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7 de Diciembre, Día Internacional de la Aviación

Alina Nassar anassar@nassarabogados.com | Sábado 07 diciembre, 2019

Alina

El 7 de diciembre de 1944, delegados de 54 Estados suscribieron, en Chicago, el Convenio sobre Aviación Civil Internacional o “Convenio de Chicago”, marco regulatorio del sistema de aeronáutica civil a nivel internacional y que a la fecha ha sido ratificado por 193 países (en Costa Rica fue incorporado a nuestra legislación en mediante Ley No. 877). Desde 1994, en esta fecha se celebra el Día Internacional de la Aviación Civil.

El Convenio dispuso la creación de la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI) como agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas a cargo de la rectoría de la actividad

La OACI busca generar instrumentos que, adoptados por los distintos Estados, establecen los estándares internacionales que deben cumplirse para que la aviación sea segura, sostenible y eficiente. Estas disposiciones consensuadas por los Estados se traducen en lo que se conoce como las SARPs por sus siglas en inglés, o Standards and Recommended Practices. Bajo estos parámetros, los Estados emiten a su vez normativa que sea conforme con el marco global gobernante, de manera que, en números de la OACI, los cien mil vuelos que se registran diariamente alrededor del mundo se realicen en la forma que garantice el logro de su objetivo mas importante, la seguridad de la vida humana.

De la labor de la OACI emanan, a su vez, otros tratados internacionales que establecen la responsabilidad de los transportistas en vuelos internacionales (como el Convenio de Montreal de 1999, ratificado mediante Ley No. 8928), normas técnicas y estándares que hagan posible “que la aviación civil internacional se desarrolle de manera segura y sistemática y de que los servicios de transporte aéreo internacional se establezcan sobre base de igualdad de oportunidades y funcionen eficaz y económicamente”, según el Convenio de Chicago.

La aviación ha sido, sin duda, uno de los más grandes avances de la humanidad y factor fundamental en el desarrollo socioeconómico de las naciones, mediante el eficaz desplazamiento de las personas y los bienes, la generación de empleos y la facilitación del intercambio cultural. A nivel mundial, de acuerdo con el reporte No. 45 de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés), emitido el 31 de julio anterior, 4,400 millones de pasajeros volaron en el 2018, 22,000 pares de ciudades están conectadas en la actualidad por vuelos directos y el costo real del transporte aéreo se ha reducido a más de la mitad en las dos últimas décadas. Además, el transporte aéreo se ha hecho más eficiente en el consumo de combustible al haber mejorado más de un 12% respecto al 2010. La aviación es un motor fundamental en el desarrollo de las naciones y Costa Rica no es la excepción.

De acuerdo con un estudio de Oxford Economics y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, sobre los beneficios económicos del transporte aéreo en Costa Rica, en el año 2018 representó para nuestro país 155,000 empleos (directos, indirectos y aquellos generados por actividades relacionadas como el turismo), una contribución de $1.4 billones de dólares al producto interno bruto, más otros $3.6 billones que se estiman del consumo que realizan en el país los turistas que nos visitan vía aérea, para un porcentaje de participación de 9% en el PIB, considerando, reitero, no solo el transporte aéreo sino también la llegada de turistas a nuestro país gracias a la aeronáutica. Asimismo, en estimaciones del mismo estudio, las exportaciones de productos costarricenses representaron unos $20 billones de dólares, en el 2018.

Costa Rica cuenta con una posición privilegiada geográficamente, factor que, sumado a los atractivos naturales del país y su estabilidad, le posicionan como un destino comercialmente interesante para las aerolíneas extranjeras que expanden sus mapas de rutas internacionales con vuelos a nuestro territorio. Si bien los Estados Unidos de América es el país con mayor participación en el mercado de servicios de transporte aéreo hacia Costa Rica, la demanda de vuelos desde otras latitudes ha crecido en los últimos años. Al menos siete aerolíneas europeas ofrecen vuelos directos a nuestro país, al tiempo que aerolíneas de Latinoamérica inician operaciones o incrementan las existentes a los dos principales aeropuertos internacionales del país, el Juan Santamaría en Alajuela y el Daniel Oduber en Liberia.

Las expectativas, no solo para Costa Rica sino a nivel mundial, se centran en un continuo y acelerado crecimiento de la aviación globalmente favorecido también por el desarrollo y posicionamiento que han tenido los operadores de “bajo costo” en distintos mercados, el establecimiento de alianzas comerciales y fusiones de los operadores “tradicionales” (legacy carriers) para enfrentar la competencia y la constante demanda de nuevos sectores que, ante el relativo abaratamiento de las tarifas causado por la misma competencia en los mercados, ha permitido que viajar en avión dejara de ser un lujo para convertirse en una posibilidad para distintos niveles de la población.

El desarrollo y sostenibilidad de la aeronáutica representa un sinnúmero de retos, no solo para las autoridades internacionales (OACI) sino para las administraciones gubernamentalesen la búsqueda del mayor beneficio de una actividad que, como hemos visto, es un verdadero desarrollador económico para todas las sociedades.

Retos globales. A nivel mundial, el impulso de la aviación ha sido el resultado, en muy buena medida, de los avances tecnológicos que cotidianamente se dan en el hecho técnico de la navegación aérea. Colateralmente, el desarrollo de nuevas tecnologías incide en otras actividades relacionadas que también demandan la creación de reglas globales que garanticen una segura convivencia en el espacio aéreo. Nos referimos a las aeronaves no pilotadas o pilotadas a distancia, comúnmente llamadas “drones”. Dejando de lado su uso recreativo, los drones han permitido importantes avances y reducción de costos en empresas en las que ha incidido directamente como la producción audiovisual y la agricultura. El fenomenal incremento en el uso de drones que se ha experimentado a nivel mundial obliga a los reguladores a normar su coexistencia en el espacio aéreo para reducir significativamente la interferencia a otras aeronaves.

Reducir la contribución del transporte aéreo al calentamiento global es otro de los grandes desafíos para esta industria, aún cuando este medio de transporte representa únicamente el 2% de las emisiones globales de CO2, como también es un reto cotidiano el fortalecimiento de la seguridad de las operaciones aeronáuticas, por lo que todos los Estados están naturalmente comprometidos en empeñar su mayor esfuerzo en evitar que las aeronaves sean utilizadas para actos ilícitos como el terrorismo, el transporte de estupefacientes o la trata de personas. Asimismo, es indispensable ofrecer mejoras constantes que aseguren que se mantenga la condición de la aviación como el medio de transporte más seguro en la actualidad. La sostenibilidad financiera de los operadores comerciales es uno de los aspectos complejos de la industria, por su altísima sensibilidad a los costos (combustibles, tasas aeroportuarias, cargas e impuestos, recurso humano entre muchos otros).

Afortunadamente, la OACI, la IATA, operadores y diversos actores han estado al frente de estos retos, trabajando conjuntamente para generar, por ejemplo, normativa y guías para el uso de drones; un sistema que permita reducir el impacto de las emisiones de los aviones (CORSIA); y, la atracción de talento a la industria. Este último aspecto implica, desde la promoción de las carreras relacionadas con la aviación hasta la ruptura de los roles que se han impuesto históricamente en muchas sociedades y que han desincentivado la incorporación de las mujeres en carreras u oficios “no tradicionales” para este género, como lo son muchas carreras relacionadas con la aviación. Las mujeres representamos el 50% de la población mundial y solo aumentando su participación en el sector se podrá satisfacer la creciente demanda de talento que resulta, necesariamente, del crecimiento de la aviación a nivel mundial.

Retos para Costa Rica. Nuestro país no escapa a los desafíos que afectan la actividad y que debe enfrentar con prontitud para potenciar su crecimiento en momentos en que nuestra economía reclama señales de confianza y reactivación.

De trascendental importancia resulta la recuperación de la categoría 1 otorgada al país por la FAA (Federal Aviation Administration), agencia de aviación de los Estados Unidos de América que evalúa la capacidad de los Estados o autoridades de aviación civil para acatar e implementar los estándares recomendados y la normativa internacional de la OACI. La “des-categorización” que sufrió Costa Rica, si bien no afecta las operaciones de las aerolíneas extranjeras a nuestro país, sí limita el crecimiento aerolíneas nacionales en sus rutas hacia los Estados Unidos, nuestro mercado mas importante. La respuesta enérgica que han tenido las autoridades de la Dirección General de Aviación Civil para recuperar la categoría en el menor plazo posible es fundamental para no afectar más a los operadores nacionales y la imagen de Costa Rica.

La modernización de nuestra Ley General de Aviación Civil es otro gran reto. Se trata de una ley que data de la década de los años 70, con una realidad de industria, social y económica muy distinta a los tiempos que vivimos. Es un hecho irrefutable que el enorme cambio tecnológico devenido desde la promulgación de la ley y los cambios constantes en todos los factores que inciden en el transporte aéreo obligan a afrontar la reforma integral de la Ley de manera urgente para que responda adecuadamente a la realidad actual.

El estado actual de la aviación y más aún su constante y rápida evolución demanda normativas que permitan una mayor flexibilidad y agilidad a las autoridades para la toma de decisiones, que instituya los cielos abiertos como política de Estado en la materia y que, acompañada de mejores herramientas tecnológicas para la Autoridad, faciliten la gestión de trámites a los administrados. El dinamismo propio del trasporte aéreo demanda respuestas rápidas y ágiles de las autoridades, quienes solo podrán estar a tono con la realidad de la industria si se les proporciona los mecanismos legales, institucionales y tecnológicos para responder. La creación normativa, tanto de leyes como de reglamentos y directrices, debe darse, eso sí, con participación del sector bajo los principios de buena gobernanza y regulación de la OCDE y los de regulación acertada de la IATA, de manera que la normativa cumpla sus objetivos impactando en forma positiva, sin representar una carga excesiva para los administrados (tanto en cuanto a requisitos como en cuanto al costo que representa ajustarse a la normativa).

La sensibilización de las autoridades a los costos de la industria es también fundamental. Gravar la actividad con impuestos y tasas aeroportuarias en forma excesiva encarece el servicio y al afectar directamente a todos sus usuarios puede resultar en la reducción de la ocupación de las aeronaves que aterrizan en nuestros aeropuertos. Esto tiene un impacto directo en nuestra competitividad como destino turístico, frente a otras naciones de la región que ofrecen incentivos atractivos a aerolíneas y pasajeros.

Finalmente, el desarrollo de la infraestructura no puede descuidarse. La inversión debe continuar en los principales aeropuertos internacionales del país (Alajuela y Liberia), en Pavas, Limón y en aeródromos domésticos, de manera que se establezcan las condiciones que incentiven la expansión de las operaciones de las distintas aerolíneas locales y extrajeras. Construir un nuevo aeropuerto internacional en Orotina es una ambiciosa solución que debe ir acompañado de importante inversión de la infraestructura vial que facilite el acceso a esa terminal. Este desarrollo de infraestructura debe ser consecuente con la realidad de la aeronáutica y la alta sensibilidad a costos que mencionamos. Los precios públicos que afectan a la aviación deben ser comedidos sin perder de vista el principio fundamental de la teoría del servicio público y que es su prestación al usuario al costo.

Los retos son grandes pero las oportunidades muchas. La aviación contribuye sustancialmente al desarrollo de nuestro país y estimula su progreso por lo que facilitar las operaciones y hacer partícipes a todos los sectores en la toma de decisiones (regulatorias, tarifarias e impositivas) es fundamental para potenciar las capacidades de la actividad y mejorar el impacto que tienen en nuestra economía y en el bienestar general de nuestra población.

Alina Nassar

Socia

Nassar Abogados Centromérica






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