2015: puesto 80 en competitividad y menos desarrollo
| Viernes 28 octubre, 2011
2015: puesto 80 en competitividad y menos desarrollo
En 2015, cuando el país esté en la posición 80 del ranking global de competitividad junto a países como El Salvador y Guatemala y la disminución en la inversión extranjera directa (IED) haya empezado a mermar el crecimiento y desarrollo del país, va a ser muy tarde para entrar de nuevo en el juego de la competitividad global y solo quedará preguntarse qué hubiese pasado si las políticas hubiesen sido consistentes y en pro de mayores incentivos a la atracción de fondos externos.
Durante 2009 y 2010, Costa Rica experimentó un importante descenso en la tasa de crecimiento del stock de IED. De acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas de Comercio y Desarrollo (CNUCYD), el crecimiento anual promedio de IED durante 2009 y 2010 fue del 11%, mucho menor al experimentado durante de 2006 a 2008, el cual fue superior al 20%.
Igualmente, Costa Rica obtuvo el puesto 61 en el Indice de Competitividad publicado por el Foro Económico Mundial recientemente, descendiendo cinco peldaños con relación a su posición anterior. De esta manera, Costa Rica tuvo uno de los peores desempeños en Latinoamérica, solo superado por países como Jamaica, Dominicana, El Salvador y Guatemala.
Por consiguiente, se ha notado un deterioro no solo en la atracción de IED sino en la capacidad de seguir compitiendo por esos fondos en el futuro. Lo sorprendente de esta historia es que el gobierno quiera contribuir de manera explícita a este deterioro, proponiendo la ley de impuestos a las zonas francas. Al dar este paso, se estaría retrocediendo y perdiendo décadas de trabajo en un ámbito donde se solía tener una ventaja competitiva y donde se crearon sinergias para atraer más fondos.
La competencia global por IED es cada vez más fuerte y, por lo tanto, proveer incentivos como exoneración de impuestos, no es una elección, es un requisito que, unido a las ventajas de un país, determinarán quién gana la mayor proporción de fondos externos.
Las principales razones que se mencionan para invertir en Costa Rica son estabilidad de gobierno e instituciones, incentivos del gobierno, seguridad, costos de mano de obra, un buen ambiente para realizar negocios y la educación de la fuerza laboral.
Por el contrario, el tamaño del mercado, infraestructura, macroeconomía, procedimientos para iniciar un negocio y bajo desarrollo del sistema financiero son las principales desventajas de invertir en el país.
Haciendo un balance de los últimos años, se puede notar que las fortalezas se han ido deteriorando. El costo de mano de obra es menos competitivo, otros países de la región son muchos más eficientes a la hora de agilizar procesos para las empresas y la seguridad se está perdiendo rápidamente.
Por lo tanto, en el futuro se podría ver el efecto contrario a lo que se generó con tanto esfuerzo en los últimos años, empresas multinacionales disminuyendo sus inversiones en el país y eventualmente moviéndose a países más competitivos y con políticas estables que favorezcan a sus operaciones.
Miriam Manrique
Senior Vice President de AMBA Research
En 2015, cuando el país esté en la posición 80 del ranking global de competitividad junto a países como El Salvador y Guatemala y la disminución en la inversión extranjera directa (IED) haya empezado a mermar el crecimiento y desarrollo del país, va a ser muy tarde para entrar de nuevo en el juego de la competitividad global y solo quedará preguntarse qué hubiese pasado si las políticas hubiesen sido consistentes y en pro de mayores incentivos a la atracción de fondos externos.
Durante 2009 y 2010, Costa Rica experimentó un importante descenso en la tasa de crecimiento del stock de IED. De acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas de Comercio y Desarrollo (CNUCYD), el crecimiento anual promedio de IED durante 2009 y 2010 fue del 11%, mucho menor al experimentado durante de 2006 a 2008, el cual fue superior al 20%.
Igualmente, Costa Rica obtuvo el puesto 61 en el Indice de Competitividad publicado por el Foro Económico Mundial recientemente, descendiendo cinco peldaños con relación a su posición anterior. De esta manera, Costa Rica tuvo uno de los peores desempeños en Latinoamérica, solo superado por países como Jamaica, Dominicana, El Salvador y Guatemala.
Por consiguiente, se ha notado un deterioro no solo en la atracción de IED sino en la capacidad de seguir compitiendo por esos fondos en el futuro. Lo sorprendente de esta historia es que el gobierno quiera contribuir de manera explícita a este deterioro, proponiendo la ley de impuestos a las zonas francas. Al dar este paso, se estaría retrocediendo y perdiendo décadas de trabajo en un ámbito donde se solía tener una ventaja competitiva y donde se crearon sinergias para atraer más fondos.
La competencia global por IED es cada vez más fuerte y, por lo tanto, proveer incentivos como exoneración de impuestos, no es una elección, es un requisito que, unido a las ventajas de un país, determinarán quién gana la mayor proporción de fondos externos.
Las principales razones que se mencionan para invertir en Costa Rica son estabilidad de gobierno e instituciones, incentivos del gobierno, seguridad, costos de mano de obra, un buen ambiente para realizar negocios y la educación de la fuerza laboral.
Por el contrario, el tamaño del mercado, infraestructura, macroeconomía, procedimientos para iniciar un negocio y bajo desarrollo del sistema financiero son las principales desventajas de invertir en el país.
Haciendo un balance de los últimos años, se puede notar que las fortalezas se han ido deteriorando. El costo de mano de obra es menos competitivo, otros países de la región son muchos más eficientes a la hora de agilizar procesos para las empresas y la seguridad se está perdiendo rápidamente.
Por lo tanto, en el futuro se podría ver el efecto contrario a lo que se generó con tanto esfuerzo en los últimos años, empresas multinacionales disminuyendo sus inversiones en el país y eventualmente moviéndose a países más competitivos y con políticas estables que favorezcan a sus operaciones.
Miriam Manrique
Senior Vice President de AMBA Research