptitud política de la administración Chinchilla; es extender la vida de un modelo de desarrollo presente en el deterioro de los índices del estado solidario.
Es asignar cinco diputaciones a figuras destacadas de este gobierno como es también repetirse en una ruta ideológica partidista apóstata.
Todo esto provocó la tarjeta roja del 2 de febrero, un repudio que recayó sobre el “cucarachero” (la mugre) y el “alacranero” (el canibalismo) asentados en el Partido.
Por añadidura, nominó un candidato muy ralito que a poco de andar mostró torpe marcha, fragilidad intelectual y débil exigencia a la hora de integrar sus equipos de trabajo y que para terminar hace un desesperado ejercicio de travestismo político para captar apoyos de los más conservadores estratos sociales y económicos.
El PLN no está muerto. Sí está mal quebrado y con grave anoxia. Está en el interés nacional que supere la crisis a fin de retornar a los niveles de benéfica beligerancia política e institucional con los que coadyuvó a la construcción de aquella Costa Rica progresista, social y económicamente equilibrada, y con una estructura democrática envidiable.
Es hora, entonces, de que reemprenda el recorrido por los caminos que condujeron a su creación en Finca La Paz de San Ramón, llenos de idealismos y afanes renovadores en lo social, en lo económico y en lo moral.
El país necesita un PLN preñado de aquellos ideales que inspiraron su nacimiento y que coadyuvaron tanto en la forja de la democracia social y política.
¡Qué daño le produjeron los jactanciosos, los autistas, los mediocres, los corruptos que invadieron sus estructuras y que lo lanzaron a estos riscos!

Álvaro Madrigal

NOTAS ANTERIORES


Salve, oh tierra gentil

Miércoles 27 marzo, 2024

Este libro recoge sus inquietudes intelectuales, provocadas, entre otras cosas, por su vínculo con el trabajo de la Academia Morista Costarricense, de sus activ







© 2024 Republica Media Group todos los derechos reservados.