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Una institución que cambió a Costa Rica

Arturo Jofré arturojofre@gmail.com | Viernes 14 septiembre, 2012



Una institución que cambió a Costa Rica


Se iniciaban los años 70 cuando emergía una institución que con el tiempo impactaría en forma significativa en el desarrollo social, económico y educativo de Costa Rica. Para entonces el país contaba solo con la Universidad de Costa Rica, la cual era una joven de tres décadas que tenía poco más de 13 mil estudiantes. Eso era todo.
Hoy viernes la Presidenta Laura Chinchilla, en sesión solemne del Consejo de Gobierno, declarará en Cartago al Instituto Tecnológico de Costa Rica como Institución Benemérita de la educación, la cultura y la ciencia y la tecnología costarricense. Este merecido reconocimiento ya había sido aprobado por la Asamblea Legislativa por unanimidad.
He escrito en otra oportunidad que don Pepe sentenció la misión del Tec cuando dijo que no quería ver al Tecnológico como un colegio con unas cabritas amarradas. En los ocho años que fui rector de la institución estas palabras me sonaban como campanadas todos los días. Tanto don Pepe, que creó esta institución, como don José Joaquín Trejos, en cuyo mandato se dio origen y forma al proyecto, merecen un justo reconocimiento.
El Tec se ha focalizado en las ingenierías y visualizó, como otros tecnológicos de primer nivel en el mundo, el impulso de la administración de empresas. Pero el Tec no copió carreras, las creó o les dio un sello propio. Tuvo la valentía de iniciar carreras que, en algunos casos, eran casi únicas en América Latina.
Estas áreas en que se focalizó el Tec han sido fundamentales para el desarrollo del país. A inicios de los años 70 el sector industrial de Costa Rica era muy incipiente, el Tecnológico fue contribuyendo en gran medida a su desarrollo. De hecho, la presencia del Tec y su excelencia fue uno de los factores claves para atraer al país a grandes corporaciones internacionales como Intel.
También el Tec ha sido una fuente importante de movilidad social. Muchos miles de graduados han venido de familias pobres que sin un apoyo económico no habrían podido convertir a sus hijos en profesionales de primer nivel. Eso cambió para siempre el estatus social y económico de miles de familias costarricenses.
De esta forma el Tec celebra sus 40 años. Allí está el producto del esfuerzo de los pioneros y de quienes siguen en esta lucha, desde los miles de graduados que prestigian a la institución hasta los jóvenes que hoy disfrutan y sufren la rigurosidad de sus aulas. La verdad es que el que más debe celebrarlo es el país entero, a quien pertenece esta obra extraordinaria.
Mis reconocimientos al ingeniero Vidal Quirós, primer rector del Tec, y al ingeniero José Joaquín Seco, ex rector y vicerrector académico, quienes desde los orígenes de la institución dirigieron y orientaron este proyecto nacional. Para el actual rector, doctor Julio César Calvo, mis mejores deseos en su gestión de llevar adelante una institución a la que ha estado contribuyendo con éxito desde que era un joven profesional.

Arturo Jofré
arturojofre@gmail.com

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