Zonas francas en lucha por atraer empresas
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 07 enero, 2008
Competencia por captación de inversiones extranjeras recrudece en Centroamérica
Zonas francas en lucha por atraer empresas
• A Costa Rica le urge eliminar la tramitomanía, reforzar los encadenamientos productivos, así como la capacitación en idiomas y especialidades que demanda el sector productivo
• Es preponderante encontrar el punto de equilibrio entre intereses fiscales y empresariales y reinvertir en beneficio social para mantener las ventajas comparativas
Eduardo Baldares
ebaldares@larepublica.net
Ellas son coquetas, quieren atraer y lo hacen con atributos que las han posicionado mundialmente como rentables para los inversores multinacionales.
Uno de los encantos e imán de las Zonas Francas (ZF) costarricenses ha sido su ubicación geográfica; muy cerca de ellas, en Panamá, se han acicalado competidoras que les roban atracción y comienzan a captar más y más dólares.
Las nacionales tienen entonces que reaccionar y el país, ayudarlas, pues la relación Zonas Francas–Estado es de beneficio recíproco, al punto que las empresas obtienen más que jugosas ganancias: mano de obra calificada, seguridad por la estabilidad política e incentivos fiscales, mientras le proporcionan a Costa Rica fuentes de empleo bien remunerado, divisas por inversión extranjera y por el valor agregado en la exportación de bienes y servicios, ingresos tributarios y complementarios.
Pero como los competidores regionales, principalmente Panamá, han reaccionado e innovado en la materia, urge pulir y replantear aspectos necesarios para salir bien librados en una “guerra” en la que también ha incursionado El Salvador.
Entre estos puntos resulta apremiante dar mayor capacitación en idiomas y en materias específicas que requieren las empresas, para lo cual se debe coordinar mejor con el sistema educativo; mejorar la infraestructura en carreteras, puertos marítimos y aéreos; fortalecer la industria y servicios que participan en los encadenamientos productivos, así como agilizar los trámites.
También es fundamental encontrar la fórmula para establecer un régimen impositivo estable y competitivo respecto a los países que están en liza por captar inversiones.
La Organización Mundial de Comercio (OMC) ha considerado discriminatorio para las empresas que no están bajo el régimen de Zona Franca, los privilegios que gozan las que sí, pero también ha prorrogado una y otra vez la obligación de eliminarlos.
Las empresas ingresan al régimen de ZF materias primas y bienes de capital libres de impuestos para ser utilizados en productos que también se exportan sin cargas tributarias, política de atracción que practican los países en general, así que “la discusión de fondo es en cuanto a la permanencia o no de los beneficios fiscales en materia de impuesto sobre la renta, que en el caso de nuestro país se les ha permitido una prórroga hasta el año 2015”, explicó la viceministra de Hacienda, Jenny Phillips.
De acuerdo con Timothy Scott, director ejecutivo de la Asociación de Empresas de Zona Franca (Azofras), la prórroga debe ser respetada, porque si no sería dar ventajas a los competidores como Panamá y El Salvador, “que están empleando estrategias muy agresivas de captación de inversiones y tienen una política más clara orientada a la atracción. Por ejemplo, mientras nosotros nos fuimos a un referéndum y seguimos peleando por la aprobación de la agenda complementaria, los panameños en 15 días ratificaron su Tratado de Libre Comercio. Esto el inversionista extranjero lo ve y lo toma en cuenta. Ya no estamos compitiendo con Irlanda, Singapur y la India, tenemos a los rivales muy cerca”.
Eso sí, Scott aclara que se debe ir trabajando desde ya en el sistema que imperaría después de 2015, punto en el que coincide con Phillips, quien considera que lo ideal sería “establecer un sistema impositivo en materia de impuesto a las utilidades, que sea competitivo a nivel internacional y que le genere ingresos al fisco, no solo para mejorar nuestro nivel educativo, sino también la infraestructura que utiliza este sector empresarial y desde luego para lograr una mayor distribución de la riqueza (beneficio social)”.
En este último aspecto Scott recalca que se debe prestar especial atención, porque producto de la ampliación de la brecha social, ha empeorado la situación de la seguridad en el país, lo que había sido un punto comparativo ventajoso para Costa Rica, y uno de los factores tomados en cuenta por los inversionistas a la hora de decidir dónde colocar su dinero. “En eso todavía les llevamos ventaja a los salvadoreños, quienes tienen un poquito de problemas con el asunto de las maras, pero Panamá es otra cosa”.
En cuanto al recurso humano parece que se llegó a un techo de personal capacitado, y en ese sentido Alberto Arias, vocero para América Latina de la manufacturera de computadoras Alienware, lanzó la voz de alerta: “Si por nosotros fuera, incluso duplicaríamos nuestras operaciones aquí, pero hemos notado que los profesionales con el perfil adecuado están escaseando”.
“Primero, hay que trabajar en mejorar la competitividad del país, lo cual implica inversión del Gobierno en educación, entrenamiento, recapacitación de personal e infraestructura, así como en reducir la tramitomanía y los tiempos para hacer negocios”, subrayó el analista económico Luis Mesalles. “En el tema de competitividad también está la apertura del sector de telecomunicaciones, en el cual se debe invertir mucho dinero, y eso no lo puede hacer solo el Estado”, amplió.
Precisamente el Gobierno rompió la política de acumular superávits y el presupuesto social para 2008 se incrementó en un 50%.
Sobre los encadenamientos productivos con sectores costarricenses allende las Zonas Francas, según estimaciones de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer), un 2,3% del valor total de las exportaciones de ZF es aporte de los proveedores nacionales. “A octubre de 2007 $4.179 millones representan las exportaciones de ZF, según el Banco Central. Estas cifras indican que hay espacios para ampliar esta participación”, actualizó la viceministra Phillips.
Como las ZF exportan alta tecnología, por lo general tienen que importar los insumos, pese a lo cual se está fomentando que productores locales crezcan como abastecedores de materias primas. “A mediados de este año se reportaron $4 millones como nuevos negocios en esta categoría. Es porque cada vez hay más empresas que están entrando a formar parte del proceso productivo, subcontratadas por las de Zona Franca, y uno de los fenómenos más interesantes se está dando en la industria de implementos médicos con moldes que se hacen aquí. Hace siete años se hacía acá montaje y embalaje, nada más, pero ya se están sofisticando los servicios y hacia ello apuntamos”, aseguró Scott.
De acuerdo con el director ejecutivo de Azofras, “según el ranking de Competitividad Global, entre 131 países Costa Rica es sétimo del mundo en transferencia de tecnología, lo cual es un indicador muy positivo que no se cuenta en dólares, y si nos vamos a lo económico, también hay un aporte, porque los beneficios fiscales no son perpetuos”.
Como muestra, 50 empresas de ZF a las que se les vencieron los beneficios fiscales tributaron ¢6.800 millones en renta, y la suma seguiría creciendo pues aún hay 158 que no tributan, lo que sucederá en cuestión de tiempo.
La ley exime del pago del impuesto sobre la renta durante ocho años, a las firmas amparadas a este sistema, y les permite pagar la mitad en los siguientes cuatro años, si se ubican en puntos de mayor desarrollo. Si reinvierten, el beneficio se extiende.
Zonas francas en lucha por atraer empresas
• A Costa Rica le urge eliminar la tramitomanía, reforzar los encadenamientos productivos, así como la capacitación en idiomas y especialidades que demanda el sector productivo
• Es preponderante encontrar el punto de equilibrio entre intereses fiscales y empresariales y reinvertir en beneficio social para mantener las ventajas comparativas
Eduardo Baldares
ebaldares@larepublica.net
Ellas son coquetas, quieren atraer y lo hacen con atributos que las han posicionado mundialmente como rentables para los inversores multinacionales.
Uno de los encantos e imán de las Zonas Francas (ZF) costarricenses ha sido su ubicación geográfica; muy cerca de ellas, en Panamá, se han acicalado competidoras que les roban atracción y comienzan a captar más y más dólares.
Las nacionales tienen entonces que reaccionar y el país, ayudarlas, pues la relación Zonas Francas–Estado es de beneficio recíproco, al punto que las empresas obtienen más que jugosas ganancias: mano de obra calificada, seguridad por la estabilidad política e incentivos fiscales, mientras le proporcionan a Costa Rica fuentes de empleo bien remunerado, divisas por inversión extranjera y por el valor agregado en la exportación de bienes y servicios, ingresos tributarios y complementarios.
Pero como los competidores regionales, principalmente Panamá, han reaccionado e innovado en la materia, urge pulir y replantear aspectos necesarios para salir bien librados en una “guerra” en la que también ha incursionado El Salvador.
Entre estos puntos resulta apremiante dar mayor capacitación en idiomas y en materias específicas que requieren las empresas, para lo cual se debe coordinar mejor con el sistema educativo; mejorar la infraestructura en carreteras, puertos marítimos y aéreos; fortalecer la industria y servicios que participan en los encadenamientos productivos, así como agilizar los trámites.
También es fundamental encontrar la fórmula para establecer un régimen impositivo estable y competitivo respecto a los países que están en liza por captar inversiones.
La Organización Mundial de Comercio (OMC) ha considerado discriminatorio para las empresas que no están bajo el régimen de Zona Franca, los privilegios que gozan las que sí, pero también ha prorrogado una y otra vez la obligación de eliminarlos.
Las empresas ingresan al régimen de ZF materias primas y bienes de capital libres de impuestos para ser utilizados en productos que también se exportan sin cargas tributarias, política de atracción que practican los países en general, así que “la discusión de fondo es en cuanto a la permanencia o no de los beneficios fiscales en materia de impuesto sobre la renta, que en el caso de nuestro país se les ha permitido una prórroga hasta el año 2015”, explicó la viceministra de Hacienda, Jenny Phillips.
De acuerdo con Timothy Scott, director ejecutivo de la Asociación de Empresas de Zona Franca (Azofras), la prórroga debe ser respetada, porque si no sería dar ventajas a los competidores como Panamá y El Salvador, “que están empleando estrategias muy agresivas de captación de inversiones y tienen una política más clara orientada a la atracción. Por ejemplo, mientras nosotros nos fuimos a un referéndum y seguimos peleando por la aprobación de la agenda complementaria, los panameños en 15 días ratificaron su Tratado de Libre Comercio. Esto el inversionista extranjero lo ve y lo toma en cuenta. Ya no estamos compitiendo con Irlanda, Singapur y la India, tenemos a los rivales muy cerca”.
Eso sí, Scott aclara que se debe ir trabajando desde ya en el sistema que imperaría después de 2015, punto en el que coincide con Phillips, quien considera que lo ideal sería “establecer un sistema impositivo en materia de impuesto a las utilidades, que sea competitivo a nivel internacional y que le genere ingresos al fisco, no solo para mejorar nuestro nivel educativo, sino también la infraestructura que utiliza este sector empresarial y desde luego para lograr una mayor distribución de la riqueza (beneficio social)”.
En este último aspecto Scott recalca que se debe prestar especial atención, porque producto de la ampliación de la brecha social, ha empeorado la situación de la seguridad en el país, lo que había sido un punto comparativo ventajoso para Costa Rica, y uno de los factores tomados en cuenta por los inversionistas a la hora de decidir dónde colocar su dinero. “En eso todavía les llevamos ventaja a los salvadoreños, quienes tienen un poquito de problemas con el asunto de las maras, pero Panamá es otra cosa”.
En cuanto al recurso humano parece que se llegó a un techo de personal capacitado, y en ese sentido Alberto Arias, vocero para América Latina de la manufacturera de computadoras Alienware, lanzó la voz de alerta: “Si por nosotros fuera, incluso duplicaríamos nuestras operaciones aquí, pero hemos notado que los profesionales con el perfil adecuado están escaseando”.
“Primero, hay que trabajar en mejorar la competitividad del país, lo cual implica inversión del Gobierno en educación, entrenamiento, recapacitación de personal e infraestructura, así como en reducir la tramitomanía y los tiempos para hacer negocios”, subrayó el analista económico Luis Mesalles. “En el tema de competitividad también está la apertura del sector de telecomunicaciones, en el cual se debe invertir mucho dinero, y eso no lo puede hacer solo el Estado”, amplió.
Precisamente el Gobierno rompió la política de acumular superávits y el presupuesto social para 2008 se incrementó en un 50%.
Sobre los encadenamientos productivos con sectores costarricenses allende las Zonas Francas, según estimaciones de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer), un 2,3% del valor total de las exportaciones de ZF es aporte de los proveedores nacionales. “A octubre de 2007 $4.179 millones representan las exportaciones de ZF, según el Banco Central. Estas cifras indican que hay espacios para ampliar esta participación”, actualizó la viceministra Phillips.
Como las ZF exportan alta tecnología, por lo general tienen que importar los insumos, pese a lo cual se está fomentando que productores locales crezcan como abastecedores de materias primas. “A mediados de este año se reportaron $4 millones como nuevos negocios en esta categoría. Es porque cada vez hay más empresas que están entrando a formar parte del proceso productivo, subcontratadas por las de Zona Franca, y uno de los fenómenos más interesantes se está dando en la industria de implementos médicos con moldes que se hacen aquí. Hace siete años se hacía acá montaje y embalaje, nada más, pero ya se están sofisticando los servicios y hacia ello apuntamos”, aseguró Scott.
De acuerdo con el director ejecutivo de Azofras, “según el ranking de Competitividad Global, entre 131 países Costa Rica es sétimo del mundo en transferencia de tecnología, lo cual es un indicador muy positivo que no se cuenta en dólares, y si nos vamos a lo económico, también hay un aporte, porque los beneficios fiscales no son perpetuos”.
Como muestra, 50 empresas de ZF a las que se les vencieron los beneficios fiscales tributaron ¢6.800 millones en renta, y la suma seguiría creciendo pues aún hay 158 que no tributan, lo que sucederá en cuestión de tiempo.
La ley exime del pago del impuesto sobre la renta durante ocho años, a las firmas amparadas a este sistema, y les permite pagar la mitad en los siguientes cuatro años, si se ubican en puntos de mayor desarrollo. Si reinvierten, el beneficio se extiende.