Wall Street afronta realidad económica
| Jueves 06 noviembre, 2008
Wall Street afronta realidad económica
• Dow Jones perdió un 5,05% por datos desalentadores sobre el mercado laboral y el sector de los servicios
• Inversores inquietos ante retos que afronta nuevo gobierno estadounidense
Nueva York
EFE
La Bolsa de Nueva York cerró ayer con una caída del 5%, en la primera sesión después del claro triunfo electoral de Barack Obama, mientras persiste la inquietud por los retos económicos que afronta el nuevo presidente de Estados Unidos.
El índice Dow Jones de Industriales perdió un 5,05%, el mercado Nasdaq retrocedió un 5,53% y el selectivo S&P 500 bajó un 5,27%, debido también a la recogida de beneficios después de las fuertes alzas del martes.
Los inversores no tuvieron ayer más remedio que centrar de nuevo su atención en la dura realidad que reflejan, cada vez con mayor insistencia, los indicadores económicos que se difunden periódicamente y que para muchos son una evidencia clara de que la economía estadounidense está en recesión.
Tras una noche electoral exenta de los sobresaltos que marcaron las dos elecciones presidenciales anteriores, los inversores recibieron más datos desalentadores relativos al mercado laboral y al sector de los servicios, lo que presionó a la baja a Wall Street desde el inicio de la jornada.
El tono sombrío en el mercado neoyorquino contrastaba con el optimismo reinante el martes, entre noticias de una elevada y pacífica concurrencia a los centros de votación que alentaba expectativas de que Estados Unidos podía tener, por primera vez, un presidente afroamericano.
Algunos analistas interpretan el ascenso bursátil de ese día como un signo de bienvenida al triunfo de Obama, después de que todas las encuestas lo presentaran como el gran favorito a ocupar la Casa Blanca desde el 20 de enero y durante los próximos cuatro años.
Luego de su victoria, que para numerosos observadores es también el resultado de la aguda crisis financiera y de la confianza que ha logrado infundir al electorado, Obama tendrá que adoptar drásticas medidas para estimular la economía y fomentar mayor confianza en los mercados financieros y las empresas.
Daniel Tenengauzer, economista de Merril Lynch, manifestaba en un blog del diario The Wall Street Journal que los mercados van a estar muy atentos en los dos meses de transición del Gobierno de George W. Bush al liderado por Obama.
“Rápidos nombramientos y acciones conjuntas pueden elevar la confianza del mercado en el corto plazo”, señaló este experto.
Terry Duffy, presidente del Grupo CME, que es la mayor bolsa de futuros a nivel mundial, felicitó a Obama por su triunfo y le transmitió la disposición de esa entidad a cooperar con él “para restaurar la confianza” en el sistema financiero estadounidense.
“Afrontamos tremendos desafíos en los próximos meses mientras conducimos a nuestra economía hacia la recuperación”, agregó Tuffy en un comunicado de prensa.
Craig Donohue, director ejecutivo de ese grupo, agregó que bajo el liderazgo de Obama, tienen “una oportunidad única por delante para reformar los mercados financieros para el siglo XXI”.
Las expectativas son altas, tanto en los mercados como entre los ciudadanos de a pie, pero habrá que recorrer antes un periodo en el que se prevé un mayor deterioro del empleo y de la economía en este país.
Datos difundidos por el Instituto de Gestión de Suministros (ISM) reflejaron una fuerte contracción de la actividad en el sector de los servicios de Estados Unidos durante el mes pasado y también se ha constatado un notable retroceso de la actividad en el sector manufacturero en ese mismo mes.
Además, se conoció que el sector privado estadounidense empleó en octubre 157 mil trabajadores menos que el mes anterior, según datos de la empresa de análisis Automatic Data Processing (ADP).
Esa cifra es superior a la pérdida de 100 mil empleos calculada por los analistas de Wall Street, y resulta un mal augurio para los datos de empleo y desempleo que divulgará el Gobierno el viernes.
PIE DE FOTO:
PENDIENTE
RECUADRO:
Caída mundial
La incertidumbre hundió un 6,13% el índice Ibovespa de la Bolsa de Valores de Sao Paulo, y la mayoría de los mercados europeos cerraron ayer con números rojos.
La mayor plaza de América Latina, que había salido a flote al comienzo de la semana por la euforia desatada por la fusión entre los bancos Itaú y Unibanco, naufragó con el fin de la euforia electoral y con las nuevas señales de que se podría producir una recesión en Estados Unidos.
En Brasil también salieron a la luz indicadores que mostraron el camino hacia el enfriamiento de la economía, que repercutieron en el corro paulista.
El Gobierno adelantó su previsión de que el Producto Interno Bruto (PIB) se desacelerará entre siete y ocho décimas en 2009, hasta el 3,7% anual, frente al 4,5% inicialmente previsto.
Este dato, acompañado de los malos resultados de grandes empresas, como la siderúrgica Gerdau y la petroquímica Braskem, supusieron un nuevo torpedo en la línea de flotación de la bolsa, que ayer perdió 2.469 enteros, con el cierre en rojo de 64 de las 66 empresas que componen el índice Ibovespa.
En el Viejo Continente el optimismo de las bolsas europeas ante la elección como presidente de Estados Unidos de Barak Obama se vio frenado por los decepcionantes resultados de algunas grandes empresas europeas y la consigna de recoger beneficios.
Salvo Madrid, que cerró con una subida del 0,18%, hasta los 9.744,70 puntos, los parqués europeos acabaron en números rojos.
El FTSE de Londres cedió un 2,34%, el CAC-40 de París un 1,98%, el S&P de Milán un 1,44%, y el DAX-30 de Fráncfort un 2,11%, hasta los 5.166,87 puntos.
La tendencia a la baja comenzó en la apertura pese a las subidas anotadas por los mercados asiáticos y la confirmación de la victoria del candidato demócrata.
“La bolsa celebró la fiesta anticipadamente. Ahora se abre un periodo en el que Obama deberá aplicar su programa y para ello harán falta medidas que pueden provocar irritación”, declaró tras la sesión el analista del Baader Bank, Robert Halver.
En previsión de nuevas turbulencias, los inversores optaron por la recogida de beneficios, mientras en el mercado de divisas el euro ganaba posiciones frente hasta colocarse en los $1,31 por la tarde, y el precio del petróleo cedía hasta los $62 debido al mantenimiento de las reservas estadounidenses.
• Dow Jones perdió un 5,05% por datos desalentadores sobre el mercado laboral y el sector de los servicios
• Inversores inquietos ante retos que afronta nuevo gobierno estadounidense
Nueva York
EFE
La Bolsa de Nueva York cerró ayer con una caída del 5%, en la primera sesión después del claro triunfo electoral de Barack Obama, mientras persiste la inquietud por los retos económicos que afronta el nuevo presidente de Estados Unidos.
El índice Dow Jones de Industriales perdió un 5,05%, el mercado Nasdaq retrocedió un 5,53% y el selectivo S&P 500 bajó un 5,27%, debido también a la recogida de beneficios después de las fuertes alzas del martes.
Los inversores no tuvieron ayer más remedio que centrar de nuevo su atención en la dura realidad que reflejan, cada vez con mayor insistencia, los indicadores económicos que se difunden periódicamente y que para muchos son una evidencia clara de que la economía estadounidense está en recesión.
Tras una noche electoral exenta de los sobresaltos que marcaron las dos elecciones presidenciales anteriores, los inversores recibieron más datos desalentadores relativos al mercado laboral y al sector de los servicios, lo que presionó a la baja a Wall Street desde el inicio de la jornada.
El tono sombrío en el mercado neoyorquino contrastaba con el optimismo reinante el martes, entre noticias de una elevada y pacífica concurrencia a los centros de votación que alentaba expectativas de que Estados Unidos podía tener, por primera vez, un presidente afroamericano.
Algunos analistas interpretan el ascenso bursátil de ese día como un signo de bienvenida al triunfo de Obama, después de que todas las encuestas lo presentaran como el gran favorito a ocupar la Casa Blanca desde el 20 de enero y durante los próximos cuatro años.
Luego de su victoria, que para numerosos observadores es también el resultado de la aguda crisis financiera y de la confianza que ha logrado infundir al electorado, Obama tendrá que adoptar drásticas medidas para estimular la economía y fomentar mayor confianza en los mercados financieros y las empresas.
Daniel Tenengauzer, economista de Merril Lynch, manifestaba en un blog del diario The Wall Street Journal que los mercados van a estar muy atentos en los dos meses de transición del Gobierno de George W. Bush al liderado por Obama.
“Rápidos nombramientos y acciones conjuntas pueden elevar la confianza del mercado en el corto plazo”, señaló este experto.
Terry Duffy, presidente del Grupo CME, que es la mayor bolsa de futuros a nivel mundial, felicitó a Obama por su triunfo y le transmitió la disposición de esa entidad a cooperar con él “para restaurar la confianza” en el sistema financiero estadounidense.
“Afrontamos tremendos desafíos en los próximos meses mientras conducimos a nuestra economía hacia la recuperación”, agregó Tuffy en un comunicado de prensa.
Craig Donohue, director ejecutivo de ese grupo, agregó que bajo el liderazgo de Obama, tienen “una oportunidad única por delante para reformar los mercados financieros para el siglo XXI”.
Las expectativas son altas, tanto en los mercados como entre los ciudadanos de a pie, pero habrá que recorrer antes un periodo en el que se prevé un mayor deterioro del empleo y de la economía en este país.
Datos difundidos por el Instituto de Gestión de Suministros (ISM) reflejaron una fuerte contracción de la actividad en el sector de los servicios de Estados Unidos durante el mes pasado y también se ha constatado un notable retroceso de la actividad en el sector manufacturero en ese mismo mes.
Además, se conoció que el sector privado estadounidense empleó en octubre 157 mil trabajadores menos que el mes anterior, según datos de la empresa de análisis Automatic Data Processing (ADP).
Esa cifra es superior a la pérdida de 100 mil empleos calculada por los analistas de Wall Street, y resulta un mal augurio para los datos de empleo y desempleo que divulgará el Gobierno el viernes.
PIE DE FOTO:
PENDIENTE
RECUADRO:
Caída mundial
La incertidumbre hundió un 6,13% el índice Ibovespa de la Bolsa de Valores de Sao Paulo, y la mayoría de los mercados europeos cerraron ayer con números rojos.
La mayor plaza de América Latina, que había salido a flote al comienzo de la semana por la euforia desatada por la fusión entre los bancos Itaú y Unibanco, naufragó con el fin de la euforia electoral y con las nuevas señales de que se podría producir una recesión en Estados Unidos.
En Brasil también salieron a la luz indicadores que mostraron el camino hacia el enfriamiento de la economía, que repercutieron en el corro paulista.
El Gobierno adelantó su previsión de que el Producto Interno Bruto (PIB) se desacelerará entre siete y ocho décimas en 2009, hasta el 3,7% anual, frente al 4,5% inicialmente previsto.
Este dato, acompañado de los malos resultados de grandes empresas, como la siderúrgica Gerdau y la petroquímica Braskem, supusieron un nuevo torpedo en la línea de flotación de la bolsa, que ayer perdió 2.469 enteros, con el cierre en rojo de 64 de las 66 empresas que componen el índice Ibovespa.
En el Viejo Continente el optimismo de las bolsas europeas ante la elección como presidente de Estados Unidos de Barak Obama se vio frenado por los decepcionantes resultados de algunas grandes empresas europeas y la consigna de recoger beneficios.
Salvo Madrid, que cerró con una subida del 0,18%, hasta los 9.744,70 puntos, los parqués europeos acabaron en números rojos.
El FTSE de Londres cedió un 2,34%, el CAC-40 de París un 1,98%, el S&P de Milán un 1,44%, y el DAX-30 de Fráncfort un 2,11%, hasta los 5.166,87 puntos.
La tendencia a la baja comenzó en la apertura pese a las subidas anotadas por los mercados asiáticos y la confirmación de la victoria del candidato demócrata.
“La bolsa celebró la fiesta anticipadamente. Ahora se abre un periodo en el que Obama deberá aplicar su programa y para ello harán falta medidas que pueden provocar irritación”, declaró tras la sesión el analista del Baader Bank, Robert Halver.
En previsión de nuevas turbulencias, los inversores optaron por la recogida de beneficios, mientras en el mercado de divisas el euro ganaba posiciones frente hasta colocarse en los $1,31 por la tarde, y el precio del petróleo cedía hasta los $62 debido al mantenimiento de las reservas estadounidenses.