$517 millones irían a las alcantarillas
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 14 noviembre, 2009
Pese a fuerte inversión, mejoras no solucionarían totalmente el problema de aguas negras en la capital
$517 millones irían a las alcantarillas
• Obras se iniciarían en 2010 y finalizarían en 2025
• Contaminación de ríos afecta a cuerpos subterráneos de agua, destinados a consumo humano
Daniel Zueras
dzueras@larepublica.net
Unos $517 millones se intentarán invertir en la próxima década con el propósito de mejorar la obsoleta red de alcantarillado de la capital.
El 35% del presupuesto final estará dedicado a la planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR).
Pese a la fuerte inversión, el problema no se solucionaría completamente, debido a que estimaciones indican que solo un 20% de las viviendas en el área metropolitana tendría una conexión correcta para el vertido de sus aguas negras.
Esto significa que el mayor porcentaje de vertidos va directamente a los ríos, lo cual a su vez está afectando los acuíferos.
Según el XV Informe Estado de la Nación presentado recientemente, el alcantarillado sanitario es uno de los graves problemas que tiene el país.
La capital está enferma y las acciones previstas podrían no remediar el problema si no se solucionan los vertidos ilegales, que en las zonas estudiadas rondan el 80% y dejarían casi inservible el fuerte desembolso de la PTAR.
En un estudio realizado el año pasado por el Programa de Gestión Ambiental Integral (ProGAI), en la microcuenca de la Quebrada de los Negritos (en San Pedro de Montes de Oca), apenas el 20% de las conexiones desemboca en el lugar correcto. Según la coordinadora de ProGAI, Yamileth Astorga, al día de hoy “no supone ningún problema”, porque no existe tratamiento alguno y ambas redes descargan sus aguas en crudo. Pero ahora que se va a invertir una cifra tan elevada, si la situación continúa así “el costo será altísimo y el impacto muy bajo, si no promovemos una corrección”.
Cambiar las conexiones será un trabajo laborioso y de un costo económico muy elevado, pero es la única manera de asegurar la eficiencia de la nueva planta de tratamiento prevista de cara a 2012. Para cambiar esas conexiones ilegales, será necesario abrir y cerrar las calles, siempre con el consumidor asumiendo el pago.
La contaminación de los ríos de la Gran Area Metropolitana (GAM) acaba afectando a los cuerpos subterráneos que se utilizan para consumo humano, y ello conlleva graves riesgos para la salud.
Unos 250 mil metros cúbicos diarios de aguas residuales tiene que soportar el río Grande de Tárcoles, que representan el 67% de los desechos orgánicos en el país. Todo esto lo convierte en el más contaminado de Centroamérica, y lo ubica entre los tres primeros de América Latina.
La cuenca del Virilla (que desemboca en el Tárcoles) es la más contaminada, y ya ha permeado los acuíferos Colima y Barva, que presentan indicios de concentraciones de nitratos. Estos acuíferos surten a buena parte de la capital. La ciudad ya ha comenzado a “padecer problemas de abastecimiento de agua potable” indicó Jorge Mora, presidente de la Fundación para el Desarrollo Urbano, y la afección futura podría ser mayor.
La falta de plantas de tratamiento de residuos en el Area Metropolitana es preocupante. Acueductos y Alcantarillados (AyA), en conjunto con la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA, por sus siglas en inglés) por fin va a poner manos a la obra, y en 2012, si no existen más retrasos (iba a estar lista en 2010), la capital contará con su primera PTAR (ver recuadro) que se ubicará cerca del Parque de Diversiones, en la Uruca.
Las tuberías existentes, con una vida útil de 50 años, ya están cumpliendo su ciclo.
“Introduciendo tubos de PVC al concreto queremos extender su utilidad entre 50 y 70 años”, explicó a LA REPUBLICA Francisco Brenes, gerente del Proyecto de Mejoramiento Ambiental del Area Metropolitana de San José, entidad dependiente del AyA.
Los viejos colectores datan de entre las décadas de 1950 y 1970.
Las nuevas redes previstas para 2015 se concentrarán en Vázquez de Coronado, Goicoechea, Montes de Oca, Curridabat, La Unión y Desamparados.
$517 millones irían a las alcantarillas
• Obras se iniciarían en 2010 y finalizarían en 2025
• Contaminación de ríos afecta a cuerpos subterráneos de agua, destinados a consumo humano
dzueras@larepublica.net
Unos $517 millones se intentarán invertir en la próxima década con el propósito de mejorar la obsoleta red de alcantarillado de la capital.
El 35% del presupuesto final estará dedicado a la planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR).
Pese a la fuerte inversión, el problema no se solucionaría completamente, debido a que estimaciones indican que solo un 20% de las viviendas en el área metropolitana tendría una conexión correcta para el vertido de sus aguas negras.
Esto significa que el mayor porcentaje de vertidos va directamente a los ríos, lo cual a su vez está afectando los acuíferos.
Según el XV Informe Estado de la Nación presentado recientemente, el alcantarillado sanitario es uno de los graves problemas que tiene el país.
La capital está enferma y las acciones previstas podrían no remediar el problema si no se solucionan los vertidos ilegales, que en las zonas estudiadas rondan el 80% y dejarían casi inservible el fuerte desembolso de la PTAR.
En un estudio realizado el año pasado por el Programa de Gestión Ambiental Integral (ProGAI), en la microcuenca de la Quebrada de los Negritos (en San Pedro de Montes de Oca), apenas el 20% de las conexiones desemboca en el lugar correcto. Según la coordinadora de ProGAI, Yamileth Astorga, al día de hoy “no supone ningún problema”, porque no existe tratamiento alguno y ambas redes descargan sus aguas en crudo. Pero ahora que se va a invertir una cifra tan elevada, si la situación continúa así “el costo será altísimo y el impacto muy bajo, si no promovemos una corrección”.
Cambiar las conexiones será un trabajo laborioso y de un costo económico muy elevado, pero es la única manera de asegurar la eficiencia de la nueva planta de tratamiento prevista de cara a 2012. Para cambiar esas conexiones ilegales, será necesario abrir y cerrar las calles, siempre con el consumidor asumiendo el pago.
La contaminación de los ríos de la Gran Area Metropolitana (GAM) acaba afectando a los cuerpos subterráneos que se utilizan para consumo humano, y ello conlleva graves riesgos para la salud.
Unos 250 mil metros cúbicos diarios de aguas residuales tiene que soportar el río Grande de Tárcoles, que representan el 67% de los desechos orgánicos en el país. Todo esto lo convierte en el más contaminado de Centroamérica, y lo ubica entre los tres primeros de América Latina.
La cuenca del Virilla (que desemboca en el Tárcoles) es la más contaminada, y ya ha permeado los acuíferos Colima y Barva, que presentan indicios de concentraciones de nitratos. Estos acuíferos surten a buena parte de la capital. La ciudad ya ha comenzado a “padecer problemas de abastecimiento de agua potable” indicó Jorge Mora, presidente de la Fundación para el Desarrollo Urbano, y la afección futura podría ser mayor.
La falta de plantas de tratamiento de residuos en el Area Metropolitana es preocupante. Acueductos y Alcantarillados (AyA), en conjunto con la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA, por sus siglas en inglés) por fin va a poner manos a la obra, y en 2012, si no existen más retrasos (iba a estar lista en 2010), la capital contará con su primera PTAR (ver recuadro) que se ubicará cerca del Parque de Diversiones, en la Uruca.
Las tuberías existentes, con una vida útil de 50 años, ya están cumpliendo su ciclo.
“Introduciendo tubos de PVC al concreto queremos extender su utilidad entre 50 y 70 años”, explicó a LA REPUBLICA Francisco Brenes, gerente del Proyecto de Mejoramiento Ambiental del Area Metropolitana de San José, entidad dependiente del AyA.
Los viejos colectores datan de entre las décadas de 1950 y 1970.
Las nuevas redes previstas para 2015 se concentrarán en Vázquez de Coronado, Goicoechea, Montes de Oca, Curridabat, La Unión y Desamparados.