Abandono del campo pasará factura
| Sábado 09 junio, 2012
Los importantes datos del censo ponen cifras a situaciones evidentes para todos, excepto para los gobernantes, que no se han dedicado a atenderlas
Abandono del campo pasará factura
Una percepción existente desde hace mucho tiempo la confirma el último Censo Nacional: casi el 73% de los 4,3 millones de habitantes de este país vive ahora en las zonas urbanas de la Gran Area Metropolitana.
Esto tiene múltiples consecuencias, pero dos de ellas requerían urgentes acciones del gobierno que no se dieron: por un lado, la baja productividad de un agro poco preparado para enfrentar la competencia mundial (salvo algunas exportadoras) que requería apoyo económico, transferencia tecnológica y estrategias para actuar agrupado, además de los ajustes previsibles para adaptar cultivos a las nuevas condiciones que traería el cambio climático.
Por otro lado, la migración del campo a la ciudad desbordó aún más el ya de por sí desordenado crecimiento de la Gran Area Metropolitana, carente aún en su mayor parte de adecuados planes reguladores.
Así, de ocurrencia en ocurrencia, pero sin un plan país verdadero y diseñado para poner en marcha un gran acuerdo nacional sobre qué país y cuál clase de vida queremos tener, Costa Rica creció en un desorden que favoreció la inequidad, la pobreza, el caos urbano y mayor angustia en un agro que se vio de pronto amenazado y sin apoyo.
Hoy seguimos esperando ese plan país de consenso, pero no se ven espacios propicios para ese acuerdo en el seno de las agrupaciones de la clase política nacional, dedicadas con afán al éxito electorero.
Ni siquiera medidas coyunturales se toman, como podría ser la de ubicar las zonas francas en los sitios más deprimidos del país para provocar encadenamientos y empleo en esos lugares.
Tampoco se implementa alguna medida inteligente para evitar que el trasiego de todo tipo de mercaderías en tráileres se haga atravesando las zonas céntricas o de mayor tránsito urbano.
Esto impide la circulación, aumenta en gran medida el consumo de combustibles por las presas e incrementa los accidentes de tránsito. Sin embargo, ninguna medida se toma para que deban circular estos grandes vehículos pesados solo por la periferia.
Los importantes datos del censo, en algunos casos les ponen cifras a situaciones evidentes para todos excepto para los gobernantes, que no se han dedicado a atenderlas.