Hobbits no compensan bajo precio de la leche en Nueva Zelanda
Bloomberg | Martes 09 febrero, 2016 12:00 a. m.
El granjero de Nueva Zelanda Ian Diprose solía contar con el sector lechero para la mayor parte de su ingreso. Ahora depende del turismo.
Mientras la caída de los precios de la leche empuja a las granjas lácteas hacia saldos en rojo y afecta los negocios rurales, Diprose y su esposa Joy ganan más dinero alojando a turistas que el que generan las vacas de otros granjeros. Eso se debe a que su propiedad de pastoreo en Waikato, el corazón de la industria lechera de Nueva Zelanda, está a unos 16 kilómetros (10 millas) de Hobbiton, una imitación a escala real de la comarca de Bilbo Baggins creada para las películas “El señor de los anillos” y “El Hobbit” del director Peter Jackson.
“Mucha gente que viene hasta aquí está enloquecida por Hobbiton”, dijo Diprose, de 73 años de edad, cuyo De Preaux Lodge en Matamata ofrece alomamiento con desayuno, comida casera y una auténtica experiencia de granja en Nueva Zelanda por 175 dólares neozelandeses ($120) la noche. “En nuestro pequeño pueblo, tenemos unos 30 cafés o lugares para comer gracias a los turistas que vienen”.
Los Diprose comenzaron a ofrecer alojamiento hace cinco años como un hobby para aumentar los ingresos producto del ganado. Actualmente, es su principal negocio. Cuatro de cada cinco productores lácteos de Nueva Zelanda, el mayor exportador de leche del mundo, operará a pérdida esta temporada, en momentos en que la caída de los precios del producto llega a su tercer año, según el banco central. Eso frena el gasto de los granjeros y reduce el crecimiento económico a pesar de que el auge del turismo ayuda a suavizar el golpe.
Impacto ‘abrumador’
“He bajado los precios del apacentamiento a una de mis clientas de manera drástica porque es una joven granjera y sé que está luchando”, dijo Diprose, que tiene dos hijos dedicados al negocio lechero. “El impacto que tiene sobre ellos es abrumador. La situación económica de los productores lecheros, me pesa cada día en el corazón”.
Mientras los granjeros se ajustan los cinturones, la demanda desde fertilizantes hasta servicios veterinarios ha caído y los comercios minoristas de los pueblos rurales están en apuros.
En Giltrap AgriZone Ltd., que vende empacadoras de heno y tractores en tres tiendas cerca de Waikato, las ventas han caído 30 por ciento en un año, dijo el director gerente, Andrew Giltrap. “Estamos en una montaña rusa y tenemos que resistir”, dijo.
Leche sobre lana
Nueva Zelanda, que alguna vez fue un país con 10 veces más ovejas que personas, ha intensificado la inversión en granjas lecheras en los últimos 10 años. El país ahora se jacta de tener 5 millones de vacas, más que sus 4,5 millones de habitantes, mientras que la cantidad de ovejas ha caído 26% desde 2006, a 29,5 millones.
La estrategia tuvo sentido cuando los precios de la leche alcanzaron un récord en 2007 y se acercaron a ese pico de nuevo en 2013. Desde entonces, un exceso de oferta mundial y una demanda decreciente de leche en polvo por parte de una China en desaceleración han derivado en una caída de los precios. En momentos en que el derrumbe de los precios del petróleo afecta las compras de leche de Rusia y otros países productores de energía, los precios de los lácteos se acercan al nivel más bajo en 12 años que habían tocado en agosto.