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¿Y el pueblo de Nicaragua?

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 28 octubre, 2009



¿Y el pueblo de Nicaragua?


Mientras que los líderes y los comunicadores de Nicaragua debaten temas como la reelección inmediata, la necesidad o no de reformar la Constitución Política, el río San Juan y Costa Rica, y tantos más de esa índole, pareciera que nadie se está preocupando por los problemas del pueblo de nuestro vecino al norte. No hay trabajo, no hay comida, la inversión extranjera no está llegando, hay sequía, y las maquilas se están cerrando. Con los tipos de líderes que mandan en esa nación, miles votan con sus pies cada año, abandonando el territorio nacional en búsqueda de algún sostén para sus familias donde hay personas pensantes desarrollando proyectos.
De vez en cuando a alguno de estos líderes se le ocurre una “idea grande.” En la época de Enrique Bolaños se hizo un gran empuje para atraer industria maquiladora para producir empleos. El problema es que esas industrias requieren energía eléctrica, y desde 1930 Nicaragua ha sido el país que menos ha invertido en la construcción de represas y otras facilidades que pudieran producir fuentes de energía renovable. Somoza manejó el país como finca propia y percibió el agro como el futuro —“¿Para qué corriente? Los campesinos se acuestan temprano”. Esto lo dijo Tachito cuando un ingeniero de la Alianza para el Progreso quiso hablarle del tema. Daniel Ortega en su primer periodo usó la guerra como excusa para la inacción, y ahora depende de los venezolanos para que le regalen diésel y plantas generadoras.
Arnoldo Alemán tuvo como “idea grande” la construcción de un canal interoceánico nuevo para competir contra Panamá. La idea, originalmente de Cornelius Vanderbilt, no es mala. Dragando el río San Juan para permitir el paso de barcos grandes que después navegarían en el Lago Nicaragua, solo habría que abrir un trecho de 17 kilómetros para poder salir al Pacífico. Al fin Alemán se abocó a “otras cosas,” y los panameños ya están ampliando su canal.
Los nicaragüenses tienen un territorio de los más ricos en recursos naturales en todo Centroamérica. Managua, la capital, está frente a un lago lindo, y todavía está allí un malecón que seguramente fue el lugar donde los capitalinos de antaño pasaban sus tardes de verano y los fines de semana disfrutando en familia. Ahora el lago es una cloaca y si la brisa sopla hacia la ciudad el olor es bastante desagradable. Falta agua potable en la ciudad y no pueden usar la del Lago Managua bajo ninguna circunstancia. ¿Dónde está el líder con la idea de limpiar el lago?
La verdad es ¿qué importa si en la elección próxima corre Alemán contra Ortega? ¿Qué importa si los liberales de nuevo se dividen y terminan perdiendo y permitiendo a Ortega continuar en el poder? ¿Qué importa la ideología o el ALBA o cualquier otra cosa que tiene que ver con la política nicaragüense?
En el siglo XIX llegó un embajador británico a Nicaragua donde estuvo tres años antes de mandar a decir a la reina Victoria que “no encontraba un gobierno donde pudiera presentar sus credenciales.” Pidió permiso para regresar a Londres.
Ahora sí hay gobierno, pero no está claro que tiene un plan para sacar el pueblo de la situación de tanta desventaja en que se encuentra. Ni tampoco tienen uno los liberales.

cdenton@cidgallup.com

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