¿Y las 600 familias?
| Sábado 05 julio, 2008
¿Y las 600 familias?
Hace poco menos de dos años el Gobierno de Taiwán donó aproximadamente $1,5 millones con un destino específico, que era mejorar la calidad de vida de 600 familias en Rincón Grande de Pavas.
Las investigaciones dadas a conocer esta semana y las propias palabras de Fernando Zumbado, ministro de Vivienda, hoy nos dan cuenta de que esos recursos fueron desviados a asesorías y a la compra de equipos de cómputo.
Independientemente de la naturaleza de los recursos —ya sea pública o privada— lo cierto es que las 600 familias de los precarios de Rincón Grande de Pavas siguen viviendo bajo las mismas condiciones.
El titular de Vivienda sostiene que estos dineros entregados por Taiwán y que administra el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) han servido para lo que él denomina un cambio en la estrategia de intervención del Estado frente a las necesidades sociales apremiantes, lo que confirma que la oportunidad de mejorar la situación de esta población específica parece haberse esfumado.
A su favor, Zumbado argumentó que con estos recursos están beneficiando a más gente que a la de Rincón Grande de Pavas, sin embargo aún no hemos conocido las historias y las caras de esas personas que están viendo o verán un cambio en su calidad de vida.
En todo caso, hay una voluntad expresa de un Gobierno que por 60 años sostuvo una estrecha amistad con este país, que está siendo irrespetada.
Más allá de las consultorías y los argumentos del Ministro, lo que hoy nos preocupa son esas 600 familias que en algún momento fueron el objeto de una donación, que posiblemente se seleccionaron por considerar que algo debía cambiar bajo esos ranchos, o en el futuro de esas madres o niños menos privilegiados.
¿Qué pasará con esa gente? ¿Quién se encargará de materializar ese cambio de vida, en el que originalmente se pensó? La deuda está pendiente.
Hace poco menos de dos años el Gobierno de Taiwán donó aproximadamente $1,5 millones con un destino específico, que era mejorar la calidad de vida de 600 familias en Rincón Grande de Pavas.
Las investigaciones dadas a conocer esta semana y las propias palabras de Fernando Zumbado, ministro de Vivienda, hoy nos dan cuenta de que esos recursos fueron desviados a asesorías y a la compra de equipos de cómputo.
Independientemente de la naturaleza de los recursos —ya sea pública o privada— lo cierto es que las 600 familias de los precarios de Rincón Grande de Pavas siguen viviendo bajo las mismas condiciones.
El titular de Vivienda sostiene que estos dineros entregados por Taiwán y que administra el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) han servido para lo que él denomina un cambio en la estrategia de intervención del Estado frente a las necesidades sociales apremiantes, lo que confirma que la oportunidad de mejorar la situación de esta población específica parece haberse esfumado.
A su favor, Zumbado argumentó que con estos recursos están beneficiando a más gente que a la de Rincón Grande de Pavas, sin embargo aún no hemos conocido las historias y las caras de esas personas que están viendo o verán un cambio en su calidad de vida.
En todo caso, hay una voluntad expresa de un Gobierno que por 60 años sostuvo una estrecha amistad con este país, que está siendo irrespetada.
Más allá de las consultorías y los argumentos del Ministro, lo que hoy nos preocupa son esas 600 familias que en algún momento fueron el objeto de una donación, que posiblemente se seleccionaron por considerar que algo debía cambiar bajo esos ranchos, o en el futuro de esas madres o niños menos privilegiados.
¿Qué pasará con esa gente? ¿Quién se encargará de materializar ese cambio de vida, en el que originalmente se pensó? La deuda está pendiente.