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Zika, chikingunya, dengue; ¿hasta dónde?

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 06 enero, 2016


¿Cuántos casos se necesitarán para que haya una alerta en Inglaterra, Alemania, Canadá y Estados Unidos de que el país “Esencial” no lo es para turistas?

Zika, chikingunya, dengue; ¿hasta dónde?

Algunos dicen que la salvada ha sido la sequía; al no caer la lluvia se limita la cantidad de criaderos que pueden usar los mosquitos que transmiten las enfermedades. Otros dicen que todo lo contrario: al haber poco agua, los pobladores almacenan el líquido preciado en pilas, baldes, tinas y latas y en muchos casos los dejan desatendidos, lo que permite su uso por los insectos.
Lo que sí es definitivo es que aumentan los casos de dengue y chikingunya y ahora ha llegado otra enfermedad llamada “zika”, que es peor que las primeras dos, si fuera posible. Es más, en contraste a las otras dos enfermedades, se ha comprobado que zika puede transmitirse de humano a humano en algunas circunstancias, lo que la hace más peligrosa aún.
El Ministerio de Salud manifiesta que no puede realizar solo y con éxito una lucha en contra de los mosquitos que transmiten estas enfermedades, precisamente por la costumbre que tienen los pobladores de dejar cantidades de agua desatendida y destapada en sus hogares. Pero la verdad es que el gobierno tiene que ponerse más agresivo en el primer semestre de este año, por un lado adquiriendo equipo, personal e insecticida y por el otro abriendo espacios en clínicas para los que van a contraer la enfermedad.
Es posible que en 2016 van a morir algunos afectados por estas enfermedades y además habrá incapacidades en los centros de trabajo, que implican pérdida de bienestar y productividad.
Mientras tanto, ya entró la “temporada alta” para el turismo precisamente en las zonas más afectadas por estas enfermedades. Los turistas, muchos de lugares de frío en Norteamérica y Europa, llegan a las zonas costaneras esperando playas prístinas, sol, y una oportunidad para dejar sus preocupaciones atrás y pasar unos días entre los costarricenses. ¡No esperan encontrarse en zancuderos peligrosos!
Quieren ponerse vestidos de baño, camisas de manga corta, pantalones cortos y lucir chancletas o sandalias. Les va a fascinar ver el atardecer (cuando más muerden los mosquitos) afuera y vestidos de la misma manera. ¿Alguien les advertirá del peligro?
¿Qué pasará cuando en cierto número los turistas contraigan chikingunya? ¿O, zika? No podrán tomar sus vuelos de regreso por estar en cama con fiebre alta y dolores agudos en sus articulaciones. ¿Cuántos casos se necesitarán para que haya una alerta en Inglaterra, Alemania, Canadá y Estados Unidos que el país “Esencial” no lo es para turistas?
Si comienzan a retirarse los turistas, un resultado podría ser que se encontrarán los pobladores de buena salud en apuros porque se eliminarán empleos en hoteles, restaurantes y sistemas de transporte.
Se dice que el costarricense espera “hasta que el agua está al cuello” para confrontar los desafíos, pero la verdad es que en lo que es la epidemiología muchas veces las autoridades han sido de avanzada y han logrado impedir calamidades antes de que han afectado a grandes cantidades de pobladores. Deberíamos todos esperar que esto sea cierto con estas amenazas nuevas.

Carlos Denton

cdenton@cidgallup.com


 

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