Viaje sensorial
| Viernes 14 diciembre, 2007
Viaje sensorial
La visita a Texturas confirma que una planificación bien ejecutada concluye con un producto acertado, sobre todo cuando se incluyen las ya famosas técnicas de la cocina llamada “molecular”
El restaurante y bar de vinos Texturas habla de “comida fusión” para ubicarse modestamente y sin pretensiones en esta dimensión ya conocida y familiar a los oídos contemporáneos, sin embargo, podemos decir que es el primer proyecto que integra de forma seria técnicas de la cocina molecular que vale la pena experimentar y probar con los ojos cerrados en un nuevo ritual .
Esta nueva tendencia culinaria catapultada al mundo desde Barcelona por el archifamoso chef Ferrán Adriá, consiste en la creación de nuevas texturas, sabores y, como dice el mismo Adriá: “Aunque se modifiquen las características de los productos (temperatura, textura, forma, etc.), el objetivo es preservar siempre la pureza de su sabor original, salvo en los procesos en que haya una cocción larga o se busquen los matices resultantes de reacciones como la de Maillard” (explicaremos este término oportunamente).
El nombre “molecular” ha sido utilizado por “el mercadeo” porque es llamativo y bien podría llamarse a esta forma de cocinar “la cocina de la transformación y textura”, pues al final los sentidos se sorprenden al experimentar el contacto de los ingredientes transformados en sensaciones organolépticas diferentes.
Eso es casualmente lo que Federico Lizano y su equipo logran cada día a través de un menú muy bien conceptualizado, sin abusar del tema, y lo hacen bien, ya que no se arriesgan a crear platos demasiado “locos”, pues combinan ingredientes y técnicas en un ensamblaje que la mente puede digerir primero, para darle paso a la degustación con asombro positivo al final.
En la descripción de los platos tampoco se exagera con terminología extraña a los oídos, este es otro acierto, pues lo que interesa es que se entienda la propuesta de cada plato e invite a probarlo.
Federico, el propietario, es un chef joven y eso tiene doble mérito, su sencillez, asertividad al hablar de la cocina y fresco entusiasmo aportan encanto y candidez que acoge, nutre y despierta respeto y admiración al palpar los logros a través de sus platos.
La vista del Valle Central iluminado por miles de luces, complementa el viaje sensorial como una galaxia de sabores y texturas que explotan en la boca y un servicio extraordinario. ¡Muchos éxitos, Federico, en esta aventura!
Alfredo Echeverría
Director ejecutivo
Grupo HRS Consultores
Explosión de sabores
Nombre: Texturas Wine Bar / Comida Fusión
Dirección: De la iglesia de Escazú 1,5 Km al sur (seguir indicaciones de rótulo a mano derecha en dirección de “Tiquicia”)
Horario: de martes a viernes de 12 mediodía a 3 p.m. y de 6 p.m. a medianoche. Sábados de 5 p.m. a medianoche y domingos de 12 mediodía a 5 p.m.
Reservaciones: 228-0345 y 342-5928
La visita a Texturas confirma que una planificación bien ejecutada concluye con un producto acertado, sobre todo cuando se incluyen las ya famosas técnicas de la cocina llamada “molecular”
El restaurante y bar de vinos Texturas habla de “comida fusión” para ubicarse modestamente y sin pretensiones en esta dimensión ya conocida y familiar a los oídos contemporáneos, sin embargo, podemos decir que es el primer proyecto que integra de forma seria técnicas de la cocina molecular que vale la pena experimentar y probar con los ojos cerrados en un nuevo ritual .
Esta nueva tendencia culinaria catapultada al mundo desde Barcelona por el archifamoso chef Ferrán Adriá, consiste en la creación de nuevas texturas, sabores y, como dice el mismo Adriá: “Aunque se modifiquen las características de los productos (temperatura, textura, forma, etc.), el objetivo es preservar siempre la pureza de su sabor original, salvo en los procesos en que haya una cocción larga o se busquen los matices resultantes de reacciones como la de Maillard” (explicaremos este término oportunamente).
El nombre “molecular” ha sido utilizado por “el mercadeo” porque es llamativo y bien podría llamarse a esta forma de cocinar “la cocina de la transformación y textura”, pues al final los sentidos se sorprenden al experimentar el contacto de los ingredientes transformados en sensaciones organolépticas diferentes.
Eso es casualmente lo que Federico Lizano y su equipo logran cada día a través de un menú muy bien conceptualizado, sin abusar del tema, y lo hacen bien, ya que no se arriesgan a crear platos demasiado “locos”, pues combinan ingredientes y técnicas en un ensamblaje que la mente puede digerir primero, para darle paso a la degustación con asombro positivo al final.
En la descripción de los platos tampoco se exagera con terminología extraña a los oídos, este es otro acierto, pues lo que interesa es que se entienda la propuesta de cada plato e invite a probarlo.
Federico, el propietario, es un chef joven y eso tiene doble mérito, su sencillez, asertividad al hablar de la cocina y fresco entusiasmo aportan encanto y candidez que acoge, nutre y despierta respeto y admiración al palpar los logros a través de sus platos.
La vista del Valle Central iluminado por miles de luces, complementa el viaje sensorial como una galaxia de sabores y texturas que explotan en la boca y un servicio extraordinario. ¡Muchos éxitos, Federico, en esta aventura!
Alfredo Echeverría
Director ejecutivo
Grupo HRS Consultores
Explosión de sabores
Nombre: Texturas Wine Bar / Comida Fusión
Dirección: De la iglesia de Escazú 1,5 Km al sur (seguir indicaciones de rótulo a mano derecha en dirección de “Tiquicia”)
Horario: de martes a viernes de 12 mediodía a 3 p.m. y de 6 p.m. a medianoche. Sábados de 5 p.m. a medianoche y domingos de 12 mediodía a 5 p.m.
Reservaciones: 228-0345 y 342-5928