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Miércoles, 11 de diciembre de 2024



EDITORIAL


Sí al ICE

| Lunes 23 julio, 2012





La mejor opción para los costarricenses es hacer al ICE lo más eficiente posible

Sí al ICE

El destino de la división de telecomunicaciones del Instituto Costarricense de Electricidad es enfocado en un análisis de este medio hoy. La conclusión es que la mejor opción para los costarricenses es hacer al ICE lo más eficiente posible. De lo contrario el país podría caer en un cuasi - monopolio privado, no conveniente.
Los puntos analizados incluyen lo ocurrido en la mayoría de países de Latinoamérica donde un ente estatal semejante desapareció, salvo tres excepciones de las cuales solo una sobrevivió gracias a una buena estrategia de funcionamiento.
En Costa Rica la lucha del ICE, en competencia ya con dos gigantes privadas, comienza a ponerlo en difícil situación.
Muchos costarricenses desean que la emblemática institución, que ocupa un lugar especial en el corazón de la mayoría de los nacionales, al igual que la CCSS, por haber brindado servicios universales y solidarios, pueda enfrentar bien la competencia en el mercado.
En nuestra nota se hacen comparaciones entre la fuerza laboral de la división telecom del ICE y las de las privadas, al ser la primera cerca de diez veces mayor que las segundas. Se ve esto como uno de los factores que podrían llevar a la institución a la quiebra.
Sin embargo, hay una gran diferencia puesto que el ente público atiende un servicio universal y aún las zonas consideradas no rentables, cosa que no hacen las privadas, entre otras cosas, con lo cual estas pueden operar con mucho menos personal y mayor rentabilidad.
En todo caso, lo que cabría, en ese punto, es definir cuánto es el personal realmente necesario para el servicio que el ICE da en todo el territorio nacional, si este lograra implementar una gestión eficiente.
El problema de fondo del ICE reside en que tanto los ajustes estructurales como cualquier otro que se hiciera en la entidad para volverla competitiva y que pueda continuar su labor, dependerán siempre de que exista voluntad política para hacerlos.
La gran diferencia es que en la empresa privada, el máximo jerarca es alguien muy capacitado para el cargo, que lucha cada día para lograr la más alta eficiencia de la empresa. Sabe que si falla pueden despedirlo y nombrar a otro. Hay quien mide constantemente su labor.
En el ente público en cambio, el nombramiento es político y el cargo recae en alguien a quien se le agradece con ello fidelidad a un partido, a un grupo, a una ideología.
Es pues a los políticos, al gobierno, a quienes los costarricenses deben exigir conciencia de que es urgente despolitizar al ICE, nombrarle un jerarca capaz de hacerlo altamente eficiente y evitar así una posible quiebra de la institución, como ya ha sucedido en otros países.









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