El turismo rural debería ser herramienta para desarrollar pequeñas zonas, donde se cultiven, industrialicen y agregue valor a productos que el turista consume sin haber entrado nunca en contacto con su origen

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Turismo rural en agro productivo

Fortalecer el turismo hacia Centroamérica podría ser una acción que ponga en marcha España, tal como lo anunció Miguel Ángel Encina, director de la Agencia Española de Cooperación Internacional en Guatemala ayer.
Él ha dicho que ve en este tipo de apoyo a la región una forma de colaborar con un “socio” que podría encontrar de ese modo una mejor vida y mayor bienestar.
Será interesante ver si en realidad se produce un importante incremento de visitantes españoles y, de ser así, de qué forma nuestro país se prepara para atraerlos y recibirlos, tomando en cuenta que tienen una cultura diferente a la de los estadounidenses y por ello diferentes deseos y expectativas al visitar un país que no conocen.
Los españoles o cualquier otro turista que cruce el Atlántico para disfrutar en Centroamérica, pueden en algunos casos no estar pensando solo en uno de los pequeños países del istmo, sino en un paquete que incluya varios destinos.
Ante esa posibilidad, lo hemos dicho ya en otras ocasiones, sería importante que en vez de solo competir las naciones del área buscaran complementarse. Es un hecho que cada una tiene particularidades muy valiosas que mostrar.
Quizás la pregunta es ¿qué clase de ofertas tenemos, que nos distingan del resto de países centroamericanos y que más allá de sol y playa (que pueden encontrar en otras zonas del mundo), constituyan un atractivo único para un visitante europeo?
Porque la realidad es que, si bien España pasa por la crisis económica que todos conocemos, una parte de su población disfruta de bonanza expandiendo incluso sus exitosas empresas por el mundo. Son estos los turistas que deberíamos esperar con una oferta propia, que no encuentren replicada en el resto de la región.
En este sentido, el turismo rural debería ser una poderosa herramienta para desarrollar pequeñas zonas, donde se cultiven, industrialicen y agregue valor a productos que los españoles (y europeos en general) con seguridad utilizan y consumen pero sin haber entrado nunca en contacto directo con su lugar de origen y la forma en que se obtienen.
Preparar escenarios atractivos para mostrar adecuadamente zonas productivas, su cultura, su gente, contando en ellas con hoteles pequeños pero de calidad para recibir a esos turistas es una valiosa posibilidad que el país tiene para desarrollar el agro.