¿Y quién defiende a la Caja?
| Lunes 02 mayo, 2011
¿Y quién defiende a la Caja?
Hay tiempos en que todo parece confabularse, hay objetivos específicos para perjudicar a la Caja Costarricense de Seguro Social, no recuerdo tanto bombardeo, incluso, ni durante la época oscura de los actos de corrupción allá por el año 2004; sin embargo: ¿qué propósito noble y altruista no lleva consigo la interferencia de los mediocres quienes no ven más allá de su propio horizonte?
¿Cómo han podido olvidar? Costa Rica, desde la creación de la Caja, subió la expectativa de vida de 56 años allá por la década de 1940 a 78 años en 2010. Como país estamos a la par o por encima de naciones del denominado Primer Mundo, pero con ingresos de un estado en etapa intermedia de desarrollo.
La mortalidad infantil se ubica hoy en 8,9, por cada mil menores nacidos vivos, un logro sorprendente, comparado con la región centroamericana, que llega hasta 33 en Nicaragua, pero superada por Cuba con un 4,7, porque ahí, si se observa que el feto presenta enfermedades genéticas (como hemofilia o síndrome de Down), se autoriza la interrupción del embarazo o la de Estados Unidos, que es de 7,0, pero considerada como la peor de todos los países industrializados. Entre las causas de mortalidad infantil de la primera potencia del mundo, encontramos: infecciones, anomalías congénitas y perinatales, muerte súbita y aquellos decesos producto de la falta de cobertura médica.
La esperanza de vida al nacer de Costa Rica, ubicada en 78,6 años es superior incluso a la de países que dedican mucho más recursos a su inversión en salud, como Irlanda y Dinamarca, con $2.460 y $2.685 por habitante respectivamente, en contraposición de los $900 nuestros.
En el otro extremo, encontramos países que, con gastos per cápita similares a los de Costa Rica y Chile como Uruguay, Croacia, México, Panamá, Polonia y Colombia no logran tan buenos resultados en términos de este indicador.
La Caja con su autonomía es la que ha determinado en que focaliza su inversión, esa ha sido su responsabilidad histórica y los resultados están a la vista.
La junta directiva, integrada por representantes de diversos sectores (patronos, trabajadores y el estado) no puede actuar nada más para minimizar los disparos del momento, los logros en salud en Costa Rica no son flor de un día, lo alcanzado no se hizo de la noche a la mañana.
En Ingeniería Industrial hay un enfoque en la solución de problemas denominado DMAMC, que implica: definir, medir, analizar, mejorar y controlar. Veamos en dónde estamos fallando y mejoremos continuamente, los asuntos del día a día, no podemos resolverlos todos a la vez, ni todos al día siguiente, pero no quitemos el dedo del renglón en temas como: pensiones, listas de espera, sostenibilidad financiera, salarios competitivos, tratamiento del cáncer, equipamiento, expediente electrónico, entre otros.
Estudiémoslos con detenimiento, ahondemos en las causas, no solucionemos consecuencias, vamos a la raíz, seamos agresivos en pedir, démosles seguimiento a nuestras propias decisiones: “pocas pero de gran impacto.” La hoja de ruta debe ser determinada por las necesidades de nuestros asegurados, no por los oportunistas que solo tratan de llevar agua a sus molinos.
Y finalmente, volvemos a la primera pregunta: ¿Y quién defiende a la Caja? La Caja se defiende sola, con SUS acciones y SUS resultados. En 70 años Dios no la ha dejado perecer, no lo hará ahora, los asegurados esperan mucho de nosotros, este no es el momento para fallarles, mejoremos lo que es susceptible de hacer, y recordemos al Caballero de La Mancha: “Sancho, nos ladran, signo de que avanzamos.”
Dios nos ilumine.
José Manuel Salas Carrillo
Ingeniero, miembro junta directiva
Caja Costarricense de Seguro Social
Hay tiempos en que todo parece confabularse, hay objetivos específicos para perjudicar a la Caja Costarricense de Seguro Social, no recuerdo tanto bombardeo, incluso, ni durante la época oscura de los actos de corrupción allá por el año 2004; sin embargo: ¿qué propósito noble y altruista no lleva consigo la interferencia de los mediocres quienes no ven más allá de su propio horizonte?
¿Cómo han podido olvidar? Costa Rica, desde la creación de la Caja, subió la expectativa de vida de 56 años allá por la década de 1940 a 78 años en 2010. Como país estamos a la par o por encima de naciones del denominado Primer Mundo, pero con ingresos de un estado en etapa intermedia de desarrollo.
La mortalidad infantil se ubica hoy en 8,9, por cada mil menores nacidos vivos, un logro sorprendente, comparado con la región centroamericana, que llega hasta 33 en Nicaragua, pero superada por Cuba con un 4,7, porque ahí, si se observa que el feto presenta enfermedades genéticas (como hemofilia o síndrome de Down), se autoriza la interrupción del embarazo o la de Estados Unidos, que es de 7,0, pero considerada como la peor de todos los países industrializados. Entre las causas de mortalidad infantil de la primera potencia del mundo, encontramos: infecciones, anomalías congénitas y perinatales, muerte súbita y aquellos decesos producto de la falta de cobertura médica.
La esperanza de vida al nacer de Costa Rica, ubicada en 78,6 años es superior incluso a la de países que dedican mucho más recursos a su inversión en salud, como Irlanda y Dinamarca, con $2.460 y $2.685 por habitante respectivamente, en contraposición de los $900 nuestros.
En el otro extremo, encontramos países que, con gastos per cápita similares a los de Costa Rica y Chile como Uruguay, Croacia, México, Panamá, Polonia y Colombia no logran tan buenos resultados en términos de este indicador.
La Caja con su autonomía es la que ha determinado en que focaliza su inversión, esa ha sido su responsabilidad histórica y los resultados están a la vista.
La junta directiva, integrada por representantes de diversos sectores (patronos, trabajadores y el estado) no puede actuar nada más para minimizar los disparos del momento, los logros en salud en Costa Rica no son flor de un día, lo alcanzado no se hizo de la noche a la mañana.
En Ingeniería Industrial hay un enfoque en la solución de problemas denominado DMAMC, que implica: definir, medir, analizar, mejorar y controlar. Veamos en dónde estamos fallando y mejoremos continuamente, los asuntos del día a día, no podemos resolverlos todos a la vez, ni todos al día siguiente, pero no quitemos el dedo del renglón en temas como: pensiones, listas de espera, sostenibilidad financiera, salarios competitivos, tratamiento del cáncer, equipamiento, expediente electrónico, entre otros.
Estudiémoslos con detenimiento, ahondemos en las causas, no solucionemos consecuencias, vamos a la raíz, seamos agresivos en pedir, démosles seguimiento a nuestras propias decisiones: “pocas pero de gran impacto.” La hoja de ruta debe ser determinada por las necesidades de nuestros asegurados, no por los oportunistas que solo tratan de llevar agua a sus molinos.
Y finalmente, volvemos a la primera pregunta: ¿Y quién defiende a la Caja? La Caja se defiende sola, con SUS acciones y SUS resultados. En 70 años Dios no la ha dejado perecer, no lo hará ahora, los asegurados esperan mucho de nosotros, este no es el momento para fallarles, mejoremos lo que es susceptible de hacer, y recordemos al Caballero de La Mancha: “Sancho, nos ladran, signo de que avanzamos.”
Dios nos ilumine.
José Manuel Salas Carrillo
Ingeniero, miembro junta directiva
Caja Costarricense de Seguro Social