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4 temas de un suceso espantoso

Claudia Barrionuevo claudia@chirripo.or.cr | Lunes 19 octubre, 2015


¿Quién puede parar el sicariato? Aparentemente nadie. No olvidemos a Parmenio Medina e Ivannia Mora. Los autores intelectuales de estos crímenes están sueltos

4 temas de un suceso espantoso

Un joven graba con su celular a un hombre que graba con el suyo el trasero de una muchacha que camina por la calle. Tres días después el muchacho es violentamente apuñalado.
En esta breve sinopsis del suceso encontramos varios temas. Algunos más graves que otros. Todos preocupantes.
El primer tema: el acoso callejero. Todas las mujeres de Costa Rica lo hemos sufrido. En las redes sociales muchas han compartido sus horribles experiencias y me he sentido identificada. Pero contaré otra anécdota porque admiro el coraje de las nuevas generaciones enfrentando la agresión.
Diez de la mañana. Mi hija mayor y yo salimos de un AM PM. Tres hombres beben cervezas en el parqueo del local. Nos gritan algo. Sigo caminando haciendo caso omiso al “piropo” que, por supuesto, es dirigido a Manuela. Ella indignada, se enfrenta al trío masculino.
Desde cierta distancia la veo defenderse y ser nuevamente maltratada por los hombres: “Enojada se ve más rica”. Asumo las riendas del conflicto. Regreso al local y le pido a la cajera que llame al gerente. No está. Le indico a la muchacha que, en un espacio que debe controlar la empresa, se están cometiendo dos delitos: tomar alcohol en la calle y ofender a la clientela.
Gerardo Cruz, en una entrevista antes de ser atacado, explicó que repetiría la acción de poner en evidencia a un pervertido porque tenía madre, hija, hermanas.
Y aquí viene el segundo tema, ese, el de los depravados: ¿No son hijos, padres, sobrinos, hermanos? ¿O todas las mujeres en su vida fueron crueles y torturadoras? Porque los acosadores callejeros, los abusadores, los violadores odian a las mujeres. De lo contrario no harían lo que hacen.
El acoso callejero data de tiempos remotos. En la “idílica” Costa Rica de los años 70 (y seguro que antes también) ya existía esta modalidad de tortura. A mis 12 años la viví por primera vez y fue horrible.
Han pasado más de 40 años y, en ese campo, la mayoría de los hombres ticos no han evolucionado nada. Al contrario: la misoginia y la violencia de género ha aumentado. Lamentablemente, muchísimas mujeres son cómplices voluntarias o involuntarias al educar a sus hijos.
Ahora los depravados utilizan las nuevas posibilidades tecnológicas para humillar al género femenino. Y entonces, tercer tema, ¿quién era la víctima y quién el victimario en esta sucesión de grabaciones? (yo te grabo a vos grabando). La legislación no está muy clara pero, al parecer, el viejo cochino no cometió ningún delito y el joven Cruz sí, al exponer al voyerista-samueleador.
La mujer acosada (verdadera víctima) queda fuera del conflicto, sin poder acudir a nadie. La sociedad la señalará de provocativa, sensual y atrevida, y nadie la defenderá.
Llegamos al cuarto tema: los asesinatos por encargo. En nuestro país ocurren diariamente. Y ese es el cuarto tema. ¿Quién puede parar el sicariato? Aparentemente nadie. No olvidemos a Parmenio Medina e Ivannia Mora. Los autores intelectuales de estos crímenes están sueltos. Les salió barato.
Y así seguimos siguiendo.

Claudia Barrionuevo
claudia@barrionuevoyasociados.com

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